Tras la disolución de Oasis en 2009, los caminos musicales de los hermanos Gallagher se bifurcaron con resultados dispares. Para sorpresa de nadie, Noel logró confirmar su solidez como compositor con discos tremendamente contundentes, que gozaron del beneplácito de buena parte de la crítica y el público, sin embargo, Liam no corrió la misma suerte con su proyecto Beady Eye, cuyo “Different Gears, Still Speading” (2011) fue recibido como una buena sorpresa que el segundo, “BE” (2013), no pudo concretar de buena forma. Por eso, el esperado disco solista del mancuniano acapara tanta atención: ¿es capaz Liam de facturar un buen disco solista sin la potencia creativa de su hermano, y sin Gem Archer y Andy Bell, pilares de Beady Eye?
La verdad es que sí y, claro, no podía fallar con el cuerpo de compositores y productores constituido por Greg Kurstin, Andrew Wyatt y Dan Grech-Marguerat, quienes están detrás de artistas contemporáneos tan importantes como Adele o Lana del Rey, y son coautores de una gran porción de la placa, con Kurstin haciéndose cargo de la mayor parte de los instrumentos, excepto de la batería, lugar que ocupa Don McDougall y Nick Bonnes. Ciertamente, el equipo logra concretar un sonido clásico que, como era de esperarse, fluctúa entre las influencias que siempre fueron parte del ADN del ex Oasis, como T-Rex, The Rolling Stones y, por supuesto, ese hedor a The Beatles que se huele en cada uno de los recovecos del disco. Era totalmente obvio que Liam iba a juntar todas esas referencias y las rearmaría a su manera.

“For What It’s Worth”, “Paper Crown” y “China Town” son definitivamente las mejores baladas que Liam ha cantado en la última década, y demuestran que el tipo tiene una capacidad única para proyectarlas y hacerlas despegar hasta el infinito, siendo quizá “Universal Gleam” la más lánguida, pero con un desarrollo con carácter de himno deudor del Blur de 1998, por más raro que esto parezca. Otras, como “Bold”, “Greedy Soul”, “I Get By” y “I’ve All I Need” –esta última escrita íntegramente por Liam–, suenan efectivas, utilizando perfectamente los recursos y mostrando un sonido actualizado que acentúa el poder de la interpretación, terreno en el que Liam sabe jugar perfectamente.
Por otra parte, el aspecto más bajo recae en las letras, aunque se sepa de antemano que no encontraremos una majestuosidad digna de Dylan en ellas. El menor de los Gallagher insiste en ocupar el viejo recurso de completar ciertas estrofas con nombres de canciones de los Stones, Hendrix o The Beatles: “Gimme Shelter”, “Purple Haze”, “Helter Skelter” o “Tomorrow Never Knows” en canciones como “You Better Run” o “When I’m In Need”, algo que sonaba simpático en los 90, pero que ya es un recurso explotado hasta la saciedad.

“Come Back To Me” es una muestra de puro estilo, saliendo bien al paso y manteniendo una vibra interesante, la que está dentro del espectro más rockero del disco, pero sin lugar a dudas “Wall Of Glass” destella con luz propia con esa introducción de armónica y un batallón de guitarras frenéticas, que tienden a recordar los días de “(What’s The Story) Morning Glory?” (1995), adosadas con coros góspel y la voz de Liam en su punto para sonar casi tan agresivo como lo vemos en los medios, adjudicándose con total seguridad que algún día resonará como una muralla de vidrio, un verdadero golpe en la mesa para todos los que dudaban de su debut solista. Por otro lado, en “As You Were” logra sacudirse la palidez mostrada tanto en la última publicación de Beady Eye, como en los trabajos de Oasis después de su época de gloria. Todo depende si al oyente le gusta la fórmula que bebe constantemente de los años dorados de la música británica, porque, al fin y al cabo, de eso está hecho el menor de los Gallagher, del romanticismo exacerbado por la música de los 60.
Con Noel consolidado en una carrera solista tan convincente y Liam defendiendo de buena manera sus credenciales como un músico que puede desenvolverse ampliamente con un material que se amolda a sus características, vale la pena preguntarse si es necesario que Oasis vuelva para otra cosa que no sea un concierto multitudinario que reparta hits a diestra y siniestra. Por el momento, Liam va por el camino correcto en “As You Were”, pero no debe desviarse como lo hizo con Beady Eye, de lo contrario, va a tener que echar mano a la nostalgia de los días de Oasis y no estamos seguros de que la otra parte de este cuento quiera volver a hacerlo por ahora.
Artista: Liam Gallagher
Disco: As You Were
Duración: 44:43
Año: 2017
Sello: Warner Bros.