En 2011, Lizzy Grant lanzó la canción que la convertiría en la estrella con la que siempre soñó ser. Como Lana Del Rey presentó “Video Games”, un minimalista track acompañado de un visual lleno de imágenes alusivas a la nostalgia del estilo de vida californiano. El sencillo tomó por sorpresa a la audiencia y a críticos por igual, quienes se rindieron ante la misteriosa cantante. Meses después, el escenario se volteó, la autenticidad de su persona fue cuestionada y su música fue reducida a un valor meramente estético. Esto no impidió el éxito de “Born To Die” (2012), asegurándole una fanaticada fiel que se maravillaba con su estrella sacada del pasado. Con cuatro discos bajo el brazo, Lana Del Rey se convirtió en una de las figuras más discutidas de la década, y hoy, con su último trabajo, presenta el material más liberador de una las artistas más singulares e incomprendidas de los últimos años.
El anuncio del quinto álbum de Lana Del Rey, “Norman Fucking Rockwell!”, fue fiel a los ismos que se han generado en torno a su persona. Con un título que sólo podía ser suyo, referenciando al icónico pintor, y con una campaña de lanzamiento que duró meses en concretarse, el álbum parecía llevar toda su esencia, pero desde sus primeros sencillos quedó claro: “Norman Fucking Rockwell!” sería distinto. El primer adelanto, “Mariners Apartment Complex”, es la progresión cinemática de quien se ha ido construyendo a través de su discografía. Dejando de lado los elementos trip hop de su debut y de “Lust For Life” (2017), los elementos oscuros de “Ultraviolence” (2014) o la glamorosa instrumentación de “Honeymoon” (2015), el nuevo sencillo deja de lado la idea de un personaje y la esencia de su persona es más palpable que nunca. “Soy tu hombre”, repite en el coro, entregando la seguridad que tanto buscaba en sus primeros lanzamientos.

Las primeras notas del tema titular nos adelantan la magnificencia a la que aspira. El paso de los violines al piano del productor Jack Antonoff nos ofrece una calma pocas veces percibida en la música de la cantante; donde antes había tristeza e inseguridad, ahora existe confort y serenidad, combinando melódicas vocales y el ingenio de su prosa: “Me cogiste tan bien, que casi dije ‘te amo’”, es quizás la frase más Lana Del Rey alguna vez escrita. Es en el segundo sencillo, “Venice Bitch”, donde se encuentra el despegue del álbum, donde en muchos sentidos tiene todos los elementos tradicionales de una de sus canciones, pero tal canción es algo distinto a cualquier cosa que haya realizado. Con una duración de más de nueve minutos, el sencillo combina distintos elementos del pop psicodélico y del soft rock, con un exquisito solo de guitarra. Los mismos elementos que antes fueron reducidos a estética están presentes, pero esta vez no hay duda: la composición y el contenido son protagonistas.
Los tracks emocionales abundan dentro del disco, pero siempre con un guiño esperanzador. “Fuck It, I Love You”, presenta una de las instrumentaciones más tradicionales de rock dentro del disco, pero con una lírica digna de una balada, con una Lana culpándose a sí misma y viendo una oportunidad en el amor, sonriendo a través de las lágrimas. Por su parte, “Love Song” es una de las odas más románticas en su discografía; muchas veces el retrato de sus relaciones ha sido criticado por la toxicidad retratada en estas, sin embargo, el corte presenta una relación más madura, donde el amor ayuda a ambos a construirse. Algo similar ocurre en “California”, donde Lana Del Rey ofrece la comodidad que antes buscaba con desesperación, ya sea un mensaje para su pareja o para su fanaticada, la calma voz de Grant ofrece un espacio seguro. “Hope Is A Dangerous Thing For A Woman Like Me To Have – But I Have It” presenta una de las composiciones más crudas de su carrera, con la producción más desnuda del disco, aunque termina asegurando esperanza dentro de lo caótico de su universo.

Para alguien que ha basado su carrera en torno a la idealización de la vida estadounidense, la decisión de abandonar aquella bandera parece un acto desafiante. Tras la elección de Donald Trump como presidente, Lana Del Rey abandonó el uso de banderas estadounidenses en sus visuales, su preocupación por el país al que tanto ha retratado comenzó a afectar la forma en que componía. “The Greatest” es uno de los momentos más magnos en su carrera, donde todos los elementos que la caracterizan logran combinar en una perfecta melodía. El sencillo es –como muchos de sus mejores momentos– un himno de una generación que percibe preocupantes cambios a su alrededor; un retrato de lo que significa seguir viviendo ante la adversidad de la vida.
Los tracks vacilan entre las perfectas melodías creadas a través de la complicidad de las guitarras y el piano, guiadas por las vocales más expresivas en la carrera de Lana Del Rey. “Norman Fucking Rockwell!” es un momento definitorio en la carrera de la cantante, no porque sus elementos hayan cambiado radicalmente, sino porque la misma esencia que ha presentado en sus materiales anteriores es ahora más clara que nunca. Aquellos elementos referidos como banales por sus primeros detractores son recuperados con firmeza en algunas de las composiciones más honestas del año, demostrando que Lana Del Rey va más allá de su valor estético, y este álbum la presenta más realizada que nunca, asegurándole un podio dentro de las compositoras más importantes de la década.
Artista: Lana Del Rey
Disco: Norman Fucking Rockwell!
Duración: 67:38
Año: 2019
Sello: Polydor / Interscope