Al escuchar el nuevo trabajo de The Weather Station, es difícil entender por qué la artista había pasado bajo el radar hasta ahora. Y es que, a pesar de una carrera de más de 10 años, “Ignorance” promete ser la placa que la finalmente logre posicionarla como una de las figuras esenciales de la nueva ola del art pop. Anteriormente, el proyecto de Tamara Lindeman se centraba en darle espacio a las letras más que a la melodía y su voz, debido a que su pluma ha sido el gran punto fuerte a lo largo de su discografía. Sin embargo, en “Ignorance” una banda completa la ayuda a llegar a nuevos niveles para crear las perfectas atmósferas.
Desde las dramáticas cuerdas de “Robber”, el tema de entrada, se puede ver la influencia del resurgimiento pop baroco en su nueva placa. Pero sus composiciones hacen que este dramatismo no sea sólo algo estético, sino que parte de todo un relato que es posible de imaginar gracias a sus letras. “Nunca creíste en el ladrón, creíste que un ladrón debía odiarte para robarte, pero el ladrón no te odia”. Lindeman hace una clara alusión al imaginario capitalista, pero utilizando los elementos del género para una narración gótica. Poderosos violines, sintetizadores, percusión y hasta cuerdas eléctricas son algunos de los elementos que se introducen con esta nueva banda. Sin embargo, la artista jamás pierde su calma ni se deja remecer por la potencia del instrumental. Esta es la perfecta representación de la temática principal del disco, un testigo impotente ante las catástrofes que percibe del mundo.

En “Atlantic”, la poderosa melodía representa el peso de la crisis climática ante manos que no mucho pueden hacer. Su voz se muestra resignada, pero la ansiedad está presente en la rítmica percusión. Además, los detalles de flautas a lo largo del tema le agregan un sentido de aventura ante la calamidad, en una mirada fantasiosa del temor al fin del mundo. Si bien, su voz podría parecer monótona frente a temas tan preocupantes, logra precisamente retratar un cansancio generacional. Y es que, de muchas maneras, “Ignorance” es un álbum de desamor frente al mismo planeta en el que se vive, donde se lucha para encontrar razones por la que seguir amándolo. Así, el disco batalla entre oscuros momentos, aunque con pequeños destellos de luz. Tal como en “Loss”, donde se lamenta la pérdida, pero también se reconoce la necesidad de enfrentarla, en una de las melodías más brillantes de la placa.
En temas como “Parking Lot” se aprecian aquellos momentos que alejan de la negativa mirada humana: “Vi a un pájaro volando y aterrizando en el tejado. Después regresó al cielo, desapareciendo de la vista”. La simpleza de estos momentos la distrae por un segundo de su negatividad en una de las melodías más dulces, donde su búsqueda por momentos de paz se representa entre el juego de cuerdas y batería. La balada a piano “Trust” representa la perspectiva de Lindeman como cantautora; una clara habilidad de crear atmósferas íntimas y atrapantes, pero que también logra transportar con el dramatismo de sus melodías. Asimismo, refleja sus cuestionamientos ante lo volátil de la sociedad y su predisposición al caos. Poco a poco, la melodía se va construyendo con más y más capas detalladas que se presentan mientras relata su historia. El corte final, “Subdivisions”, es quizás una de sus composiciones más clásicas, donde la melodía sería difícil de ser despreciada. De esta forma, su mensaje puede llegar masivamente sin perder su identidad como relatora. Sin despedidas sutiles cierra el disco en un punto alto, en una canción que no hace más que crecer y crecer, con uno de los coros más impecables de toda la placa.

Sería sencillo descartar “Ignorance” como un disco negativo del presente del mundo, sin embargo, el trabajo de The Weather Station está lejos de ser sólo una crítica fría. Existe una clara sensibilidad y un sentido de búsqueda que no deja de avanzar, y cada composición amenaza con volverse estacionaria, pero la adición de su banda la lleva a nuevos lugares de aventura que antes no había logrado alcanzar. Si bien, observa al mundo, jamás lo hace desde un punto estacionario. Tamara Lindeman continúa emprendiendo el viaje para poder entender más sobre el entorno que le deprime, pero que también le emociona.
Artista: The Weather Station
Disco: Ignorance
Duración: 40:42
Año: 2021
Sello: Fat Possum
simóm Alejandro Saldivia Jara
25-Feb-2015 en 1:11 pm
Un agrado leer un articulo como este escrito desde la información y siendo lo suficientemente objetivo, hace rato que no entraba a la página y ya recuerdo porque lo hacia antes con regularidad, felicidades Pablo. Aunque a decir verdad, difiero de lo que expone el texto
Es cierto que en el golden age hay una predominancia estética sobre la música , una determinante es el cambio drástico en el estilo del co-compositor de turno en este álbum (Sköld, si es que recuerdo bien, bajista por ese entonces, ya que en todos los anteriores había sido el histórico tecladista Pogo el que tomaba este rol, quien dejó la banda después de este disco a todo esto, por ende la inestable reposición del puesto, que llevó inclusive a otros miembros a cambiar de instrumento e inclusive a desertar, se terminó por erradicar la hasta entonces notoria importancia del teclado en el sonido de la agrupación, al punto de que en The Pale Emperor es reemplazado por una segunda guitarra). Y el gran pecado de este disco, el desaprovechamiento de John 5 como real aporte al sonido de la banda.
Pero considero que los “the high end of low” y “born villian”, poseen la mismas características que atribuyes a the pale emperor, a mi parecer la predominancia musical es ya constante en los últimos tres discos (sólo que en este contamos por primera vez con Tyler Bates, como co-compositor), aunque claro, no es algo que la naturaleza del articulo te permita abordar el tema completamente. Bajo ese punto, quizá sin contar con el éxito de ventas como argumento para defender lo anterior, puedo decir que son “The Golden Age of Grotesque” y “Eat Me, Drink Me” los que pecan de ser predominantemente estéticos y repletos de parafernalia.
(Pido perdón si me extiendo demasiado) Siendo el primer disco con tinte autobiográfico, en el que las letras de la banda se enfocan por primera vez notoriamente en Brian, repleto también de estos elementos que pretenden montar homenaje a Lewis Carroll, “Eat Me, Drink Me” a pesar de ser recordado con más lamentos que el mismo Golden Age, es un disco de transición, el ultimo que se apoya casi ciegamente en el espectáculo gráfico, y un trabajo que resulta transparente, el primer disco sincero de la banda.
Ya desviado del tema, me gustaría señalar que veo otro acierto en The Pale Emperor, y este es el regreso de Tiggy al bajo, ya que no era precisamente un espectáculo tener que verlo en guitarra durante las presentaciones, lamentable que haya costado la salida de un elemento tan interesante como lo era Fred Sablan. Es un buen disco, el mejor desde la salida de Pogo. Y con tanto aroma a David Bowie como tuvo el Mechanical Animals (El que me parece más destacable de los anteriores)
Saludos, y espero no haber escrito esto al aire. Espero leer más cosas así por página.
Pablo Cañon Thomas
25-Feb-2015 en 11:53 pm
Gracias Simón por tu feedback. Justamente la idea es generar un debate que aporte tanto a los fans como a quién debe comentar.
Respecto a lo que dices, concuerdo en que en el anterior disco se vislumbran aspectos netamente musicales que sostienen la propuesta, sólo que en éste -a mi juicio- como es algo más lento y las guitarras suenan más pulcras se puede apreciar mejor aquel rock limpio sin tanto plástico. Respecto a Bates, fue un acierto, se nota claramente su mano en el álbum.
Saludos
Peter
02-Feb-2016 en 5:26 pm
hola encuentro bueno el articulo pero simón dice q anteriormente la co-produccion de los albunes la hacia pogo y la verdad q es twiggy quien componia antes de skold y luego cuando volvio a la banda asumio otra vez ese rol en the high end of low en fin mi idea no es criticar ni hacer notar el error sino mas bien rectificar los fans lo agradeceran un saludo muy buena pagina adios.