Hoy en día, tal como ayer y probablemente mañana, los sonidos vintage generan especial atención en el mundo de la música. Pese a su vocación vanguardista, el rock, o mejor dicho el público rockero, suele ser férreo defensor de la consigna “todo tiempo pasado fue mejor”. Y es que en tiempos donde supuestamente todo se ha hecho, no resulta complicado recurrir a los recursos del pasado en beneficio del presente, y lo importante es utilizar dichos elementos con sutileza y no burdamente. Dentro de quienes cumplen este objetivo se encuentra Wand, quinteto proveniente de Los Angeles, que con “Laughing Matter”, su quinto larga duración, comienzan a consolidar una identidad sónica luego de cerca de seis años de experimentación.
Aquella delicadeza a la que se hace referencia se expone inmediatamente en los dos primeros tracks del LP, “Scarecrow” y “xoxo”. Entre ambos se construyen progresivamente en intensidad, la cual orienta la dulzura vocal de Cory Hanson, vocalista, guitarrista y líder de la banda. Posteriormente nos encontramos con “Bubble”, primero de varios intertantos instrumentales del álbum, el que decanta en la balada “High Planes Drifter”. Es significativo considerar que, hasta el momento, todo se entrelaza como un relato auditivo continuo, enriquecido por los matices.

El quiebre lo genera “Walkie Talkie”, sacando a la luz una faceta más lúdica de la banda y mutando hacia una vertiente psicodélica con “Thin Air”, uno de los adelantos de este nuevo material. Acá es posible apreciar la herencia progresiva de la que Wand se ha hecho cargo en sus últimos trabajos, proyectada en la segunda pausa instrumental con “Here”. Por su parte, “Wonder” se asemeja a la primera etapa de la banda, con un sonido más garage rock, aunque con toques oníricos. En consideración de aquello, resulta importante destacar que Hanson y el baterista Evan Burrows colaboraron con Ty Segall en la época de “Emotional Mugger” (2016).
Pese al ruido de su introducción, “Evening Star” es una balada con grandes variaciones sónicas. Es acá donde mejor se puede apreciar la influencia setentera que intenta plasmar la banda, recurriendo sutilmente a la nostalgia zeppeliana, de la que también se nutre el instrumental “Tortoise”. Luego encontramos “Rio Grande”, uno de los grandes singles del LP, en donde disfrutamos del ímpetu radial que posee Wand en esta nueva etapa. Así, llegamos a “Airplane”, una canción de largo aliento, protagonizada vocalmente por la tecladista Sofia Arreguin, y que nos pone a viajar a través de un cielo de detalles sonoros, encontrándonos con lo que es tal vez el mejor momento del disco. Por su parte, “Lucky’s Sight” resuelve a la perfección la estridente tentación que nos ofrecía por momentos su predecesora. Todo se apacigua en los últimos dos tracks de Laughing Matter, “Wonder (II)”, una pieza con tintes dream pop donde retorna la voz femenina, y “Jennifer’s Gone”, una beatlesca balada a cargo de Hanson.

Wand es una colectividad inquieta, cuyo ímpetu creativo no se permite reposar con el paso de los años, no por nada han lanzado material año a año tras su conformación. Particularmente con este álbum estamos ante lo que se espera sea la puerta para un pronta consolidación. Los encontramos en pleno proceso de evolución, manifestado como un retorno a lo elaborado en “Plum” (2017), el último larga duración de la banda, y el EP “Perfume” de 2018. Otro elemento fundamental de “Laughing Matter” es que, tras un trabajo silencioso, el quinteto ha logrado desarrollar toda una sonoridad propia, jugando con elementos nostálgicos del género, sin recurrir al poco valorado –con justa razón– recurso de asemejarse a una banda tributo del tributo, tema tan en boga hoy en día. Como se mencionaba al principio, de esto se trata: sutileza.
Artista: Wand
Disco: Laughing Matter
Duración: 67:28
Año: 2019
Sello: Drag City