De la creciente ola musical basada en los sonidos étnicos y ambientes paganos, Wardruna se posiciona como uno de los actos que más resonancia ha adquirido con los años. Sea como acompañamiento musical en algunas escenas de la serie “Vikings” o como soporte atmosférico en documentales sobre el circuito del black metal noruego, el proyecto liderado por el multiinstrumentalista Einar Selvik y la cantante Lindy-Fay Hella posee una magia sonora que cautiva y sumerge al oyente en paisajes nórdicos, con bosques profundos, cadenas montañosas cubiertas de nieve y fiordos que hacen eco de cada sonido emitido desde los mismos elementos naturales presentes en los once temas de “Kvitravn”, su quinto disco, el que tributa tanto a la cosmogonía escandinava, como también a la misma naturaleza gélida e indómita del extremo norte de Europa.
Quienes ya conocen a este colectivo noruego, sabrán de antemano que se requiere de un estado especial para oír sus canciones, ya que, al ser música folklórica ambiental basada en la cultura nórdica, el aprecio por instrumentos como el cuerno de cabra, la talharpa, el langeleik y los tambores hechos de cuero de reno constituye la columna vertebral de la agrupación. Eso, sumado al concepto lírico detrás de sus discos, que abarca desde el significado de las runas vikingas, las eddas poéticas, hasta las impresiones ante la mitología y religión escandinava, hace que Wardruna tenga un arraigo y una devoción especial hacia su tierra. Una noción que Einar Selvik quiso experimentar desde sus años como baterista de Gorgoroth, donde incluyó también al controversial vocalista Gaahl en sus dos primeros álbumes.

“Kvitravn” comienza con “Synkverv”, donde la interpretación ceremoniosa de Selvik, apoyado por los coros de Lindy-Fay Hella, va in crescendo para introducirnos en este nueve mundo forjado a hielo y fuego. Eso, hasta que los graznidos de un cuervo blanco anuncian la llegada del tema homónimo del álbum (y también single de adelanto), que es hipnótico, evocador y rebosante de misticismo nórdico. De esta manera, la primera parte del disco desfila por los oídos a medida que aparecen temas como “Skugge”, con vocalizaciones en tono grave llenas de bella oscuridad, “Grá”, con aullidos de lobos y los tambores resonando como latidos de corazón, “Fylgjutal”, que nos hace imaginar el inestable clima de los accidentados rincones escandinavos al ritmo folklórico noruego, y “Munin”, el cual empieza de forma minimalista para decantar en una sinfonía en alabanza a Odín con variaciones en su estructura musical.
El sonido de un cuerno fabricado por el mismo Selvik sirve de guía a la segunda mitad del disco en “Kvit Hjort“, para continuar en esta travesía espiritual por los paisajes del extremo norte europeo, donde la voz fantasmagórica de Lyndy-Fay Hella nos indica la llegada de “Viseveiding”, con toda la energía como ráfagas del viento ártico azotando nuestra embarcación. En cambio, “Ni” es mucho más lento, pero propone una atmósfera donde la majestuosidad del bosque, la flora y fauna noruega actúan como parte de un todo. Para finalizar, “Vindavlarljod” y “Andvevarljod” ofrecen un cierre al viaje chamánico, donde los instrumentos dan paso a escenas de tormentas y cánticos en trance que nos obliga a cerrar los ojos y dejarnos llevar por las costas del país nórdico.

Aunque el líder del proyecto ha dicho que estas canciones son una forma de animismo porque los elementos presentes en él poseen cierto grado de espiritualidad, Wardruna genera una pertenencia a la tierra y a la cosmología nórdica, en un llamado al alma que trasciende las barreras de la distancia física y el idioma. Y en “Kvitravn” el colectivo de Selvak y Hella produce una atmósfera única, que evoca tanto el paisaje como también la cultura escandinava, yendo más allá de la tendencia vikinga impulsada por videojuegos o series de televisión.
Artista: Wardruna
Disco: Kvitravn
Duración: 65:44
Año: 2021
Sello: Columbia Records / By Norse Music