Antes de introducirnos en el universo de Cavalera Conspiracy, resulta necesario hablar primero de Sepultura, ya que precisamente es aquí donde está la génesis de la exitosa carrera de los hermanos Max e Igor Cavalera. En 1984, y de forma totalmente autodidacta, ambos personajes empiezan a incursionar en la música, por un lado Max aprende a tocar la guitarra rítmica, mientras que Igor se embarca en el difícil desafío de dominar la batería. Ya consolidados en sus instrumentos, deciden formar una banda de trash metal bajo el nombre de Sepultura (inspirados en la canción “Dancing On Your Grave” de Motörhead), para esto convocan al bajista Paulo Pinto y al guitarrista Jairo Guedes, alineación con la cual editarían su primer álbum de estudio: “Morbid Visions” (1986).
En 1987, Jairo abandona la agrupación, ocupando su lugar el experimentado guitarrista Andreas Kisser, con quien editan los discos “Schizophrenia” (1987), “Beneath The Remains” (1989), “Arise” (1991), “Chaos A.D.” (1993) y “Roots” (1996), álbum que cuenta con la colaboración de tres celebres personajes: Mike Patton (Faith No More, Mr. Bungle, Fantômas, Tomahawk, entre otros), Jonathan Davis (Korn) y DJ Lethal (Limp Bizkit), y que marcaría el último trabajo con Max Cavalera en las voces, quien dejaría la banda aludiendo diferencias irreconciliables con su hermano Igor. Posterior a su salida de Sepultura, el vocalista se embarcaría en el proyecto Soulfly.
Sepultura continuaría funcionando, y la responsabilidad de las voces recaería en Derrick Green, con quien lanzan los trabajos “Against” (1998), “Nation” (2001), “Roorback” (2003) y “Dante XXI” (2006). A principios de ese mismo año se produce un nuevo punto de inflexión en el interior de la banda, cuando Igor Cavalera decide tomarse un receso para afrontar su reciente separación y el nacimiento de su cuarto hijo, siendo reemplazado temporalmente por el baterista Roy Mayorga (Stone Sour). El 12 de junio de 2006, Igor comunica que abandonará definitivamente la agrupación debido a incompatibilidades artísticas con el resto de la banda, siendo reclutado Jean Dolabella como baterista fijo. Ya sin los hermanos Cavalera y con Paulo Pinto como único miembro original, Sepultura editaría los álbumes “A-LEX” (2009) y “Kairos” (2011).
En 2007 sucede algo que hace una década parecía completamente improbable, Max e Igor Cavalera deciden superar sus diferencias y volver a tocar juntos, para esto reclutan al guitarrista Marc Rizzo (Soulfly) y al bajista Joe Duplantier (Gojira), con quienes conforman la banda Cavalera Conspiracy (originalmente utilizaron el nombre “Inflikted”, pero debieron cambiarlo por temas legales). El primer trabajo de la agrupación lleva por nombre “Inflikted”, el cual fue grabado en los Undercity Studios de Los Angeles y editado en 2008 bajo la etiqueta Roadrunner Records. Este trabajo cuenta con la colaboración del bajista Rex Brown (Pantera, Down) en el tema “Ultra-Violent”, además de Ritchie Cavalera, hijastro de Max, haciendo las voces en la canción “Dark Ark”.
El segundo álbum de Cavalera Conspiracy lleva por título “Blunt Force Trauma” y salió al mercado en marzo de 2011. Para esta nueva placa se incorpora Johny Chow (Fireball Ministry) como bajista, en reemplazo de Joe Duplantier quien decide abandonar la agrupación para priorizar su trabajo con Gojira. El álbum fue lanzado en dos versiones, una estándar de 11 canciones y otra especial con tres bonus track, además de un DVD con un concierto de 2008 en Francia, show que tiene la particularidad de incluir material de la primera etapa de Sepultura.
El debut en Chile de Cavalera Conspiracy se dio en el marco de la primera versión de Maquinaria Festival (2010), evento que se llevó a cabo en el Club Hípico ante más de 50 mil espectadores. Tras dos años de aquel show, los hermanos Cavalera se repetirán el plato cuando se presenten en el escenario 3 de la tercera versión de este festival, en el Club de Campo Las Vizcachas. Para ir calentando los motores, les dejamos con la interpretación del tema “Roots Bloody Roots”, durante el Sonisphere Fest 2011.
Pocas artistas transitan con seguridad entre lo ajeno y lo propio de manera tan clara como Cat Power. Sin temor a hacer covers, la cantautora ha encontrado reconocimiento por versionar en grande las canciones de otros, pero también por las suyas, en una carrera anómala dada la forma en la que ella flota y entrega carácter a lo que sea que haga. Su voz y su intensidad son lo que la distingue, con versatilidad y una marca propia que ha cruzado décadas.
El último lanzamiento de la cantante fue “Covers” este año, una colección donde recorre desde Nico hasta Lana Del Rey, desde Iggy Pop hasta Frank Ocean, y donde, cómo siempre, incluso se da tiempo de releer un tema propio, “Hate” del disco “The Greatest” (2006), que ahora versa como “Unhate”. Esta capacidad reflexiva viene de su admiración por Bob Dylan y su vocación por retrabajar sus canciones durante las giras y los ensayos, a veces cambiándolas por completo.
Es que, aunque en paralelo Cat Power tiene discos fuertes de composiciones propias, como “Wanderer” (2018) y “Sun” (2012), incluso su gira 2022 lleva el nombre de “Covers”, y en sus primeras paradas no sólo se concentra en el disco de este año, sino también en “Jukebox” (2008) y “The Covers Record” (2000), los otros álbumes de reversiones hechas por la artista, así que incluso Frank Sinatra o The Rolling Stones se pueden inmiscuir en sus conciertos. Esto podría sentirse como una estrategia de Marshall para mostrar un repertorio más cercano a públicos masivos, pero que tenga tres discos de covers y que se sienta bien incluso haciendo sus propias relecturas, tiene más que ver con arranques artísticos que con tácticas frías. La misma Cat Power explicaba en una entrevista que el cover a “Bad Religion” de Frank Ocean vino desde la forma de evitar sentir ira al cantar “In Your Face”, a la que le cambió la letra para sentirse bien al interpretar tal melodía.
Pero no sólo son voces las que cambian al generar nuevas formas, sino también la estructura completa. Cat Power puede deshacer la estructura reconocida y reconocible de una canción para dotarla de una vida nueva. Pasó con “(I Can’t Get No) Satisfaction” en 2000, y pasa con “The Endless Sea” de Iggy Pop en 2022. Cuando se escuchan reversiones de Cat Power no sólo se tiene a disposición una canción ya conocida para escucharla a ella a través de ese medio, sino que también está la chance de escuchar cómo ella percibe y oye el mundo, y cómo lo ve. Es ese acto de transparencia el que irrumpe al poner un poco más de atención en estas acciones de la artista, quien no pocas veces ha desnudado el alma respecto a hechos de su vida personal, desde desventuras amorosas hasta enfermedades que casi la hacen retirarse de la música.
Cuando en “I Had A Dream Joe” canta “I opened my eyes”, en medio del momento más estridente del disco, habiendo convertido el swag de Nick Cave en un pulso intoxicante más parecido a la última era de Scott Walker, queda claro que al escucharla cantar a otros en verdad es una forma de cantarse a sí misma, algo que ha cruzado su carrera, siendo puntal de lo que hace. Aunque ha creado grandes canciones por su cuenta, lo que nos atrae de Cat Power no sólo es su creatividad o su interpretación, sino también cómo ella nos quiere contar el mundo, ya sea a través de temas propios o ajenos, y mientras suene su voz, esto siempre será un privilegio artístico como pocos en el mundo hoy.
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