Aunque la irresponsabilidad de quienes creen que la pandemia no ha terminado haga creer lo contrario, 2020 fue el año de los puentes cortados, de las relaciones a distancia, de la pérdida de habilidades comunicativas y/o emocionales que viene desde la conciencia extrema de lo dañino que es un contacto humano sin cuidado. Es una derrota muy profunda para la espontaneidad y sensaciones accesorias, como la euforia o la fluidez, y mucho tiene que ver la erradicación de las pistas de baile o los puntos de encuentro. Pero la música se encargó de, al menos, entregar cuotas sonoras que no dejen en el olvido que la humanidad se conecta desde lo consciente, y también desde lo inconsciente.
The Avalanches, casi en el cierre del año más duro para las sociedades contemporáneas en décadas, no sólo nos hace recordar las emociones de la compañía, sino que exalta el amor por esta mera posibilidad. En el tercer disco del ahora dúo australiano, “We Will Always Love You”, hay una exaltación de la vida y del acto de tener memoria desde, justamente, la creación de recuerdos. En la onda del pegoteo del samples, que los hizo mundialmente reconocidos con el precioso “Since I Left You” (2000), este trabajo fluye con maestría por los oscuros y psicodélicos pasillos que llevan de un ambiente al otro. Pero una novedad es que, para dotar de otra profundidad a sus canciones, muchísimos elementos que antes hubieran sido sampleados, ahora son interpretados específicamente para el disco, y así se da un listado ecléctico y brillante de colaboraciones, desde Rivers Cuomo hasta Pink Siifu, pasando por Perry Farrell, Blood Orange, MGMT, Johnny Marr, Karen O, Neneh Cherry o Leon Bridges.

En un año de muerte y vacío por doquier, no es extraño que el concepto que aterriza “We Will Always Love You” sea la muerte y el vacío que se puede sentir en el espacio exterior, pero en este caso con la esperanza contenida y eterna de un deseo cuya grabación lo hizo esperanza eterna. Ann Druyan, directora creativa del Voyager Golden Record, es quien aparece en la portada (imagen pasada por un espectrógrafo para volverla sonido, y luego volver a convertirla en una foto), e inspiró a la banda cuando supieron que los latidos grabados para esos vinilos dorados del Voyager fueron de ella, el día después de que Carl Sagan le propusiera matrimonio. Es ese anhelo de capturar un momento el que impulsa la luz que nunca deja de brillar en este disco.
No es el álbum más sencillo de escuchar, con la variedad que lo lleva desde lo abrasivo en “Until Daylight Comes” con Tricky, y luego, de inmediato, a la fiesta más carnal en “Wherever You Go”, donde hasta se mezcla “Magalenha” de Carlinhos Brown como si las fiestas de hace 20 años se materializaran en este espacio exterior. También existen secciones de transición y tracks que ayudan más a la narrativa del disco que a la canción en sí, como “Gold Sky” o “Born To Lose”, antes del gran final con “Music Is The Light”. Sin embargo, si hay algo que no tiene “We Will Always Love You” es la sensación de que hay rellenos innecesarios. Incluso los momentos débiles se ponen como parte de un disfrute colectivo, casi generando patrimonio desde el presente para su rescate en un futuro desconocido.

“Weightless” y el inquietante código binario que contiene ADN humano y de especies terrestres es la representación final de ese anhelo de trascendencia que tiene el disco o, mejor dicho, las emociones que busca resaltar. Si Ann Druyan buscaba rescatar los sonidos del planeta, The Avalanches quiere exaltar la vida y sus emociones en forma de canción, por si alguna vez se nos olvida en medio de tanta barbarie, tanto bárbaro, y tanta inhumanidad. En medio de momentos difíciles, el rescate de lo bello que es ser humano parece un esfuerzo de otra era, y calza muy bien que el resultado sea un disco que parece, en cada escucha, como el manifiesto de lo que puede ser un nuevo mundo.
Artista: The Avalanches
Disco: We Will Always Love You
Duración: 71:29
Año: 2020
Sello: Modular