¿Qué puede salir de una mente agobiada? La pregunta es sencilla si solamente se mira desde una vereda superficial y no pensando en el fondo del asunto, pero lo cierto es que muchos podrán coincidir en que cualquier pensamiento proveniente de ella no será de los más positivos. Bajo esa premisa recae todo el peso narrativo y estructural de “Petals For Armor”, el esperado debut como solista de Hayley Williams, quien, luego de varios años al frente de Paramore, toma la decisión de aventurarse por cuenta propia, entregando uno de los discos más personales, intensos y hermosos del año. Cualquiera que afirme que el pop es vacío, no puede estar más equivocado, y si se necesitan despejar dudas, este disco durante 55 minutos y fracción aclara cualquier interrogante sobre eso, logrando un relato separado sutilmente en tres etapas diferentes, donde podemos conocer un lado completamente diferente de la artista.
Influencias hay muchas, y ellas son reflejo de una vida completa consumiendo y admirando a diversos referentes musicales. Desde las comparaciones obvias a Radiohead o la carrera solista de Thom Yorke en tracks como “Simmer” y “Leave It Alone”, hasta un pop más contemporáneo presente en verdaderos puntos altos del disco, como “Cinnamon” y “Creepin’”. Lo realizado por Williams se centra básicamente en cómo dejar llevar las ideas nacidas desde un profundo deseo interno de florecer, y soltar toda la carga correspondiente a un proceso tan duro y complejo como la depresión. Más allá de quedarse en un solo sentimiento a lo largo del álbum, Hayley va pasando por distintos estados de ánimo, algo propio de la cotidianeidad de convivir con una enfermedad así, logrando una construcción metafórica del proceso sanatorio por el cual pasó hasta lograr tener su armadura frente a los peligros del mundo, casi como entrando en un dialogo con su ser interior en el que todos nosotros somos espectadores.

Y es que desde los conceptos más introspectivos pasamos a verdaderos himnos de superación, como “Dead Horse”, que, pese a lo compleja y a ratos dura de su letra, muestra un sentimiento de querer escapar y soltar todos los pensamientos que, por mucho que la atormentaran, finalmente son los que la llevaron a realizar “Petals For Armor”. Quizás la canción más Paramore en un disco que no tiene nada de su banda es “Over Yet”, donde mayormente predominan las estructuras características del trío, pero en un formato mucho más DIY, algo que se siente en todo el disco con las estructuras melódicas que emplea, donde el uso de sintetizadores, baterías programadas y uno que otro efecto de loops le da una característica mucho más personal, entendiendo que se trate de un disco solista. A pesar de haber un trabajo colectivo –establecido con algunos de sus colaboradores más cercanos–, el álbum no pierde la calidez e intimidad de un trabajo absolutamente personal, tanto en su concepto como en la narrativa que plantea.
Probablemente, la mejor forma de que exista un análisis tan exhaustivo de esta obra tiene mucho que ver con el hecho de que se hayan publicado tantos adelantos en la previa, conociéndose dos tercios del disco previo a su lanzamiento y, aunque se podría coincidir en que la tercera parte es un poco más débil que sus antecesoras, finalmente el disco sabe cómo utilizar a su propio beneficio canciones como “Roses/Lotus/Violet/Iris”, donde Williams se acompaña de Phoebe Bridgers, Lucy Dacus y Julien Baker, más conocidas como Boygenius, u otros momentos más dedicados al baile, como “Pure Love” o “Sugar On The Rim”, probablemente el MVP de todas las composiciones presentes en “Petals For Armor”, con beats que muestran la versión compositiva más jugada y madura de Hayley mediante arreglos futuristas y una estructura que aleja cualquier idea preconcebida de una artista conocida principalmente por el quisquillosamente llamado pop punk. Y si de revertir expectativas se trata, el final con “Watch Me While I Bloom” y “Crystal Clear” muestran de que la artista está lista para una nueva etapa, completando así el proceso de florecer que se desarrolla en su primera obra solista.

Desde algo tan horrible como la depresión, Hayley Williams consigue transformar en arte todos los malos pensamientos de un período tan oscuro y pesimista como ese. “La mejor forma de protegerme a mí misma es siendo vulnerable”, declara al explicar el título del álbum, y vaya que se comprende bien esta idea cuando todas las piezas encajan en un rompecabezas donde quedan expuestos las virtudes, defectos, temores y esperanzas de una manera delicada y con un carácter muy potente en términos líricos y musicales.
Cada una de las canciones adquieren la fuerza y belleza de un pétalo que protege y define la personalidad de quien poco a poco se ha convertido en el icono de toda una generación, y en donde sin duda recién comienza un viaje para reforzar su legado más allá de cabellos coloridos y canciones con tinte adolescente. Con “Petals For Armor” nace una nueva Hayley Williams, abrazando y evaluando todas las experiencias de su vida para plasmarlas en canciones, y permitiendo que esos malos momentos perduren para siempre en una nueva forma, quizás aún frágil, pero con mucho más temple.
Artista: Hayley Williams
Disco: Petals For Armor
Duración: 55:45
Año: 2020
Sello: Atlantic