Muchas de las bandas acuñadas bajo el alero del post-grunge experimentaron un ascenso tan drástico, que el sentido de relación, complementación y cohesión al interior de dichos conjuntos, fue muy inferior al esfuerzo que empeñaron por alcanzar la consolidación en un terreno que les ofrecía la fama a la vuelta de la esquina. Y, efectivamente, esta ambición fue la que logró situar a la mayoría de estas agrupaciones como iconos de un movimiento que hasta el momento continúa vigente, pero que no les ha asegurado la gloria perpetua en la escena. Los norteamericanos de Fuel pueden dar fe de esto, y es que desde su álbum debut, “Sunburn” (1998), han sufrido modificaciones tan importantes en su alineación, como lo fue la baja del vocalista Brett Scallions, siendo reemplazado por Toryn Green durante el período en que se llevó a cabo “Angels & Devils” (2007).
“Puppet Strings” nos trae de vuelta a su vocalista fundador, Brett Scallions, luego de una década desde su última participación en “Natural Selection” (2003), acompañado de una formación totalmente fresca que incluye al bajista y ex miembro de Shinedown, Brad Stewart, además de Andy Anderson y Ken Schalk, quien tras terminar la grabación de este larga duración, decidió dejar la banda y no participar en las giras promocionales. Este álbum, que consta de diez pistas, fue producido por Eddie Wohl y mezclado por Ben Grosse, quien ha trabajado con bandas como Alter Bridge, Disturbed y Thirty Seconds To Mars.
“Yeah!” es el tema que se encarga de abrir este nuevo registro, track publicado para ser descargado gratuitamente a través del sitio web de la banda. Según palabras de Scallions, fue lanzado como gancho promocional, y resulta ser un buen incentivo, conteniendo potentes riffs y, claro, un coro básico pero pegadizo. El primer single oficial es “Soul To Preach To”, de la que recientemente se publicó su realización audiovisual. Es un tema que nos habla sobre la redención y que es impulsado por una cálida guitarra acústica que, de pronto, se ve interrumpida por cambios bruscos y muy enérgicos en la instrumentación general. Con “Hey, Mama” estos estadounidenses apuestan por nuevos sonidos, algo más relacionado con el country rock y el blues, además de la inclusión de un órgano que conspira por traernos arreglos vinculados al góspel. “Time For Me To Stop” es un tema que fácilmente podría tener cabida en alguna de las producciones anteriores, y que alberga una estructura sólida, con guitarras poderosas y solos protagónicos. “Wander” posee un inicio emotivo y relajado; una balada sólida, que apuesta más por lo desgarrador que por lo empalagoso.
Llegando a la mitad de este disco, surgen “Cold Summer” y “I Can See The Sun”, ambas con sonidos ligeros, amables, pero muy dinámicos. “Puppet Strings”, tema que le da el nombre a esta placa, se presenta con la colaboración del guitarrista y compositor, Robby Krieger. Es una canción con melodías campiranas, que alcanza su punto cúlmine cuando aparece un solo de quien alguna vez estuvo a cargo de las guitarras en la mítica banda The Doors. “Headache” es una composición furiosa y muy potente, y precede a la última pieza de esta obra, “What We Can Never Have”, que se dispone muy delicadamente a través de guitarras acústicas y sutiles distorsiones que funcionan como antesala de una embestida colérica que apunta a la resignación, y que nos traslada a lo más conmovedor y desgarrador que se podrá encontrar en este último trabajo de Fuel.
Es cierto que el aporte de los integrantes de Fuel ha sido interrumpido de una forma tan constante que no hubiese sido sorpresa que, llegado un momento, hubieran preferido sepultar a esta banda y quizás haber iniciado otro proyecto con diferente nombre. Pero nada pudo estar más alejado de sus intenciones, ya que independiente de la formación, lo que al parecer les es más significativo es el hacer perdurar su marca como grupo establecido y fortalecido en el medio. Con este último trabajo nos muestran una faceta más madura, con una fórmula significativamente diferente a la que se puede apreciar en las producciones previas, utilizando más recursos y sin exagerar en las incorporaciones. Es una buena propuesta, y quizás sea el promotor para que esta banda norteamericana encuentre por fin a su familia definitiva.
Aunque la irresponsabilidad de quienes creen que la pandemia no ha terminado haga creer lo contrario, 2020 fue el año de los puentes cortados, de las relaciones a distancia, de la pérdida de habilidades comunicativas y/o emocionales que viene desde la conciencia extrema de lo dañino que es un contacto humano sin cuidado. Es una derrota muy profunda para la espontaneidad y sensaciones accesorias, como la euforia o la fluidez, y mucho tiene que ver la erradicación de las pistas de baile o los puntos de encuentro. Pero la música se encargó de, al menos, entregar cuotas sonoras que no dejen en el olvido que la humanidad se conecta desde lo consciente, y también desde lo inconsciente.
The Avalanches, casi en el cierre del año más duro para las sociedades contemporáneas en décadas, no sólo nos hace recordar las emociones de la compañía, sino que exalta el amor por esta mera posibilidad. En el tercer disco del ahora dúo australiano, “We Will Always Love You”, hay una exaltación de la vida y del acto de tener memoria desde, justamente, la creación de recuerdos. En la onda del pegoteo del samples, que los hizo mundialmente reconocidos con el precioso “Since I Left You” (2000), este trabajo fluye con maestría por los oscuros y psicodélicos pasillos que llevan de un ambiente al otro. Pero una novedad es que, para dotar de otra profundidad a sus canciones, muchísimos elementos que antes hubieran sido sampleados, ahora son interpretados específicamente para el disco, y así se da un listado ecléctico y brillante de colaboraciones, desde Rivers Cuomo hasta Pink Siifu, pasando por Perry Farrell, Blood Orange, MGMT, Johnny Marr, Karen O, Neneh Cherry o Leon Bridges.
En un año de muerte y vacío por doquier, no es extraño que el concepto que aterriza “We Will Always Love You” sea la muerte y el vacío que se puede sentir en el espacio exterior, pero en este caso con la esperanza contenida y eterna de un deseo cuya grabación lo hizo esperanza eterna. Ann Druyan, directora creativa del Voyager Golden Record, es quien aparece en la portada (imagen pasada por un espectrógrafo para volverla sonido, y luego volver a convertirla en una foto), e inspiró a la banda cuando supieron que los latidos grabados para esos vinilos dorados del Voyager fueron de ella, el día después de que Carl Sagan le propusiera matrimonio. Es ese anhelo de capturar un momento el que impulsa la luz que nunca deja de brillar en este disco.
No es el álbum más sencillo de escuchar, con la variedad que lo lleva desde lo abrasivo en “Until Daylight Comes” con Tricky, y luego, de inmediato, a la fiesta más carnal en “Wherever You Go”, donde hasta se mezcla “Magalenha” de Carlinhos Brown como si las fiestas de hace 20 años se materializaran en este espacio exterior. También existen secciones de transición y tracks que ayudan más a la narrativa del disco que a la canción en sí, como “Gold Sky” o “Born To Lose”, antes del gran final con “Music Is The Light”. Sin embargo, si hay algo que no tiene “We Will Always Love You” es la sensación de que hay rellenos innecesarios. Incluso los momentos débiles se ponen como parte de un disfrute colectivo, casi generando patrimonio desde el presente para su rescate en un futuro desconocido.
“Weightless” y el inquietante código binario que contiene ADN humano y de especies terrestres es la representación final de ese anhelo de trascendencia que tiene el disco o, mejor dicho, las emociones que busca resaltar. Si Ann Druyan buscaba rescatar los sonidos del planeta, The Avalanches quiere exaltar la vida y sus emociones en forma de canción, por si alguna vez se nos olvida en medio de tanta barbarie, tanto bárbaro, y tanta inhumanidad. En medio de momentos difíciles, el rescate de lo bello que es ser humano parece un esfuerzo de otra era, y calza muy bien que el resultado sea un disco que parece, en cada escucha, como el manifiesto de lo que puede ser un nuevo mundo.
Andrés
26-Mar-2014 en 9:15 pm
Gran Banda!!!