
Harry Styles trae su tercer disco solista con “Harry’s House”, presentando, a diferencia de sus trabajos anteriores, un tránsito por distintos géneros, desde la balada pop que marcó su primer LP, “Harry Styles” (2017), al pop bailable de “Fine Line” (2019), pero ampliándose a registros más arriesgados, alejándose de lo que el cantante británico nos tenía acostumbrados. Ejemplo de esto es la canción que abre la placa, “Music For A Sushi Restaurant”, donde reimagina el bebop en clave contemporánea, volviendo a este trabajo el más arriesgado y maduro del cantante.
Las pinceladas experimentales que por momentos posee el disco no lo hacen perder su enganche comercial, como lo demuestra la gigantescamente popular “As It Was”, primer sencillo que se convirtió en un fenómeno viral y que, más allá de la sobreexposición que quizás termine por agotar, termina siendo una tremenda canción de pop bailable. En esta línea también encontramos “Late Night Talking”, también lanzada como sencillo, con reminiscencias de R&B y soul, una canción de amor pegajosa que combina bien esta búsqueda de nuevos sonidos y la pretensión de explorar nuevos géneros del ex One Direction.

El disco, a su vez, parece tener dos ánimos bien definidos: el primero de ellos es el nostálgico y contemplativo que dan las canciones lentas, las cuales por momentos se vuelven repetitivas hasta el punto de caer en cierta monotonía. Esto sucede, por ejemplo, en la seguidilla de “Daylight”, “Little Freak” y “Matilda”. Sin embargo, funcionan bien por sí solas, siendo el principal problema el orden de ellas en el disco, ya que baja el ritmo frenético que se venía sosteniendo. Debido a esto, los cortes que están hacia el final de “Harry’s House” entran mejor al oyente, específicamente “Boyfriends” y “Love Of My Life”, que comparten además el tema del desamor. En la primera lo que brilla es la voz de Harry, apenas acompañada por una guitarra acústica que deja que el joven cantante británico se luzca, y en la segunda la instrumentación es más rica, acompañando a la voz de una manera más presente, pero sin hacerla perder protagonismo, dándole a la canción una atmósfera más interesante que la de su antecesora.
El otro estado anímico del disco es donde están sus verdaderos puntos fuertes. El pop bailable y desenfadado, con aires de música disco y soul, trae consigo grandes canciones como “Cinema”, contagiando con su ritmo y con un coro que se queda en la cabeza. De esta misma forma funcionan “Daydreaming”, con su juego de voces y efectos vocales, acompañado de una orquestación que por momentos se come el tema en el buen sentido de la palabra, y “Satellite”, que funciona increscendo, llegando a un punto en el que las guitarras y la batería toman un protagonismo inusitado en el disco, pero que funciona perfectamente mientras la voz varía gracias a una producción que aporta en todo momento para que las canciones funcionen.

“Harry’s House” es un disco con el que Styles intenta dar un paso más en el camino de desmarcarse de su rol de cantante juvenil, demostrándolo con composiciones más arriesgadas en lo que a géneros se refiere, pero también en el hecho de que las letras, si bien no son especialmente innovadoras, sí presentan un ánimo más contemplativo y maduro que en sus trabajos anteriores. Asimismo, la gran producción con la que cuenta la placa es un gran punto a favor del sonido, con los instrumentos sonando perfectos en cada ocasión y dotando a las composiciones de una profundidad que no estaba tan presente en los dos primeros discos del británico. Si bien, por momentos el álbum se hace algo repetitivo en los tracks más pausados, representa un paso adelante en la carrera de Harry Styles, y es indudablemente su mejor trabajo a la fecha.
Artista: Harry Styles
Disco: Harry’s House
Duración: 41:48
Año: 2022
Sello: Columbia Records / Erskine