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The Strokes Lollapalooza Chile 2022 The Strokes Lollapalooza Chile 2022

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Lollapalooza Chile 2022: Día 3

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Kramer

Cuando se reveló el line up de Lollapalooza Chile 2022, muchos se preguntaban quién era el Kramer que aparecía ahí. ¿Algún DJ o un artista nuevo? No, era Stefan Kramer, reconocido humorista nacional. Aunque existen festivales como Bonnaroo que adoptaron el humor hace rato, lo disponen en espacios dedicados y no en un escenario principal, como se pudo ver en la jornada de domingo de este Lollapalooza Chile.

El desafío no era menor para el artista, quien además tuvo que iniciar su show mientras aún Mariel Mariel extendía el suyo más allá de la duración estipulada en el otro escenario principal. Quizás por eso, a las 14:53 hrs., Kramer irrumpió más nervioso de lo usual, no cuajando por completo su imitación de Jorge González, tras dedicar “Pa Pa Pa” de Los Prisioneros a quienes reclamaban contra el pase de movilidad. Pero su carisma y la cuenta de ahorro que tiene con el cariño del público, le permitieron tomar buen rumbo tras imitar a futbolistas como Gary Medel, Lionel Messi o Arturo Vidal. El arco de la historia que contó Kramer era cómo él siempre quiso ser cantante, pero nadie le daba bola, y menos aún cuando alcanzó el éxito como imitador, cerrándole puertas en lo musical.

El artista a veces caía en el humor heteronormado y de tintes no muy progresistas, pero su manera de narrar ayudaba a superar esos filtros, junto a imitaciones novedosas, como las de Eddie Vedder, Jon Bon Jovi o la de Steven Tyler. A eso de las 15:30 hrs. se empezó a colar el sonido desde el lejano escenario Axe con Bitman, pero eso no mermó el mejor tramo del show de Kramer. Con un medley que, con agilidad, llegó al clímax del cuento transversal, con Stefan llegando a mostrar su talento musical que (spoiler alert) es precisamente converger muchos estilos, y con un final emulando el video de “Sign Of The Times” de Harry Styles, colgando sobre el escenario con una cuerda sosteniéndolo, Kramer culminó 55 minutos de un espectáculo que no instala por completo al humor en Lollapalooza, pero que sí muestra cómo la unión de humor con música no se ve tan extraña.

LP

La devoción que genera LP no es algo sorpresivo, tras el furor por los tickets para su debut en nuestro país en 2019, pero quedaba ver cómo se podía traducir esta relación en un contexto festivalero. Bajo aquel contexto, el show de LP fue aún mejor de lo que las expectativas dictaban, dada la evolución de la banda que acompaña a la artista, que en los tiempos de pandemia trabajó de manera concienzuda hacia un sonido expansivo. De hecho, hicieron conciertos en un estudio para ser transmitidos por streaming con ese tipo de vibra, que luego sería demostrada en conciertos para gente estacionada en sus autos, en predios enormes, así que el trabajo detrás de la conexión con el público tuvo muchos pasos, y en la segunda visita de LP a Chile, todo eso se nota, fluye y brilla con intención, seguridad y sacándole provecho a cada composición y su voz privilegiada.

Desde el inicio puntual a las 16:45 hrs. con “Goodbye”, cada canción logró permear las emociones de la numerosa audiencia, con arreglos bombásticos y listos para llegar hasta el otro lado del parque si fuera necesario. Aunque el setlist estuvo cargado al último álbum, “Churches”, la familiaridad con la que público cantó todo haría parecer que cada tema era parte de un Grandes Éxitos, como “The One That You Love” que brilla en vivo, con aún más peso en la batería y con LP luciendo su voz y haciendo gimnasia vocal cada vez que puede. Al comienzo, la gran cantidad de viento molestó a la cantante, pero rápidamente pudo acomodarse a la circunstancia y se paseó con prestancia entre momentos inesperados, como el cover de “Dazed And Confused” de Led Zeppelin y una versión aún más furiosa de “No Witness”, o la ya clásica “Strange”. Pero el tramo final tuvo aún más potencia, entre lo mucho que gana en vivo “Conversation”, hasta la participación del público en “One Last Time”, siguiendo al pie de la letra las complejas instrucciones melódicas de LP.

Sin tener problemas de sonido, más allá del desvío producido por el viento para quienes se ubicaron más lejos, el show llegó a su punto final con la canción que lanzó a la fama a LP y que la volvió viral, mainstream y todo a la vez: “Lost On You”. Entre gentiles rasgueos de guitarra al inicio y chiflidos, la canción fue creciendo hasta su coro inequívoco y omnipresente, perforando resistencias y entregando un gran espectáculo, que en una hora exacta demostró que LP y su banda no sólo cuentan con grandes composiciones, sino que con una labor encomiable que ahora tiene en escenarios gigantes su entorno más natural.

Machine Gun Kelly

La figura de Machine Gun Kelly es polémica por sí sola, pero de que su arrastre le permite ser parte de cualquier festival internacional, es un hecho, independiente de que sea mucho más odiado que amado en líneas generales. Bajo esa afirmación, con algo de prejuicio de por medio, fueron muchos los escépticos que dudaban de lo que podía hacer el tejano en su paso por Lollapalooza Chile, y lo cierto es que, por mucho que el entusiasmo de sus fanáticos que colmaron las primeras filas lo transformaría en un show redondo, en estricto rigor dejó mucho que desear musicalmente hablando.

El principal problema del show es que, el otrora rapero estadounidense, busca abarcar distintos espacios a la vez sin concretar ninguno, intentando que su presentación salte del pop punk a un plástico hip hop con resultados un tanto deplorables. Entre los guiños a esa escena a la que Machine Gun Kelly hubiese deseado pertenecer con “title track”, “kiss kiss”, “concert for aliens”, “WWIII” o “drunk face” (todas del álbum “Tickets To My Downfall” de 2020), hasta los momentos de un hip hop carente de calidad musical y lírica con “El Diablo” o “I Think I’m OKAY”, el concierto del escuálido artista fue un sinfín de incomprensibles y monótonos vaivenes entre un estilo y otro.

Todo lo anterior fue rematado no sólo con el uso de “Welcome To The Black Parade” de My Chemical Romance como intro, sino que también con un cover a “Misery Business”, una de las canciones más controversiales de Paramore y de la cual la propia banda ha renegado, la que en este caso el artista trata de hacer suya en una versión tan plana y falsa, como todos sus intentos de emular el efectivo sonido entre emo y pop punk de esta y otras agrupaciones. Los cambios de dirección musicales siempre serán bien recibidos cuando se hacen con honestidad y calidad, pero cuando se quiere profitar de una escena que está teniendo un abultado revival comercial, es mejor echar pie atrás y concentrarse en lo suyo, aunque ni en eso se pueda destacar.

Lucybell

Tras una tarde con probablemente el mayor marco de público de las tres jornadas de Lollapalooza Chile, la expectación por Lucybell era de esperar. Instalados en el Lotus Stage, los fanáticos y curiosos aguardaron por la salida de Valenzuela y compañía, quienes no decepcionaron. Sin mucho preámbulo, la banda aprovechó los escasos 45 minutos que tenían para hacer un intenso repaso por sus canciones más clásicas.

El inicio fue demoledor para fans y nostálgicos, cuando los acordes de “Flotar Es Caer”, seguido de “Caballos De Histeria”, retumbaron en el escenario. Ahí ya parecía que el show simplemente no podía parar de mejorar: ¿un repaso completo a su disco homónimo (el Rojo) o una delicada introducción como guiño a su historia? Para sorpresa de todos, el set continuó con “Luces No Bélicas”, “Fe” y “Mataz”, que terminaron de encantar y gustar al público. El punto final vendría desde la batería de Foncea para dar inicio a “Cuando Respiro En Tu Boca”, finalizando en una especie de encore con “Viajar”.

Lucybell, con su oficio y trayectoria, se vio sólido sobre el escenario, entregados al público y conectados con los himnos que entregaban uno tras otro. Sin embargo, toda aquella prestancia se merece un reconocimiento mayor, y sobre todo mucho más que 45 minutos de show, ojalá en un escenario capaz de albergar a la gran cantidad de público que esta vez convocaron.

The Strokes

Luego de tres días llenos de música, llegó el gran cierre del festival con The Strokes, quienes subieron al VTR Stage 23 minutos más tarde de la hora pactada originalmente. El quinteto llegó hasta nuestro país por tercera vez con un repertorio que, en el papel, debía enfocarse en su excelente último LP, “The New Abnormal” (2020) y, aunque este disco se llevó la mayoría del setlist, eso no fue impedimento para que Julian Casablancas y compañía se pasearan por distintos puntos de su discografía, haciéndole un gesto de cariño a su fanaticada con algunas canciones poco habituales para un show de estas características.

Con su indiferencia y relajo de siempre, la banda arremetió con una breve presentación de 15 tracks, donde “Bad Decisions”, de su reciente álbum, dio la partida a una velada que pasaría por otros estandartes de su historia, como “You Only Live Once”, “Juicebox” o “Reptilia”, además de otras gemas para sus fans como “Under Control”, “Trying Your Luck” o “Razorblade”. La buena onda entre el frontman y el público se sentía, permitiendo que su actitud despreocupada de siempre no fuera algo que opacara a la seriedad en el control que el guitarrista Albert Hammond Jr. aporta desde su rincón. Obviamente, la alineación no puede estar completa sin Nick Valensi, Nikolai Fraiture y Fabrizio Moretti, quienes, preocupados estrictamente de la música, se transforman en el bastión instrumental de la banda.

Cuando la calidad de su reciente disco no está puesta en duda, es increíble ver cuánto ganan en vivo canciones de dicha placa, como “Brooklyn Bridge To Chorus” u “Ode To The Mets”, interpretadas con un sentimiento y vibra muy ad-hoc con la propuesta del conjunto en vivo. Evidentemente, los hits no se hacen esperar, por lo que canciones como “Hard To Explain”, “Heart In A Cage” y “Take It Or Leave It” desataron la euforia de la audiencia en la última porción del show. Lamentablemente, el bis se limitó solamente a la interpretación de “Someday” por la improvisada interpretación musical del clásico “Olé Olé Olé” y los evidentes problemas de tiempo (dejando fuera “Killing Lies” y “New York City Cops” según el setlist impreso de la banda). Independiente del cierre abrupto y que dejó con gusto a poco a los asistentes, The Strokes ratificó con su presentación los argumentos necesarios para demostrar por qué fueron, son y serán una de las bandas más importantes en el rock post 2000.

Un festival postergado por dos años, y que tuvo un accidentado regreso con el cambio de recinto y las modificaciones del cartel hasta su última semana, tenía todo para ser una experiencia muy alejada de lo que el evento ha sido durante sus años en Chile, pero lo cierto es que Lollapalooza 2022 funcionó bien como la primera versión en modalidad de pandemia, sintiéndose como una transición hacia la apertura de la cartelera local a los eventos con controles de pase de movilidad y uso de mascarilla, a pesar de que esto último no fuera cumplido a cabalidad por los asistentes. La clave de su éxito estuvo en la conexión de los artistas con sus fanáticos (con algunos de ellos incluso haciendo su primera presentación desde antes de la pandemia), además del entusiasmo propio de querer volver a presenciar la música en vivo, con un Parque Bicentenario de Cerrillos que pasó la prueba en cuanto a espacios, escenarios y la movilidad para llegar al festival, teniendo solamente que mejorar la planificación del transporte, que nuevamente complicó la salida de los asistentes en la última jornada. Lollapalooza Chile pudo regresar finalmente, aunque sea para decir presente, por lo que ahora queda la tarea pendiente de que el festival recupere su sitial en una eventual edición 2023, donde estará la difícil misión de reencantar a un público que se distanció de esta modesta y apresurada versión.

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CL Prog 2023

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A pesar de los prejuicios que aún viven en la actualidad, lo cierto es que la escena metal contemporánea da para múltiples y variadas propuestas. Más allá del clásico paragua de subgéneros extremos, se trata de una comunidad musical que no ha dejado de expandir horizontes, si se le presta atención. Parte de esto fue lo que pudo rescatar la primera edición del CL Prog 2023; un festival con miras a mostrar lo más selecto del metal progresivo, aunque en la práctica fue mucho más allá de las rígidas etiquetas. En una jornada que congregó artistas de distintas partes de Chile y Europa, lo vivido en el Teatro Caupolicán refrescó el panorama de lo que entendemos dentro de este estilo experimental y complejo.

Cuando marcaban las 18 horas, los locales Desire Of Pain subieron al escenario de San Diego para dar la bienvenida a los primeros asistentes de la tarde. Con un entusiasmo evidente por formar parte de esta edición, la banda no tardó en justificar su presencia en el festival, caracterizándose por el uso de sintetizadores, siendo un componente poco convencional que le entregó más consistencia a las capas de sonido. Durante un show fulminante pero muy eficaz, que contó con su nuevo sencillo “Memorias Olvidadas” y la interesante colaboración del saxo en “Vértigo”, el proyecto santiaguino aportó con un sólido inicio que selló un positivo antecedente para lo que se aproximaba.

Directamente desde la Región de Valparaíso, Mourners Lament se incorporó como el segundo número del festival. Mediante una propuesta cercana al death doom metal, la banda fue capaz de invadir el teatro con un sonido amplio y denso. Sumado a la calidad y potencia del setlist, la actitud puesta en el escenario permitió asimilar el concepto a cabalidad, encaminando a las canciones de “We All Be Given” (2017) hacia aquel terreno intenso y melancólico que las caracteriza.

Con una buena muestra de proyectos locales ya instalada, el festival entró de lleno a los invitados internacionales, siendo TesseracT los primeros encargados de poner en acción sus altas habilidades técnicas. En una apertura celebrada por los fanáticos, los británicos comenzaron su show con las tres primeras canciones de “Altered State” (2013). La suite “Of Matter”, fue el inicio explosivo de una presentación que se destacaría por el dominio en el escenario de la banda, la prolijidad y la versatilidad de una fórmula que puede cambiar de la sutileza a lo estridente con especial fluidez. Si bien el debut oficial de la banda fue en el íntimo show que realizaron la noche del pasado jueves 30 de marzo en Club Chocolate, los ánimos de esta primera fecha aún estaban frescos e hicieron sentir el CL Prog como una adecuada ocasión para ver el desplante de los ingleses en un contexto de mayores dimensiones.

Durante un setlist que intentó visitar distintos periodos de la banda, Daniel Tompkins se destacó por sus esfuerzos de conectar con el público, paseándose a lo largo del Teatro Caupolicán e incentivando un gigantesco mosh pit que se abrió a lo largo de los tres primeros movimientos de “Concealing Fate” (2010). Pese a los intrincados ritmos de TesseracT, los fanáticos fueron capaces de cantar, celebrar e incluso bailar un repertorio impecable, que también se ocupó de mostrar canciones de su último trabajo, “Sonder” (2018), y la nueva canción titulada “Natural Disaster”. Con la implacable “Of Mind – Nocturne” como cierre, los ingleses se despidieron de su primera y esperada visita a los escenarios chilenos.

Cabe mencionar que uno de los aspectos más favorables de CL Prog fue la capacidad de escuchar un cartel versátil y heterogéneo en sus propuestas, siendo lo de Alcest el momento en que la rígida etiqueta de “progresivo” se desmarcó con mayor notoriedad, con todo lo positivo que esto conlleva. A diferencia del énfasis por las ejecuciones exigentes, los franceses ampliaron los paradigmas de la jornada, mediante una fórmula que pone sus acentos en el carácter etéreo y sensorial de las canciones.

Con un notorio interés por parte del público, la euforia se desató en el Teatro Caupolicán durante la base rítmica que abre “Les Jardins De Minuit”. Tal como lo anunciaba la melancólica gárgola que hace de portada en “Spiritual Instict” (2019), la tercera visita de Alcest en Chile se enmarcó en la gira sudamericana de este álbum, el cual tuvo que esperar algunos años para presentarse en vivo, debido a la imposibilidad de realizar eventos masivos durante el inicio de la pandemia. “Protection” y “Sapphire” fueron los otros tracks seleccionados de este trabajo, para luego entrar de lleno al catálogo anterior de los franceses, siendo “Écailles De Lune Part 2” un momento donde mejor pudo captarse la intensidad y la introspección que habitan en las composiciones de Neige.

Profundizando aquel componente “espiritual”, “Souvenirs D’un Autre Monde” recordó el primer álbum de la banda y fue ampliamente celebrada por los asistentes. Luego de agradecer las efusivas muestras de cariño y recordar la última visita de Alcest en Blondie, los franceses se encaminaron hacia el final de su presentación, con el ímpetu y dramatismo de “Kodama” y el aire onírico de “Délivrance”; dejando como última postal a un Neige en solitario, volcándose en un acto ceremonioso de rodillas frente a su amplificador, dando cuenta del compromiso y sentimiento que transmite hacia su proyecto artístico. Luego de una cariñosa y masiva recepción, la tercera visita de la banda demuestra que son capaces de convocar a su público en grandes escenarios; esperando que, una próxima visita, se repita un recinto de similares características.

Como cierre de una jornada intensa y heterogénea, Soen entraba al Teatro Caupolicán al son de las sirenas de “Monarch”. Con la entrada triunfal de Joel Ekelöf, los suecos fueron capaces de consolidar una conexión con el público que fue instantánea, que se explica mediante su gran fanaticada y la dilatada relación con Chile, durante su sexta presentación en el país. Tal como ocurrió con los números anteriores, lo de la banda estaría enfocado en mostrar lo más reciente, siendo “Deceiver” el continuador de las canciones que componen “Imperial” (2021).

Dentro de un show impecable y que fue justo cierre de jornada, es necesario mencionar que uno de los componentes más valiosos de Soen se encuentra en la elegancia con la que logran presentar un show que se mueve por distintos niveles de intensidad. Gran parte de esa labor la cumple Ekelöf en su rol de frontman, involucrando al público, increpándolo y dialogando de manera constante. Luego de los aplausos al cierre de “Lunacy”, la banda agradeció el cariño que recogieron a lo largo de su gira sudamericana, siendo el CL Prog un justo broche de oro. En una elocuente muestra de desplante y matices, el solo del bajista Zlatoyar Kobel fue la entrada de “Savia”, donde las percusiones de Martín López y el apoyo en los bongós de Lars Åhlund lograron incentivar a los presentes en el teatro.

Sin perder la atención en transformar el show en una experiencia, los suecos invitaron al público a iluminar el Caupolicán, creando la atmósfera adecuada para la suavidad de “Lucidity” y la deslumbrante ejecución del guitarrista Cody Ford. Con los asistentes en su mano desde un principio, Joel Ekelöf aprovechó de bromear y hacer referencia a los curiosos apodos con que son conocidos cada integrante de la banda. En un ánimo más distendido, las últimas canciones seleccionadas de “Imperial” (2021) fueron “Modesty”, “Antagonist” y la balada “Illusion”, entregando otro momento de complicidad casi al finalizar la jornada.

Luego de una breve salida, Soen volvió al escenario para cerrar el bis con las celebradas “Lascivious” y “Lotus”, reiterando los agradecimientos en la voz de su baterista Martín López, y cerrando a lo grande con una explosión de confeti que le dio el último toque a un show de gran calidad técnica, que estuvo acompañado de la calidez permanente de la banda y un sobrio trabajo escenográfico que aportaba en los momentos adecuados.

Siendo esta la primera versión del CL Prog, queda la sensación de una jornada que cumplió con las expectativas y abre las posibilidades para continuar en su camino. Pese a lo restrictivo que podría ser la etiqueta que nombra al festival, la variedad entregada por los artistas es un punto a favor que le otorgó distintos niveles de intensidad a las seis horas de música que se vivieron en el Teatro Caupolicán; donde la calidad del sonido y el cumplimiento de los horarios fue otro aspecto que, pese a lo técnico, ayudan a que los eventos de largo aliento se tornen llevaderos. Con todo lo demostrado, CL Prog abre una interesante vitrina donde se replantea y refresca la escena de metal progresivo.

Setlist TesseracT

  1. Of Matter – Proxy
  2. Of Matter – Retrospect
  3. Of Matter – Resist
  4. Dystopia
  5. Smile
  6. The Arrow
  7. Concealing Fate, Part 1: Acceptance
  8. Concealing Fate, Part 2: Deception
  9. Concealing Fate, Part 3: The Impossible
  10. Natural Disaster
  11. King
  12. Of Mind – Nocturne
  13. Juno

Setlist Alcest

  1. Les Jardins De Minuit
  2. Protection
  3. Écailles De Lune Part 2
  4. Sapphire
  5. Percées De Lumière
  6. Souvenirs D’un Autre Monde
  7. Oiseaux De Proie
  8. Autre Temps
  9. Kodama
  10. Délivrance

Setlist Soen

  1. Monarch
  2. Deceiver
  3. Lunacy
  4. Martyrs
  5. Savia
  6. Lucidity
  7. Modesty
  8. Antagonist
  9. Illusion
  10. Lascivious
  11. Lotus

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