Hace menos de un año, Angel Olsen lanzó un álbum digno de definir una carrera. “All Mirrors” (2019) se estableció como el punto donde su composición y visión alcanzó un nuevo nivel, y el dramatismo de sus letras fue ampliado por la magnitud del sonido orquestal que acompañó al disco, combinación que lo convirtieron en uno de los mejores lanzamientos del año. Cuesta creer entonces que su concepto original sea todo lo contrario. “Whole New Mess” recopila las grabaciones originales de lo que conocimos en su disco anterior, reintroduciéndonos el corazón roto de la cantautora sólo a través de su voz y guitarra, demostrando que la grandiosidad de sus canciones no depende de los elegantes arreglos, sino que de su ilimitada capacidad de retratar el dolor.
Originalmente, “Whole New Mess” vería la luz junto a “All Mirrors” como una doble invitación al mundo de Olsen, pero su lanzamiento no pudo ser más oportuno. Como mucho del mundo actual, las versiones son solitarias, nostálgicas, envueltas en una atmósfera de confinamiento, como si hubieran sido compuestas en estos meses. Sin embargo, sería un error decir que son más silenciosas, pues la música presente introduce otra clase de poder. Tal es el caso de “Impasse (Workin’ For The Name)”, que puede parecer más minimalista en sonido, pero la voz y cuerdas de Olsen rugen de igual manera y su capacidad de electrizar no se pierde, a pesar de la desnudez mostrada.

Es a través de su capacidad para moldear su voz según sus emociones por donde la cantante logra diversificar los sonidos de un disco uniforme. Su voz es desgarradora, pero confortante, como en “Too Easy (Bigger Than Us)” o “Chance (Forever Love)”, donde sus tonos son clásicos, reminiscentes de dolores antiguos, aunque sus melodías son cálidas, como si confortaran sus lamentos. “Chance” pierde los arreglos que la convirtieron en un cierre tan catártico, pero no por eso deja de ser un fuerte golpe de emociones. Las vocales de “Tonight (Without You)” son potentes, pero necesarias, y aun sin el aplaudido final orquestal este parece ser un punto de catarsis, sin violines ni órganos, es su voz la que encuentra luz.
El peso más grande recae en las versiones originales de “All Mirrors” y “Lark”, ahora retituladas “(We Are All Mirrors)” y “Lark Song”. La primera es una pieza de folk mucho más tradicional, con un simple rasgueo que acompaña al relato universal de Olsen, intensificado por el constante reverb. Por su parte, “Lark Song” no pierde su fuerza y sigue arrastrando la responsabilidad emocional del disco, explotando a través de sus seis minutos en un crescendo de emociones. Si bien, estas versiones son mucho más íntimas, también reflejan una fuerte universalidad de experiencias, sin reducirse a las penurias del amor, sino que explorando múltiples relaciones humanas y sus efectos en las personas. La desnudez de su melodía ha permitido centrarse en el aspecto lírico, que presenta potencia por sí solo.

Existen dos canciones que no tienen punto a comparar: la apertura homónima y “Waving, Smiling”, que reemplazan a “Spring” y “Endgame”. La carta inicial lleva el espíritu del disco, mostrándose vulnerable y de un intencionado desorden, tal como los sentimientos que evoca, reconociendo una vida en constante cambio, pero aceptando la repetición de sus estados emocionales. El otro corte original es aún más vulnerable que el resto, tanto en melodía como en lírica es directa, sin rodeos, donde la soledad logra materializarse, pero un brillo esperanzador la ilumina: “El sol está brillando, estoy saludando, sonriendo, al amor por siempre, vivo y muriendo”.
Decir que las canciones en “Whole New Mess” son sólo demos inacabados sería minimizar las expresiones originales que se convertirían en “All Mirrors”. Esta colección de temas es tan fundamental como cualquier otra pieza de su discografía, donde la melancolía y desnudez no deben confundirse con una constante tristeza, sino como una invitación honesta a entender el mundo de una artista. Tan solo con su voz y su guitarra, Angel Olsen logra minimizar el sonido sin perder jamás la potencia, encontrando una nueva forma de hacer rugir sus sentimientos y dejando en claro que, lejos de los arreglos majestuosos, puede encontrar momentos de dramatismo, catarsis y, sobre todo, esperanza.
Artista: Angel Olsen
Disco: Whole New Mess
Duración: 42:05
Año: 2020
Sello: Jagjaguwar