Para adentrarse a este particular “estilo” que desarrollan los norteamericanos originarios de Connecticut, Emmure, basta sólo con escuchar un par de temas para formar una clara idea de cómo es y cómo se comporta la banda. Básicamente son un rip-off de sonidos de la vieja escuela de Meshuggah con voces nü metal, fórmula extraña que da personalidad propia a Emmure, y los convierte en una de las agrupaciones más criticadas y odiadas por los más puristas de estos últimos años. Y es que la agrupación se ha ganado esa fama debido a que, en la gran mayoría de sus discos, sus canciones siempre rayan en la monotonía, la poca creatividad y reflejan la simpleza y absurda forma de componer tanto en líricas como en melodías. Entre sus influencias musicales, claramente percibimos sonidos de bandas iconos de la oleada nü metal noventera; en voz, específicamente, el amado/odiado Fred Durst, referente musical absoluto para Frankie Palmeri, su controversial líder. Una persona radical y algo deslenguada al momento de escribir, y que no tiene miedo a las polémicas. Alimentándose de toda critica y resaltando que él manda, aparece subversivamente con la boca tapada en la portada de este “Eternal Enemies”.
El disco abre con un controversial “Bring A Gun To School”, canción con un mensaje provocador y directo, y que trata sobre los recurrentes casos norteamericanos de asesinatos con armas de fuego en las aulas estudiantiles, un tema fuerte de entrada que quizás los ponga en situaciones legales. El segundo track, “Nemesis”, tiene un buen groove de comienzo, pero en líricas presenta las mismas temáticas algo expuestas y conocidas de siempre: un mensaje de odio hacia todo el mundo. En“N.I.A (News In Arizona)” continúa la tendencia de riffs a que nos viene acostumbrando la banda y que, a esta altura, es un complemento que forja su sonido; ¿bueno o malo? Depende del receptor.
En“The Hang Up”, Korn es lo primero que se nos viene a la mente, con un groove en bajo y guitarra que gratamente nos recuerda a una de sus inspiraciones noventeras favoritas al momento de componer. “A Gift A Curse” es un tema de una intro interesante en guitarra y con un ritmo bastante enganchador, que pasa de medio tiempo a tiempo completo, incorporando los clásicos breakdowns propios de Emmure, pero con un ritmo y giro distinto al de siempre. Prosigue “E” y nos vuelve a dejar con ese gusto a la particular forma que tiene Jonathan Davis de cantar, recordándonos nuevamente a Korn en los coros. “Like LaMotta” y “Free Publicity” no aportan mucho a la fórmula creativa y pasan al olvido abruptamente con “Most Hated”, pieza con un toque ajeno y que evoca las memorias sonoras de –quizás- Deftones en ciertos parajes, como engranaje fundamental en su composición.
“Grave Markings” sigue en esta senda creativa y nos muestra algo distinto en la forma de componer: una cataclísmica batería junto a la permeable voz de Frankie Palmeri, y unas cascadas de guitarras propias del experimental y poli-rítmico genero djent, dejando un punto alto en el larga duración. En “Hitomi’s Shinobi” presenciamos una explosión de caos junto a la invariabilidad rítmica que suele una vez mas sacar a relucir Emmure, y que no requiere mayor análisis. En cambio “Rat King” nos da un batazo y rompe brevemente la monotónica senda del disco con un puente hacia un agradecido mosh y unos aceptables breakdowns. Ya llegando al final del larga duración, en “Girls Don’t Like Boys, Girls Like 40’s And Blunts”, nos topamos con un particular tema que líricamente es de lo peor en años. Una letra que describe de manera grotesca y hostil el maltrato/abuso hacia una mujer que, posiblemente, está ebria y drogada en algún carrete típico gringo. Continuamos con “New Age Rambler”, un track que pasa inadvertido y que perfectamente pudo haber sido sacado del disco, porque musicalmente no aporta nada. “We Were Just Kids” es la canción de cierre de este trabajo, y nos deja una especie de mensaje/disculpa apelando a darles el favor por sólo tratarse de niños haciendo niñadas.
En fin, el gusto que deja el disco es de insipiencia, de un mensaje poco claro. “Eternal Enemies” es una propuesta quizá no explicada de buena forma. Lamentablemente, Emmure aún está en etapa de maduración, ya que no sabemos qué tienen en mente, ni hacia dónde quieren llegar como agrupación. Musicalmente no hay un gran progreso; sus raíces están todavía muy marcadas, y se siente que tampoco saben concretar sus ideas de lo que es calidad o no. Lo más probable es que este sea un disco de gusto para los más fanáticos de la banda, ya que sigue las líneas y falencias similares de toda su trayectoria. Sin embargo, la poca creatividad es un problema serio; el hecho de que los tracks en su conjunto suenen como si fueran sólo una canción, y ese constante y monótono riff en uno o dos trastes por track, sumado a la simple grosería sin contenido, hace que, quienes buscan algo más en su música, pasen rotundamente de largo en la propuesta entregada por la banda. El disco vislumbra cambios mínimos y eso es plausible, pero hasta el momento es sólo eso, esbozos de una idea aún en formación.
” Emmure aún está en etapa de maduración, ya que no sabemos qué tienen en mente, ni hacia dónde quieren llegar como agrupación. Musicalmente no hay un gran progreso”. Por favor, tu escuchas un disco de emmure y notas de inmediato que se trata de la banda de Palmeri.
¿Influencia de fred Durst en las Voces?? Por favor……
Creo que pasas por alto la evolución en el sonido desde Goodbye to the Gallows hasta hoy.
Me da la impresion de una opinion sesgada por un tipo que simplemente no le gusta la banda.
La verdad, hay mucha razón en el review, dejen de weiar y superenlo la banda hace ene que no sorprende y sale con algo fresco y novedoso. El disco es mas fome que la chucha. Corta.
¿Qué es hablar de creatividad en el rock contemporáneo? Una pregunta siempre presente en un mundo musical que vive en un loop, donde se alternan la ortodoxia y revolución como principios de guía estéticos. Cada cierto tiempo, aparecen álbumes que dan luces de una posible respuesta a dicha interrogante, y es en ese horizonte donde encontramos la propuesta orquestal y poética de Black Country, New Road, banda londinense compuesta por Isaac Wood (voz y guitarra), Tyler Hyde (bajo), Lewis Evans (saxofón), Georgia Ellery (violín), May Kershaw (teclados), Charlie Wayne (batería) y Luke Mark (guitarra). Resulta necesario enlistar y enfatizar en que son un septeto, pues, más que pasar desapercibidos, todos son piezas fundamentales en la construcción del laberinto sonoro que significa su primer larga duración, “For The First Time”.
El camino lo comenzamos a recorrer con “Instrumental”, donde una veloz rítmica de jazz y teclado frenético son la base para una orquesta que aumenta la tensión paulatinamente, hasta chocar de golpe con un brusco silencio, convirtiéndose en una pieza que, desde la apertura del LP, nos permite apreciar la variada influencia de la agrupación. Con “Athens, France” transitamos pasajes más afables, que nos llevan hacia momentos de un rock alternativo con tintes de intensidad noventera, y que son matizados por solemnes momentos orquestales que sirven de telón de fondo para la temerosa pero expresiva voz de Wood.
Un cambio un tanto drástico se experimenta con la caótica “Science Fair”, una turbulenta tormenta de bronces, guitarras estridentes y sintetizadores intimidantes, cuyos sucios quiebres jazz y perturbadoras estructuras sonoras nos regalan una experiencia de corte cinematográfico. Cabe destacar que en la letra se hace una referencia explícita a los emblemáticos Slint, alusión que se palpa vívida como influencia estética en “Sunglasses”. Con su comienzo de atmosférica guitarra fuzz, nos encontramos con una base post rock noventera, caracterizada por su incorporación progresiva de capas sonoras y que, tras una descompensación rítmica, cambia drásticamente a una propuesta más potente.
En el último tercio, inspirada en el trabajo de Arthur Russell, “Track X” retoma transitoriamente la calma perdida. Acá toman mayor protagonismo los tímidos, pero curiosos, arreglos de violín. También podemos apreciar la importancia de la propuesta lírica, que destaca por su capacidad de transmitir emociones como desazón, hastío o frenesí con letras sinceras sobre la cotidianeidad. Así llegamos al cierre de “For The First Time”, donde nos encontramos con la monumental “Opus”, una pieza de rítmica acelerada, con cierto color post punk, pero que se entrecruza con juegos de intensidad y explosiones sónicas, generando una apocalíptica atmósfera orquestal cargada de misterio, derivando en calma después de la tormenta.
Tras el recorrido, nos damos cuenta de que lo realizado por estos siete jóvenes ingleses cobra mérito al darnos atisbos de respuesta a la pregunta planteada líneas atrás. En una época en que se supone que ya todo está hecho, la creatividad de una propuesta musical no necesariamente se basa en la capacidad de inventar algo nuevo, sino que también por la inteligencia de utilizar lo ya disponible para generar algo atractivo. En su honestidad, que no tiene tapujos en confesarnos sus influencias, Black Country, New Road con “For The First Time” nos brinda un constructo sónico poseedor de un espíritu propio y abre un camino que nos permite ver que no todo es monotonía allá afuera.
Pepino
06-May-2014 en 11:40 am
” Emmure aún está en etapa de maduración, ya que no sabemos qué tienen en mente, ni hacia dónde quieren llegar como agrupación. Musicalmente no hay un gran progreso”. Por favor, tu escuchas un disco de emmure y notas de inmediato que se trata de la banda de Palmeri.
¿Influencia de fred Durst en las Voces?? Por favor……
Creo que pasas por alto la evolución en el sonido desde Goodbye to the Gallows hasta hoy.
Me da la impresion de una opinion sesgada por un tipo que simplemente no le gusta la banda.
Lord Mulder
06-May-2014 en 8:27 pm
Quien hizo esta critica? Un niño de 15 años o un viejo de 40?
Cristobal
08-May-2014 en 10:59 pm
La verdad, hay mucha razón en el review, dejen de weiar y superenlo la banda hace ene que no sorprende y sale con algo fresco y novedoso. El disco es mas fome que la chucha. Corta.
Franco
05-Jul-2014 en 1:06 pm
Si le gusta , bien, sino vayase a la rechucha.