Los efectos del Covid-19 en la industria musical se han presentado en múltiples formas: cancelaciones de festivales, conciertos o álbumes pospuestos. Nicole Atkins tuvo que aplazar el lanzamiento y promoción de su quinto disco, “Italian Ice”, el primero en tres años, así como también privar a la audiencia del goce de su magnética voz en los festivales que la acogerían. Pero la llegada de su nuevo material trae consigo una confortante atmósfera, resultado del arduo trabajo de comprometidos músicos. Tres años después del aclamado “Goodnight Rhonda Lee”, Atkins continua con su paleta retro, pero se abre a nuevas fronteras. Las primeras notas de, “AM Gold” rápidamente sitúan la ambientación vintage que guiará el disco, pero las guitarras y saxos amplifican sus sonidos, permitiendo a su voz brillar aún más. Como sacada de los años sesenta, el corte presenta múltiples demandas sociales, que son igual de apropiadas en el presente: “Quiero saber que no estoy sola / Estamos varados en la basura del Edén / Hambrientos de aquello que debimos estar alimentado”.
Existe un espíritu colaborativo que rodea al material. El sencillo “Captain”, una nostálgica y cinemática pieza, cuenta con la participación de Britt Daniel (Spoon) en vocales y cuerdas, siendo una dulce balada que brilla por la química vocal entre ambos. En “Never Going Home Again”, uno de los cortes country, la cantante recluta voces del folk contemporáneo, como John Paul White (The Civil Wars), Seth Avett (The Avett Brothers) y la cantante Erin Rae. El cuarteto trae el espíritu de la americana a relucir, con simpleza y honestidad propia del género. Además, cuenta con el trabajo de Ben Tanner (Alabama Shakes), quien coprodujo el álbum junto a Atkins. Este escuadrón es completado por Carl Broemel (My Morning Jacket) y Jim Sclavunos (Nick Cave And the Bad Seeds).

En esfuerzos anteriores, la voz de Atkins lograba relucir sobre relajadas melodías, pero aquí los momentos soul la amplifican y se potencian mutuamente. “St. Dymphna” invoca un espíritu sesentero, que presenta sus mejores vocales a través de un dramático instrumental. Es una oda a los dolientes y una súplica a la santa patrona de la salud mental: “Prefiero morir que volverme loca / Te dejé un mensaje, ¿cuándo me responderás?”. Esta potencia también se presenta en “A Road To Nowhere”, un cover del clásico de Carole King, donde Atkins elige apegarse al original y dejar brillar a su voz.
Sin embargo, crear un disco en torno a la nostalgia puede generar un efecto derivativo de la época que evoca, como en “These Old Roses”, una conmovedora pieza orquestal, pero con un coro que hace un claro guiño a “Where The Boys Are” de Connie Francis. El trabajo fue grabado en el icónico estudio Muscle Shoals Sound Studio, donde Atkins realizó lo que describe como un “viaje en acido a través de mi colección de discos”, buscando capturar la esencia del estudio sin perder su autenticidad. Esto se ve reflejado en momentos como “Mind Eraser” o “Domino”, cortes con guiños clásicos, pero que logran equilibrar su punto de vista. La primera presenta el instrumental más dramático de “Italian Ice”, con vocales como susurros a través de los versos, mientras que la segunda encapsula la inspiración psicodélica en un atrapante juego de instrumentos en, quizás, el único momento que se aleja de los sesenta.

A pesar de su espíritu rugiente, el álbum recuerda los momentos característicos de la cantante, como en la delicada “Forever”, una brillante oda a su esposo, donde la voz se desliza a través de las dulces melodías en una simple y efectiva composición, o en “Far From Home”, que evoca elementos dramáticos propios de un clásico de Broadway. El track final, “In The Splinter”, es un enorme cierre, donde la cantante no se guarda ninguna carta y lo deja salir todo, con un impresionante control vocal liderando toda la melodía.
Es curioso que un disco tan colaborativo haya visto la luz en un momento como el presente, donde sólo queda disfrutar de la compañía de Nicole Atkins entre cuatro paredes. Y es que cada canción fue compuesta para ser cantada con fuerza en compañía, celebrando la complicidad de las cuerdas, percusión y el piano que acompañan la potente voz de la compositora. Lejos de ser su material más íntimo, “Italian Ice” celebra la nostalgia y sus efectos en el presente, manteniendo el encanto y presencia que la caracterizan.
Artista: Nicole Atkins
Disco: Italian Ice
Duración: 41:24
Año: 2020
Sello: Single Lock Records
https://open.spotify.com/album/3Qc7NQzgwuIhQxsszCUHG2