Intensos tres días de música y situaciones para el recuerdo comenzaban a quedar atrás, cuando el Itaú Stage se preparaba para recibir a la última presentación de este Lollapalooza Chile. Lana Del Rey, destacada figura del indie y el pop masivo, regresaba a nuestro país luego de su show en 2013, esta vez con un estatus mucho más estelar que el que contaba en ese entonces. En plena promoción de su quinto trabajo de estudio, “Lust For Life” (2017), la cantante de Nueva York se asomaba como la única headliner femenina de esta edición, llegando en un muy buen momento creativo, con una puesta en escena mucho más madura y estructurada, lo propio para una artista de esta categoría.
“Experiment In Terror”, obra del maestro Henry Mancini, fue la intro escogida por Lana para el show que la tenía de regreso en nuestro país, ingresando a escena ante una estrepitosa tormenta de gritos y aplausos, catarsis que se desataba luego de una eterna espera que sus fans tuvieron durante casi toda la jornada para estar lo más cerca de su ídola. Con la melancolía de “13 Beaches” comenzó un espectáculo que muchas veces cayó en excesos innecesarios, pero que lograba sostenerse gracias al carisma de la cantante y el enorme deseo del público por verla en el escenario. Y es que este parecía un show para los fanáticos acérrimos, centrándose en canciones como “Cherry” o “White Mustang”, composiciones extraídas de “Lust For Life”, su última placa discográfica.
Lo anterior generó que el público más casual de un festival tuviera que esperar hasta un poco más entrada la presentación para disfrutar de esos hits que la hicieron popular, como la ultra coreada “Born To Die” o la dupla de exitazos que entregó con “Blue Jeans” seguida de “National Anthem”, dos de las canciones más conocidas de su repertorio. No obstante, esta no era una noche para recuerdos, ya que la promoción de sus últimos trabajos proliferó en el setlist interpretado, a excepción, eso sí, de un segmento final donde Del Rey emocionó a la totalidad del público con “Video Games” y la tristeza romántica de “Summertime Sadness”, últimos tracks antes del final con “Off To The Races”, elección un tanto debatible, pero finalmente comprensible en pos del formato que tenía la presentación.
Muchos osaron de acusar a Lana Del Rey y un supuesto playback de su parte, pero eso estuvo lejos de ser lo concreto, ya que lo que en realidad utilizó la cantante fue la técnica del over playback, que consiste en cantar sobre una base de apoyo vocal, independiente de las bailarinas/coristas que tenía, las que muchas veces se sintieron un aporte innecesario en la presentación. No hay duda de que este fue un show muy bien compuesto, con atractivos elementos visuales y escenográficos, pero queda la interrogante del porqué haber utilizado esta técnica, ya que hubo muchos momentos en que Lana mostró su gran calidad vocal sin el uso de apoyo alguno, lo que resulta confuso a final de cuentas. Quizás tenía algunas complicaciones en sus cuerdas vocales, pero no pareció notarse durante su show.
Es importante resaltar el papel femenino en la música, y en especial en los festivales donde las mujeres muchas veces no tienen el espacio necesario para destacar. Si bien, otras ediciones de Lollapalooza Chile han visto desfilar tremendas artistas, como Björk, Joan Jett, Lorde o St. Vincent, así como también agrupaciones de la talla de CSS, Savages o Tegan And Sara, esta nueva versión tenía una tarea importante que cumplir, lográndola con creces en el bookeo de shows tan consistentes como el entregado por Lana Del Rey, además de lo que dejó el fin de semana con Mon Laferte, Camila Cabello, Zara Larsson, o Tash Sultana (la gran sorpresa del domingo), quienes destacaron en sus estilos propios, eliminando todo prejuicio existente frente a su desempeño. Qué bien haber tenido una headliner femenina, lo que supone un paso muy grande dentro de una realidad que debemos construir entre todos, y en la que Lana Del Rey abrió la puerta para otras instancias en ediciones venideras.
Setlist
13 Beaches
Cherry
Scarborough Fair (original de Simon & Garfunkel)
White Mustang
High By The Beach
Born To Die
Blue Jeans
Happy Birthday, Mr. President (original de Marilyn Monroe)
Era el esperado turno de los liderados por Perry Farrell tras su cancelación el año pasado. La banda, que debutaba en Cerrillos en el escenario Banco de Chile, sufrió la baja de uno de sus icónicos integrantes, lo que no fue impedimento para que resolvieran aquella deuda con nuestro país.
Dave Navarro sería sustituido por Josh Klinghoffer, quien de bajo perfil resolvió con oficio y actitud. Así, Jane’s Addiction partía su set con un doblete de “Nothing’s Shocking” (1988), encendiendo el ambiente con “Up the Beach” y “Ocean Size”. Es innegable la calidad e influencia que Jane’s Addiction ha tenido en una generación completa de músicos y público.
Y es que su líder, además de dominar completamente el espectáculo, también ha podido administrar con visión parte de una industria, liderando desde sus inicios la marca Lollapalooza. Hoy, las nuevas generaciones se mezclaron con los viejos emblemas del rock y juntos lograron encarnar la filosofía de cualquier festival donde lo que más importa es la música.
Con el sol golpeando nuevamente sobre las cabezas en un repleto escenario, Perry Farrell se dedicó a hablar e interactuar envalentonado por una botella de vino tinto. El cantante se refirió al calor e incluso al Presidente, provocando la positiva reacción del público. Para quienes buscaban clásicos, la banda deleitó. Repasó sus mejores éxitos y permitió a su guitarrista de emergencia soltarse en pasajes de la incansable “Three Days” y hasta reversionaron “Jane Says” en clave acústica.
Fieles a su estilo, la banda fue acompañada por bailarinas y una puesta en escena tipo burlesque. Jane’s Addiction regresa con el único peso de la experiencia en su espalda, sin intentar demostrar nada nuevo. Sin embargo, su presencia en un festival de estas características es siempre un deleite, agregando siempre un toque de oficio y experiencia.
Alain Johannes Trio
Para Alain Johannes la vida no ha sido fácil. El músico chileno regresaba a nuestro país tras la dolorosa pérdida de uno de sus mejores amigos, Mark Lanegan y parecía que esta sería la mejor oportunidad para un homenaje. Secundado por su banda local, Johannes se subió al escenario alternativo Aldea Verde y repasó gran parte de su nutrida trayectoria musical.
Con una seguridad y un toque de emoción, Johannes entregó una versión casi idéntica de “Can’t Change Me” de Chris Cornell, la cual trabajaron juntos y la frenética “Hangin’ Tree”, dedicada a Lanegan. La riquísima experiencia de Johannes daría para un show muchísimo más extenso e íntimo, con canciones de todos los estilos y generaciones que ayudó a producir.
Sin embargo, el músico se las arregla para condensar aquello y recorrer parte de ese camino musical. Así pasó por su excelente etapa de “Spark” e incluso Eleven, tocando “You’re my Diamond”, entre otras. Johannes es una joya y uno de los puntos altos dentro de la representación local en el festival. El músico, que además gozó de un correcto nivel técnico en el escenario, tiene aún mucho que mostrar hasta ponerse completamente al día con el país que ya logró conquistar.
Twenty One Pilots
Tenían la difícil tarea de ser el reemplazo de Blink-182, los cabeza de cartel. Sin embargo, Twenty One Pilots, saben lo que hacen y ya cuentan con la experiencia y el público chileno en el bolsillo. Así, el dúo se presentó sobre el escenario Costanera Center tras el eléctrico y psicodélico show de Tame Impala, marcando un quiebre en cuanto a lo que necesita cada número para resaltar.
Los norteamericanos tienen una base fiel de seguidores que pacientemente los esperó y se alegró de que, pese a que no estaban haciendo giras, hayan podido regresar a nuestro país. Aquello no fue impedimento para que el dúo de Tyler Joseph y Josh Dun se entregaran al máximo con un show renovado y con sorpresas.
Totalmente encapuchados, los músicos saltaron a escena con los primeros acordes de “Guns for Hands” y “Morph”, con Joseph acompañado del piano en todo momento. No fue sino hasta “Holding on to You” que la banda ya tenía cautivado al grueso de los asistentes que se hacían camino entre quienes ya abandonaban el parque.
Siempre al piano, el carismático líder se apoderaba de todo el escenario hasta que se apoyaron por primera vez con banda, dejando al dúo al descubierto para el espectáculo. La parte más interesante de la noche estaría a cargo de una sección de trompeta que incluyó guiños a Chico Trujillo y Los Jaivas, desatando la locura de los asistentes.
Una banda de estas características sabe bien cómo encantar y respetar a su público. Con pequeños detalles y una entrega siempre al cien, lograron emocionar y también consolar a quienes veían con resignación al reemplazo de su banda favorita. Pero para eso, la banda tendría otra sorpresa más: despachar un cover de “First Date” y prender a todo el parque. Casi como agradecimiento por las casualidades de la vida que los devolvió a Chile, la banda se plantó como siempre con un show impecable y divertido.
Pese a las dificultades que surgieron tras la repentina cancelación de Blink- 182, plato fuerte de la versión 2023 de Lollapalooza Chile, el festival que ya cumple 11 años logró salir ileso una vez más, encantando y cautivando a un público que encontró en la variedad un refugio. Si bien el choque generacional fue demasiado dramático en esta nueva versión, terminó convenciendo y reuniendo a casi todos por igual, que disfrutaron de lo que ofrecieron números como Billie Eilish, Rosalía o Tame Impala.
Son esos detalles los que encarnan la filosofía de un festival que ya cumple más de una década y que contó, una vez más, con su fundador como parte del cartel. Si hoy fallaron artistas, sus reemplazos dieron el ancho y congregaron mas no dividieron. Durante las tres jornadas de un nuevo y caluroso marzo, Lollapalooza Chile sigue dando muestras de ser un festival para todos los gustos y con presentaciones de primer nivel, pese a las críticas -válidas- de su otrora público objetivo. El festival se consolida, encanta pero aún no convence tras su segundo año en el Parque Bicentenario de Cerrillos. Será tarea aún pendiente mejorar los accesos y otros puntos al interior del recinto para que la experiencia sea aún más accesible y cómoda.