El ingenio de la cultura chilena es algo que se ha instaurado como característica generalizada, como también la capacidad de mirar con humor aquellas situaciones que parecen sólo ocurrir en nuestro país. Diego Lorenzini se ha encargado de retratar esta mirada por partida doble: a través del dibujo y la música, ha trazado Chile desde el folklore hasta su cultura pop. Con un análisis crítico, pero coloquial, se ha convertido en uno de los compositores nacionales más interesantes de los últimos años. De aparente bajo perfil, Lorenzini se ha ganado un espacio dentro de la escena nacional como vocalista de la banda Tus Amigos Nuevos y por su trabajo como solista, que ha visto su materialización en “Trenzas Ad Honorem” (2013) y “Pino” (2016). Antes de cerrar la década, el compositor lanza “De Algo Hay Que Morir”, una nueva muestra de la versatilidad de su folklore.
El 2011, Lorenzini junto a voces amigas formaron el sello Uva Robot para distribuir música realizada por personas que no se dedicaban a la música profesionalmente. De manera irónica, “De Algo Hay Que Morir” se conforma junto a estas voces que han generado una carreta dentro de la escena independiente chilena, siendo Simón Campusano, Chini Ayarza y Niña Tormenta algunas de las voces que acompañan a Lorenzini. El primer sencillo, “Billete de Luca”, es una fiel representación del material característico del compositor, es decir, tomar elementos cotidianos de la vida chilena y llevarlos a sus experiencias. “Tu amor es como un billete de luca, llevas un prócer en mi corazón, de una guerra que no entiendo como ocurrió”, canta acompañado de un tradicional rasgueo. En su constante búsqueda de romper con lo tradicional del género, Lorenzini agrega sutiles elementos electrónicos que diversifican la gama sonora.

Son múltiples las aristas a las que se aferra el músico para retratar el Chile que conoce. Algunas de estas toman elementos arraigados en nuestra cultura para retratar sus propias experiencias. “Si Po” es un acercamiento al pop latino, con un flow prestado de la música urbana que se hace evidente en su voz, usando la expresión para relatar los altos y bajos de una relación. “Mierda”, como su titulo lo sugiere, presenta una letra sin censuras en una de las canciones cargadas de negatividad del disco, pero que logra contrarrestar con una dulce armonización vocal con Chini.png y expresiones coloquiales que divierten a la audiencia. Por su parte, “Soy un Corpóreo y Dentro De Mí Hay Una Actríz Recién Titulada Llorando” es un devastador relato inspirado en la historia de Nicole Waak, donde se plasma una experiencia que puede representar a gran parte de una generación. Acompañado de su guitarra y de casuales y efectivas trompetas, parece ser uno de los tonos más lúgubres, pero una luz logra brillar: “Es que no tengo otra vida más que la que llora dentro mío, y sin ella no soy nada”.
Juntos a los elementos cotidianos, Lorenzini logra tomar icónicas frases o figuras chilenas para retratar aquello que percibe en el país. “Pony”, uno de los puntos altos, revierte el popular dicho de “bajate del pony” para motivar a la audiencia a confiar en sus capacidades y “subirse al pony”, con una referencia a la experiencia de figuras como Paloma Mami o Mon Laferte: “Si te aburrió seguir en la capilla, tratando de darle en el gusto a un puto tío conductor, a quien le importa solo su ombligo y el siguiente auspiciador”. “Felipe Camiroaga” utiliza al icónico animador para ilustrar un íntimo relato, donde la voz y guitarra del compositor armonizan y logran crear imágenes. Existen también cargas políticas en estas ilustraciones, como en “Estamos Fritos”, donde la comicidad del cantante parece disminuir para que el mensaje que quiere mandar sea tomado con la seriedad que requiere: “No los quieres ver ni en pintura, pero hay que verlos si queremos que nos dejen de freír”.

En uno de los puntos más altos del disco, Lorenzini colabora con Erlend Øye en “Me Voy A Valparaíso”, un emocionante corte donde, a través de las cuerdas y la complicidad vocal, logra evocar la esencia porteña que inspira dos canciones. Y es que las colaboraciones en el disco no existen sólo para presentar a sus compañeros, sino que llevan la esencia folk de la construcción de la música en comunidad. Tal como “Chao Mi Niño” junto a Niña Tormenta, un corte con raíces norteñas que rápidamente experimenta con diversos sonidos dentro de la paleta musical; una simple composición que cobra fuerza con las armonías de ambos cantantes. El álbum cierra con “Viva Chillán, Una Crueldad Innecesaria”, perfecto ejemplo de la habilidad que tiene Lorenzini para hacer magno aquellos elementos que parecen más comunes en el día a día chileno.
Cerrando con una poesía, Diego Lorenzini nos recuerda la multiplicidad de estrategias que ocupa para retratar Chile, convirtiéndose en uno de los compositores nacionales más importantes de la música chilena actual, llevando en su voz aquellos elementos tan presentes en un país que ve en el humor y en la picardía oportunidades para reírse de aquello que sólo podría ocurrir en un lugar como este.
Artista: Diego Lorenzini
Disco: De Algo Hay Que Morir
Duración: 53:43
Año: 2019
Sello: Uva Robot