“We will rise / from the killing floor / like a matador” versa el coro de “Matador”, uno de los cortes más épicos que ha parido ese hibrido de rock, funk, rap, metal y muchos otros estilos, llamado Faith No More, y que forma parte de su nuevo disco, “Sol Invictus” (2015), el primero en 18 años y que vino a marcar la resurrección definitiva del quinteto californiano.
El primer retorno ocurrió el año 2009, cuando decidieron reunirse para sacarle todo el jugo posible a su material discográfico, realizando extensas giras mundiales y presentándose cinco veces en nuestro país –contando su memorable aparición en la Teletón- en un período de tres años, que vinieron a sellar un romance que comenzó con un poco amable intercambio de gargajos y una bizarra presentación en el Festival de Viña, y terminó con una falsa muerte y un posterior regreso para interpretar íntegramente, y por primera vez en su carrera, el álbum “King For A Day… Fool For A Lifetime” (1995), en el marco de la segunda edición del desaparecido Maquinaria Festival, el año 2011. La presencia de los autores de “Epic” ya estaba siendo pan de cada día, y bien hicieron en alejarse del país por unos largos cuatro años, en los que ocurrió lo impensado: Faith No More estrenaba nueva música.
La fe y la idolatría se elevaron al instante, y terminaron por dispararse cuando se anunció de forma oficial el glorioso retorno a la capital de Faith No More, como banda de cabecera del impresionante cartel del festival Santiago Gets Louder, el próximo lunes 28 de septiembre. Levantándose como matadores entre los caídos, Mike Patton, Mike Bordin, Roddy Bottum, Billy Gould y Jon Hudson, se alistan para hacernos vibrar con lo mejor de “Sol Invictus”, sus clásicos de toda la vida y esa magia que sólo ocurre cuando el grupo toca suelo nacional.
El largo camino hacía Sol Invictus
Los miembros de Faith No More siempre han disfrutado del misterio y el juego con sus fanáticos –y el mundo en general-. Meses antes de confirmarse la reunión del grupo en 2009, Mike Patton aseguraba tajantemente que no existía ninguna posibilidad de que eso ocurriera. Billy Gould declaraba, incluso, que no había tenido contacto con sus ex compañeros en años. Finalmente todo era una gran “voladura de perdiz” y el quinteto retorno a los escenarios el 10 de junio de 2009 en Londres. Desde ese día las giras por el mundo no se detuvieron y el grupo parecía estar obteniendo todo el reconocimiento y éxito que ni siquiera alcanzaron durante los 90. La gran interrogante era si el quinteto estaba planeando sacar a futuro material inédito, o todo terminaría como una reunión más para para pagar las deudas. El ocho de noviembre de 2011, en Buenos Aires, Argentina, la banda presentó por primera vez “Matador” en vivo, causando el revuelo entre la fanaticada, que no sabía si lo que estaban escuchando era algún un lado B, una rareza o un cover. El misterio se mantuvo durante toda la gira, donde salieron una serie de teorías y rumores sobre el origen de la canción, hasta que una foto sacada a un setlist en pleno concierto confirmaba el nombre oficial de la canción y que era un corte inédito.
Y ahí fue cuando el juego comenzó de nuevo. Que la canción fue algo que ocurrió solamente y que no se sabía si iba a haber algo más después de eso. En fin, la historia oficial según Mike Patton, es que él un día fue invitado a la casa de Billy Gould y, antes de irse, este le pidió unos minutos para que escuchara algo en lo que estaba trabajando últimamente. Patton se puso los audífonos e inmediatamente lo supo: nuevo material de Faith No More venía en camino. De ahí en adelante la banda completa se sumergió en la creación de “Sol Invictus”, registró que fue cien por ciento producido por ellos, sin presiones de sellos ni plazos que cumplir. La libertad se siente en cada una de las diez canciones del disco, pasando por el rock desenfadado de “Superhero”, baladas guitarreadas como “From The Dead”, las voces de ultra tumba de “Sol Invictus” y los fraseos de “Motherfucker”. El séptimo disco de estudio de Faith No More es reflejo de la madurez y creatividad sin restricciones de unos músicos que ya están entrando en la etapa en que pueden ser llamados “dinosaurios”. Sobre un nuevo disco, la respuesta obviamente es un misterio, pero la banda ya se ha encargado de jugar con las expectativas, lanzando en YouTube un hilarante video llamado “New New Song”, que no es más que una humorada tipo “X Shreds”, donde se toma el video en vivo de un grupo y se sobreponen sonidos para dejarlos en ridículo, dejándonos en claro que el espíritu y actitud de Faith No More sigue intacto.
De vuelta a casa
Chile debe ser el único país en el mundo donde Faith No More llena un estadio para 20 mil personas en un show propio, dos veces. También el único país donde fueron bañados de escupitajos de odio y, catorce años después, recibidos con alabanzas y vítores. Lo más probable, es que en ningún otro lugar del planeta Faith No More se haya presentado en un festival tan kitsch como el de Viña del Mar y hayan sido transmitidos por cadena nacional en un programa conducido por Don Francisco.
Son tantas las anécdotas que el grupo tiene con nuestro país, que los han llevado a transformarse en parte del folclor del rockero chileno, y a un hombre como Mike Patton en un ídolo que ha querido ser nominado incluso como Rey Guachaca. Ni el carismático frontman sabe de dónde surgió este vínculo, pero lo cierto es que Faith No More y Chile comparten un romance apasionado, que vivió su momento más álgido hace cuatro años y que, esperamos, reviva con todo el próximo mes de septiembre, en una cita donde seguramente nacerán nuevos hitos para atesorar en la memoria; después de todo, el mismísimo Mike Patton, calmando los ánimos de los que se compraron el cuento de “el show final de Faith No More en Chile”, señaló que había que volver porque esta era su casa. Y si es así, habrá que recibirlos con los brazos abiertos, como matadores que retornan al hogar después de una sangrienta jornada.
Si de otorgar créditos se trata, no es exagerado decir que Pixies es una influencia ineludible a la hora de moldear el rock durante los últimos años del siglo XX. Incluso puede sonar ingenuo, pero antes del cuarteto de Boston nadie pudo combinar de manera tan sencilla y magistral la estridencia con la melodía. El contrapunto sonoro de versos suaves y coros intensos, que les concedió la adoración de figuras como Kurt Cobain o David Bowie, fue una fórmula imitada hasta el hastío durante los noventa, como si se tratase del descubrimiento de la pólvora.
Catalogados como punta de lanza del rock alternativo o cuna del indie, lo cierto es que Pixies toca una fibra tan elemental en la música popular, que su sonido no deja de ser relevante hasta la actualidad. Sólo bastaron tres años para que la banda se apoderara de la industria, paradójicamente, desde un sello independiente. De aquel memorable trío, que incluye el EP “Come On Pilgrim” (1987) y sus dos álbumes, “Surfer Rosa” (1988) y “Doolittle” (1989), se recoge lo más selecto de su repertorio, con una inédita mixtura de surf, punk y noise pop, entre otras sonoridades.
Pese a sus casi cuatro décadas de carrera, no son muchas las ocasiones en que Pixies se ha citado con su público de Chile. Recordado es aquel primer encuentro del año 2010 durante Maquinaria Festival: con la fortuna de contar con su formación original, la banda saldó las deudas pendientes con una fanaticada que los esperó por décadas, coreando cada uno de sus clásicos, y que además incluyó una pasada memorable por La Cúpula del Parque O’Higgins. Luego, para la edición 2014 de Lollapalooza, la agrupación volvió junto a la bajista argentina Paz Lenchantin, rearticulando al cuarteto que actualmente cuenta con una activa agenda de conciertos.
Ante tal trayectoria, no es de extrañar que sean parte de los nombres elegidos para encabezar Road To Primavera este 16 de octubre en la Explanada de Ciudad Empresarial, antesala auspiciosa para la primera versión de Primavera Sound Santiago, que traerá nostalgia y algunas novedades. En medio de una gira que los llevará por Europa, Estados Unidos, Japón, Oceanía y, por supuesto, Sudamérica, la banda anota su tercera visita a grandes festivales en Chile, esta vez con nuevo material bajo el brazo. Se trata de su octavo larga duración, “Doggerel”, cuya fecha de lanzamiento está estipulada para este 30 de septiembre, concediendo la oportunidad perfecta para disfrutar de un repertorio fresco, a pocos días después de su publicación.
Con razones de sobra para formar parte de la primera edición de Primavera Sound Santiago, Pixies es un nombre anchamente consolidado. Fundamentales al momento de entender las raíces de la música alternativa, cada visita es una ocasión más que necesaria para reencontrarse con una banda que no aparece con frecuencia en estas latitudes. Con clásicos de su primera etapa como “Here Comes Your Man”, “Monkey Gone To Heaven”, “Velouria”, o el famosísimo “Where’s My Mind?”, los precursores del college rock cuentan con un amplio repertorio que no se ha quedado en el pasado, muy por el contrario, vienen con la atractiva promesa de presentar material nuevo de esta longeva, pero vigente agrupación. Una ocasión imperdible por donde se le mire.
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