IDLES se demoró dos semanas en grabar su tercer álbum y más de cuatro meses en mezclarlo. En el tercer disco del conjunto de Bristol el mensaje es tallado en piedra, pero en el campo del sonido es donde hubo un trabajo brillante, que probablemente pase más desapercibido de lo debido por lo central que resulta la dinámica lírica en “Ultra Mono”.
Tras dos discos de alto impacto, como fueron “Brutalism” (2017) y “Joy As An Act Of Resistance.” (2018), IDLES ganó una notoriedad que les entregó una plataforma para expresar puntos políticos con claridad, en pos de la unidad, contra la masculinidad tóxica, la xenofobia, el machismo y los efectos de un sistema económico que corroe la humanidad, pero eso mismo les puso un blanco en la espalda. Cada paso en falso era usado, especialmente contra el vocalista Joe Talbot. Los cuestionamientos justificaron al final el tono desafiante que tiene “Ultra Mono”.

En este disco las consignas son más desafiantes, sin medias tintas. Aunque las frases son directas, hay reflexión y convicción. Entonces, ¿por qué pareciera que en varias canciones hay respuestas a la medida de las pasiones que genera un troll promedio en Twitter? En “The Lover”, “War” o “Anxiety”, en vez de buscar algo decorado, los conceptos son brutales, sin ambigüedades, para atacar a los haters, a los abusadores o a quienes perpetúan el sistema. En “Ne Touche Pas Moi” (“no me toques” en francés) en vez de reflexionar sobre el abuso, Jehnny Beth y Talbot literalmente gritan “Consent” (“Consentimiento”). Ese afán brutal por sobre el matiz probablemente cristalice la fidelidad de quienes ya adoran a IDLES y le dará más excusas a quienes odian a la banda.
Sin embargo, ese ahínco se olvida de que “Ultra Mono” es un disco sólido y que está basado en los otros pilares que conforman a IDLES. Sí, Talbot es magnético, transparente, sus intentos por generar unidad y buscar justicia son encomiables, pero hay mucho más. Mark Bowen y Lee Kiernan exploran coordinadamente las posibilidades de la guitarra, pero en especial los pedales y los efectos, transformando las seis cuerdas en verdaderos sintetizadores, capaces de generar atmósferas, ánimos y poner otros colores, sin desviar la atención del engranaje preciso y compacto que IDLES por fin logró en el estudio.

En entrevista con HumoNegro, Bowen indicó que “quisimos calmar todo y destilar IDLES a su forma más esencial” quitando ruidos innecesarios. Lo logran, y pareciera que, en la mayoría del álbum, Lee y Mark tocaran al unísono y que lo que cambia son los efectos o matices en las mismas notas, muchas veces con acordes atonales que dan una sensación de extrañeza aún mayor. Adam Devonshire y John Beavis siguen en la senda del ritmo implacable, y esto se nota en canciones como “Mr. Motivator” (con una letra muy blanda para IDLES, pero infecciosa a más no poder), la increíble “Model Village” o la impactante “Reigns”, esta última con un saxo espacial de Colin Webster y un coro que hasta recuerda a Queens Of The Stone Age.
Aunque se diga que IDLES es punk, la actitud puede tirar hacia allá, pero la música del quinteto es bastante más versátil y ecléctica, y se basa en una estructura mental y una fuerza interior más que en un género musical. En un perfil del New York Times, Devonshire dijo que la canción que hizo de IDLES lo que es hoy es “The Rat” de The Walkmen, y quizás ahora por fin lograron replicar esa meta inicial, esa urgencia, esa energía, esa paranoia y también esa capacidad de desenmascarar la falsedad alrededor. IDLES es su propio estado mental, tan así, que pueden llegar y grabar un disco de esta calidad en dos semanas y tomarse cuatro meses de mezcla para preocuparse de cada detalle. Si en “Joy As An Act Of Resistance.” buscaban unidad, en “Ultra Mono” la línea que más se repite es “I am I” (“yo soy yo”), porque el paso siguiente es la autoaceptación, y este es un disco que refleja por completo las facetas de una banda que merece su revolución, su autoestima y la estima de un mundo en aparente ebullición.
Artista: IDLES
Disco: Ultra Mono
Duración: 42:54
Año: 2020
Sello: Partisan