En nuestros tiempos de inmediatez, captar la atención del oyente durante los años requiere de algún valor agregado, independiente de la calidad del material a promocionar, y con los shows en vivo puestos en pausa, la posibilidad de crear expectativa exige más innovación. Después del lanzamiento de “Gravebloom” (2017), la banda de Massachusetts, The Acacia Strain, entró a un proceso creativo que llevó su sonido –muchas veces ligado erróneamente al deathcore– a una dimensión que profundizó las claras influencias de la agrupación que toma matices del doom metal y el sludge más agresivo, entregando el cavernoso “It Comes In Waves” (2019) como sorpresa en su momento y significando el comienzo de la forma en la que The Acacia Strain alistó, paso a paso, la inminente llegada de su trabajo discográfico más cohesionado a la fecha: “Slow Decay”.
Desde febrero de este año The Acacia Strain gestionó lanzar un EP con dos canciones cada mes; cada nuevo estreno tenía una letra como título, completando la palabra Decay al final del ciclo de estrenos. El nuevo opus tuvo un período donde su mayoría pudo ser asimilado progresivamente dentro de la incertidumbre que acompañaba la estrategia, y lo certero de esta es la capacidad del grupo de crear una experiencia unificada y desoladora, estallando lo mejor de su carrera.

“Se siente como el infierno“, es la contundente frase que da inicio a “Feed A Pigeon Breed A Rat”, una muralla sonora que va dando forma a la decadencia terrenal que se plasma a lo largo del álbum, estructurado como una extensa pieza. Cada track embiste por su inquietante ambiente y potente ritmo, cargado de groove y una percusión estruendosa conducida por Kevin Boutot, quien ensambla matices tanto del hardcore punk como los del death metal, haciendo que la transición entre “Crippling Poison” y “Seeing God” sea muy natural, contando con la participación de Aaron Heard de la banda Jesus Piece en esta última para encender la sección más brutal del track.
“Slow Decay” cuenta con tres participaciones extra, otorgando más versatilidad al apartado vocal. Jess Nyx de Mortality Rate potencia a la densa “The Lucid Dream” con la voracidad de sus gritos; Zach Hatfield de Left Behind añade aspereza en la orientada al stoner “I Breathed In The Smoke Deeply It Tasted Like Death And I Smiled”; y la actual vocalista de Spiritbox y ex Iwrestledabearonce, Courtney LaPlante, muestra su registro más limpio en el valle final de su interpretación, creando una atmósfera que contrasta con la vorágine de “One Thousand Painful Stings”, una oda a la extinción y heredera de la etapa de “Coma Witch” (2014).

Notablemente, las distintas intensidades conviven con fluidez debido al nexo que resulta la voz de Vincent Bennett, miembro fundador de The Acacia Strain y encargado de empapar a “Slow Decay” con una brutalidad de proporciones en toda su extensión, destacando momentos álgidos a la mitad del álbum en una tripleta masiva: “Crossgates”, “Inverted Person” y la salvaje “Chhinnamasta” (nombre de una deidad hindú que simboliza la dualidad entre arrebatar y otorgar, y título donde Bennett condena su propio destino), anticipando nuestro final colectivo que llega en “Earth Will Become Death”. Un final lapidario, donde arreglos limpios de guitarra dan espacio a las variaciones en los guturales que irrumpen con el advertir del colapso, cerrando con una realidad desoladora: “Lo único más difícil que decir adiós a ti mismo, es decir adiós a los que amas”.
A través de “Slow Decay”, The Acacia Strain se encarga de entregar un sabor amargo que no es producido por su calidad, sino por la nihilista visión que envuelve el larga duración. Es innegable que la existencia de la humanidad, dentro de la evolución de la especie y como sociedad, ha sido causante de una destrucción que se vuelve insostenible, y la agrupación crea una devastadora obra que puede remover superficies y, por qué no, también la consciencia en vívidas consecuencias.
Artista: The Acacia Strain
Disco: Slow Decay
Duración: 43:03
Año: 2020
Sello: Rise Records