Las composiciones de Nick Cave & The Bad Seeds han visto un cambio en la década presente. Dejando descansar a las guitarras, la banda ha tenido un acercamiento minimalista a sus composiciones, con una simplicidad en su instrumentación que ha dejado brillar la desnudez de su lírica. Al referirse a “Push The Sky Away” (2013), Nick Cave lo describió como “un niño en una incubadora”, donde los loops representaban los frágiles latidos. Esta metáfora puede verse plasmada en la trilogía de álbumes que ha ofrecido el grupo en estos años, con “Skeleton Tree” (2016) llevándose los aplausos por la crudeza y honestidad de su composición. El álbum se estrenó poco después de la muerte de Arthur, hijo de Cave, quien falleció trágicamente durante la realización del disco, sin embargo, “Ghosteen” es el primero en componerse después de la tragedia, reflejando en sus letras, voz y musicalización el dolor de la muerte y aquello por lo que seguir viviendo.
“Ghosteen” es el primer álbum doble de la banda en 15 años, con una primera parte –compuesta de 8 tracks– descrita como los “hijos” y una segunda parte –de tres tracks– que componen a sus “padres”. El primer tema, “Spinning Song”, presenta la musicalización que caracterizará al resto del trabajo: un acercamiento al ambient, con sintetizadores y un minimalista piano que acompañará la crudeza de la voz de Cave. El tema aborda el legado de la música más allá de la vida del artista, usando la figura de Elvis para ilustrar su propia mortalidad y el legado de su trabajo, representando la angustia que significa reconocerse mortal, pero acompañado de un final reconfortante para él y aquellos que comparten su pesar: “La paz vendrá, una paz vendrá, una paz vendrá con el tiempo”.

Tal como su antecesor, “Ghosteen” trata temas como la muerte, la pérdida, la angustia y el dolor, pero este no se manifiesta de manera individual: a través de las once canciones, Cave se pone en los zapatos de todos aquellos que han perdido a alguien importante y buscan sanar. “Bright Horses” es un fuerte golpe emocional que se presenta como himno de los dolientes, con un delicado y melancólico piano que ilustra una otoñal composición. Como en el resto de las canciones, el minimalismo de la instrumentación es intencional, dejando el protagonismo a las historias del narrador y darle espacio para brillar a la vulnerable voz que las relata. Temáticamente, el track presenta las contradicciones y choques entre la esperanza y la angustia con momentos brillantes, donde cada acto parece una señal mágica del universo que lo conforta, y otros donde toda su fe es corrompida y sólo puede observar el mundo a través del dolor.
La primera parte de este álbum doble presenta la increíble habilidad de la banda de ilustrar las delicadas emociones humanas con la grandiosidad de sus imágenes y poesía, encontrando belleza y esperanza en el dolor y un compañerismo con sus cercanos dentro de la angustia. Canciones como “Waiting For You” expresan la empatía hacia su amada, entregándole espacio para sanarse, con una de las interpretaciones vocales más desgarradoras del disco. “Sun Forest” comienza como un track ambiental y desemboca en una reconfortante pieza que busca reconciliar la negación y la fe. Un edificante coro eleva la oscuridad de los versos en uno de los temas más esperanzadores del disco. “Ghosteen Speaks” voltea la narración, poniéndose en el lugar de aquel que se ha ido, abrazando las memorias y las experiencias para asegurarse de no caer en el olvido. Una canción que utiliza los elementos del ambient para que el oyente pueda imaginarse los espacios que relata.

Es en la segunda parte donde todos los sentimientos y las composiciones se radicalizan, llevando la vulnerabilidad del álbum a otro nivel. El tema titular comienza con una inusual positividad, recordando lo hermoso del mundo; una brillante pieza acompañada de cuerdas que aumentan la grandiosidad de la composición, con una voz en el coro que por primera vez pareciera positiva. Sin embargo, “Hollywood” vuelve a la oscuridad, no para sumergirse en ella, sino que para brotar a pesar de esta, narrando la desgarradora historia budista de una madre que pierde a su hijo y los sacrificios para seguir con su vida. La canción reconoce el dolor y lo positivo de volver a enfrentarlo, cerrando como empezó, esperando por la paz.
Nick Cave siempre se ha destacado como un letrista, con un trabajo que lo avala como uno de los más importantes compositores contemporáneos, con un material que en esta década lo ha visto usar el dolor para crear poderosas poesías que representan la ferocidad de sus sentimientos. Pero es en “Ghosteen” donde su prosa cobra más protagonismo que nunca, convirtiendo a la música en el acompañamiento de sus relatos y su voz como mensajera de dolores colectivos. Con una minimalista producción, melancólicos sonidos ambientales y una desnuda voz, Nick Cave & The Bad Seeds ofrece en este disco el legado de sus composiciones.
Artista: Nick Cave & The Bad Seeds
Disco: Ghosteen
Duración: 68:10
Año: 2019
Sello: Ghosteen / Bad Seed