No pasa ni un minuto del inicio de “Little Oblivions” para que quede claro que este será un viaje distinto al resto de su discografía. Y es que en tan solo los primeros segundos de “Hardline” –la puerta de entrada al tercer LP de Julien Baker– se revela que esta placa expandirá sus horizontes musicales y entregará una nueva versión de lo que interpreta por intimidad. Acompañada por primera vez de una banda completa, la música de esta pieza llena los espacios que antes se encontraban vacíos y en donde abundaba la intimidad. Sin embargo, gracias a la dirección de su voz y sus reveladoras letras, Baker jamás pierde la capacidad de entregar un espacio seguro para derramar sentimientos. “Ya puedo ver hacía dónde va esto, pero no puedo encontrar el freno”, revela la cantante antes de que las guitarras exploten en un enorme momento catártico. En donde antes su música era una constante inhalación, en este tema inicial Baker finalmente exhala y deja ir lo que lleva adentro.
El caso de “Hardline” se puede aplicar también para las siguientes canciones de “Little Oblivions”, donde la música es una representación auditiva de la avalancha de sus sentimientos. Y es que, con 25 años, Baker finalmente parece estar lista para expresar los traumas sufridos y los que anticipa a futuro, retratando una adolescencia complicada bajo estigmas homofóbicos y misóginos. Sin duda, las melodías tienen ese tono nostálgico que es tan popular dentro de su generación. Un aire del indie pop de finales de los 90 puede notarse en las guitarras de “Heatwave”, y similar idea se expresa en la pieza lista para la radio (pero quizás demasiado buena para sonar en ella), “Faith Healer”, cuya melodía captura el sentimiento del paso de los años.

Apuntar a los sonidos de su adolescencia no es algo solo estético: en la canción se detalla la adicción a las drogas, algo que enfrentó durante esos años y que se hace difícil olvidar. “Te creeré si me haces sentir algo”, canta Baker aferrándose a cualquier oportunidad de no recaer, sin buscar simpatía, sino que expresando una difícil realidad. Y es que, por triunfantes que puedan sonar las recién llegadas guitarras eléctricas y la percusión, los temas son oscuros y difíciles de digerir. En “Relative Fiction” insiste que “no necesito una salvadora, necesito que me lleves a casa”, revelando partes que intenta ocultar, mientras que en la casi acústica “Crying Wolf” se contradice y busca ayuda.
El estilo confesionario de “Little Oblivions” podría poner incómodo a un oyente casual, donde las canciones revelan a una adulta leyendo su diario de vida, sin embargo, su casi palpable trauma hace posible poder empatizar con la historia, y no sólo gracias a su letra, sino que el liderazgo de sus melodías embellece lo que de otra forma podría tornarse demasiado oscuro para deleitarse. Incluso dejando fuera las letras, el álbum presenta quizás sus melodías más fáciles de disfrutar. “Ringside” es una triunfante pieza de rock por donde se mire, donde su voz podría conquistar cualquier década, quedando claro que la artista está en una posición alta en la ola de compositoras del indie rock. Pese a ser una de las canciones más atípicas, “Song in E” es de los momentos claves del último acto: melodía simple y directa, donde su voz es la verdadera protagonista, siendo la narradora quien hiere y pide a gritos ser castigada por sus actos, pero la amabilidad de su contraparte la inquieta, presentándole algo que desconoce.

Sería sencillo clasificar a “Little Oblivions” sólo como un álbum depresivo –al menos eso haría creer la negativa última pieza, “Ziptie”, que cuestiona si es que Dios se arrepiente de todo–, sin embargo, sería reducir la franqueza con la que Julien Baker enfrenta problemas que hasta ahora sólo había sugerido. Este nuevo álbum la encuentra más vulnerable que nunca y, a la vez, parada firme sobre sus pies; con fuertes melodías y una banda que le permite enfatizar con fuerza sus intenciones, pero con vulnerables momentos que no se pierden. Ante la sensación de que falta una continuación, donde la protagonista no puede quedar en este punto, “Little Oblivions” es una reconfortante señal de que Baker va en el camino correcto.
Artista: Julien Baker
Disco: Little Oblivions
Duración: 42:39
Año: 2021
Sello: Matador