¿Qué es hablar de creatividad en el rock contemporáneo? Una pregunta siempre presente en un mundo musical que vive en un loop, donde se alternan la ortodoxia y revolución como principios de guía estéticos. Cada cierto tiempo, aparecen álbumes que dan luces de una posible respuesta a dicha interrogante, y es en ese horizonte donde encontramos la propuesta orquestal y poética de Black Country, New Road, banda londinense compuesta por Isaac Wood (voz y guitarra), Tyler Hyde (bajo), Lewis Evans (saxofón), Georgia Ellery (violín), May Kershaw (teclados), Charlie Wayne (batería) y Luke Mark (guitarra). Resulta necesario enlistar y enfatizar en que son un septeto, pues, más que pasar desapercibidos, todos son piezas fundamentales en la construcción del laberinto sonoro que significa su primer larga duración, “For The First Time”.
El camino lo comenzamos a recorrer con “Instrumental”, donde una veloz rítmica de jazz y teclado frenético son la base para una orquesta que aumenta la tensión paulatinamente, hasta chocar de golpe con un brusco silencio, convirtiéndose en una pieza que, desde la apertura del LP, nos permite apreciar la variada influencia de la agrupación. Con “Athens, France” transitamos pasajes más afables, que nos llevan hacia momentos de un rock alternativo con tintes de intensidad noventera, y que son matizados por solemnes momentos orquestales que sirven de telón de fondo para la temerosa pero expresiva voz de Wood.

Un cambio un tanto drástico se experimenta con la caótica “Science Fair”, una turbulenta tormenta de bronces, guitarras estridentes y sintetizadores intimidantes, cuyos sucios quiebres jazz y perturbadoras estructuras sonoras nos regalan una experiencia de corte cinematográfico. Cabe destacar que en la letra se hace una referencia explícita a los emblemáticos Slint, alusión que se palpa vívida como influencia estética en “Sunglasses”. Con su comienzo de atmosférica guitarra fuzz, nos encontramos con una base post rock noventera, caracterizada por su incorporación progresiva de capas sonoras y que, tras una descompensación rítmica, cambia drásticamente a una propuesta más potente.
En el último tercio, inspirada en el trabajo de Arthur Russell, “Track X” retoma transitoriamente la calma perdida. Acá toman mayor protagonismo los tímidos, pero curiosos, arreglos de violín. También podemos apreciar la importancia de la propuesta lírica, que destaca por su capacidad de transmitir emociones como desazón, hastío o frenesí con letras sinceras sobre la cotidianeidad. Así llegamos al cierre de “For The First Time”, donde nos encontramos con la monumental “Opus”, una pieza de rítmica acelerada, con cierto color post punk, pero que se entrecruza con juegos de intensidad y explosiones sónicas, generando una apocalíptica atmósfera orquestal cargada de misterio, derivando en calma después de la tormenta.

Tras el recorrido, nos damos cuenta de que lo realizado por estos siete jóvenes ingleses cobra mérito al darnos atisbos de respuesta a la pregunta planteada líneas atrás. En una época en que se supone que ya todo está hecho, la creatividad de una propuesta musical no necesariamente se basa en la capacidad de inventar algo nuevo, sino que también por la inteligencia de utilizar lo ya disponible para generar algo atractivo. En su honestidad, que no tiene tapujos en confesarnos sus influencias, Black Country, New Road con “For The First Time” nos brinda un constructo sónico poseedor de un espíritu propio y abre un camino que nos permite ver que no todo es monotonía allá afuera.
Artista: Black Country, New Road
Disco: For The First Time
Duración: 40:44
Año: 2021
Sello: Ninja Tune
Mario
28-May-2012 en 1:29 pm
Parece que a Gustavo Inzunza no le gusto el disco, no le gusta comentar…tiene una flojera tremenda y “se lee” como si tubieras “lata” de comentarlo.
Saludos =)
Mario
28-May-2012 en 1:57 pm
Me respondo sólo, y me retracto en cierto sentido: el disco nuevo de omar es 99% identico a como lo describe Gustavo Inzunza. =(
omar
29-May-2012 en 1:42 am
respecto a la opinión sobre el disco, creo que está mal entendido el disco, lo que ofrece el álbum no es algo para satisfacernos propiamente, de hecho, hasta en la misma portada, el disco es para él mismo (omar rodríguez lópez), una especie de desahogo y de abstracción del periodo por el que está pasando, es decir, el fallecimiento reciente de su madre, obviamente ni hay forma de compararlo con el álbum jazzero “omar rodriguez”, “calibration”, u “old money”, siento que esta atmósfera obscura y de hasta pesadez sí lo logra pues es eso mismo lo que transmite, la falta de esa explosión enérgica, bueno, es lo que confiere a mi humilde opinión. gracias y saludos
Rodrigo
29-May-2012 en 9:21 pm
Concuerdo absolutamente con “omar”, aunque yo lo tomé como un desahogo ante su ruptura sentimental, pero el relacionarlo con el fallecimiento de la mamá tiene mucho más sentido. Si bien concuerdo en que es un disco “prescindible”, me parece un poco antojadizo lanzar una declaración como “se despiertan dudas respecto a su habilidad para grabar en solitario” pudiendo enumerar fácilmente un buen puñado de discos solistas de Omar en los que justamente se encuentra todo lo que se critica que éste no tiene.