Cada año hay un puñado de películas que generan expectativas. Las premisas, las actrices, actores, directores o productores involucrados, las franquicias revitalizadas o las que se traspasan por primera vez a la gran pantalla, son elementos que llaman la atención de la industria, de la prensa que la rodea y, por supuesto, del público asistente a las salas, que ven durante esta época cómo la cartelera se nutre de superproducciones que buscan romper los records de recaudación.
En este sentido, Guillermo Del Toro es un director que se ha ido haciendo un nombre en ese círculo. Desde la bien recibida adaptación de “Hellboy”, pasando por el inesperado éxito de “El Laberinto del Fauno” (2006). Los proyectos en los cuales se ha ido involucrando, han generado ansiedad tanto en sus feligreses como en el público en general. Después de fallidos intentos de ponerse tras la butaca de director en la adaptación de “El Hobbit” o de llevar a la pantalla grande “En Las Montañas de la Locura”, Del Toro dedicó todas sus energías en sacar adelante “Titanes del Pacífico”, una película que llamó la atención de muchos por su premisa –robots gigantes peleando con monstruos gigantes- sino también por ser uno de los pocos blockbusters de este año que no forman parte de una franquicia ya en curso.
Criaturas extraterrestres de gran tamaño han invadido el planeta y desde el lugar menos pensado: el fondo del pacífico, a través de una brecha dimensional. Los monstruos, denominados “kaijus” arrasan con todo a su paso. La humanidad se ha unido con el fin de enfrentarlos, creando robots de gran tamaño llamados “jaegers”, capaces de luchar con ellos y que deben ser controlados simultáneamente por dos pilotos. Con el tiempo, los jaegers prueban ser insuficiente defensa ante las bestias y comienzan a ceder terreno. Ante esta situación, el oficial a cargo del programa Stacker Pentecost (Idris Elba) debe recurrir al ex piloto Raleigh Becket (Charlie Hunnam) para que una fuerzas con la novata Mako Mori (Rinko Kikuchi) a bordo del antiguo robot Gipsy Danger y preparar un ataque final contra los invasores.
Si bien está pensada como una película para una audiencia masiva, los fanáticos encontrarán demasiados elementos familiares que serán de su deleite. Y es que para estos resultan evidentes las fuentes de donde beben el guionista Travis Beacham (“Furia de Titanes”, 2010) y el propio Del Toro para construir la historia. Esta columna es demasiado breve para enumerar la cantidad de series de anime, de carne y hueso y de películas que sirvieron de fuente de inspiración para esta producción. Sin embargo, sí es posible indicar que todos estos elementos son agregados a la película con el cariño y respeto de quien ha gozado y nutrido su imaginación con estas historias desde la infancia, y que probablemente estaba ansioso por plasmar estas imágenes en la pantalla grande desde que tuvo una cámara en sus manos. La tradición de los mechas y kaijus no ha sido profanada por recaudar un par de dólares más.
Además, Del Toro imprime su sello a través de una estructura narrativa sólida, sabiendo perfectamente en qué momento aplicar acción desmedida, pausa, drama, emoción y suspenso. Clásicos también son sus pequeños momentos de comedia, que no satura ni interrumpe la historia. Todo en su justa medida, sin abusar de conocidas fórmulas de las superproducciones actuales para no traicionar al género al cual pretende rendir homenaje, por lo que no veremos destrucción excesiva ni explosiones a raudales mientras alguna damisela en peligro y de buen ver corre entremedio de los escombros.
Aún así, no todo es perfecto. El desarrollo de los personajes no es del todo prolijo, al punto de que –como es usual en este tipo de producciones- el destino de algunos de ellos puede no terminar importándole al público. Charlie Day, Burn Gorman y, en parte, Ron Perlman se lucen como el relevo cómico que aligera el tono de la película. Charlie Hunnam, en tanto, no logra dar con la talla del héroe, aún cuando tampoco arruina la película con una actuación para el olvido, limitándose a sacar adelante la tarea. Quien definitivamente se luce en su rol es Idris Elba como un militar de tomo y lomo, recio y duro, pero de buen corazón, con bastantes momentos en los que debe imponer su estampa, tan grande como los robots que deben pilotar sus dirigidos.
El apartado técnico, en cambio, es en donde “Titanes del Pacífico” se luce ostensiblemente. De partida, da cuenta del avance de la técnica del CGI a la hora de crear monstruos cada vez más creíbles y ciudades destruidas a pasos agigantados. Nadie podrá negar también la espectacularidad de las escenas de lucha entre robots y monstruos gigantes, aún cuando no faltará el que se queje de la oscuridad en la cual se desarrollan la mayoría de estas, lo que mermaría un poco el efecto buscado. Esta película está hecha para verse en la pantalla más grande posible, ya que la brutalidad de las luchas, con impresionantes coreografías digitales, parece pedir más y más espacio para destacarse lo más posible. En cuanto al 3D, como en toda post conversión el efecto pierde cierta gracia, y por momentos parece imperceptible, por lo que no le añade valor a la experiencia.
“Titanes del Pacífico” no es más que lo que sus afiches y avances prometen: robots gigantes luchando con monstruos gigantes, acción y destrucción a gran escala, momentos para quedar con la boca abierta y las pupilas bien dilatadas, y es por ello que probablemente sea uno de los éxitos del año. Una película que llena todas las expectativas que se pudieran haber hecho aquellos que la esperaban con ansias.
Por qué todos hablan de esa basura de Evangelion, esta película tiene más aires a los super robots de los 70, (de los cuales Eva sacó la lógica de monstruos/ángeles de la semana)… sobre todo de Getter Robo.
Evangelion es basura si lo comparas siempre con “super robots de los 70′ “. Evangelion son peras y Pacific Rim son manzanas.
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Odioawanabes
25-Jul-2013 en 8:44 pm
Evangelion no es ninguna basura, quisiera verlos a ustedes escribiendo una historia así. Además es lógico que se hablé de Evangelion porque finalmente esta película es un tributo a los animes mechas y Evangelion es una de sus más grandes representantes.
Cada vez aparecen más detalles de la nueva serie de Sex Pistols, dirigida por Danny Boyle, basadas en las memorias del guitarrista Steve Jones, llamadas “Lonely Boy: Tales from a Sex Pistol” (2017). Entendiendo esto, finalmente, se dio a conocer la primera imagen de los cuatros ingleses de la producción audiovisual, con fecha de rodaje para el 7 marzo.
Recordemos que la serie de FX, la que tendrá seis capítulos, se encuentra conformada por Maisie Williams interpretando a Jordan, también conocida como Pamela Rooke, y Toby Wallace en el papel principal de Jones. Este trabajo contará también con la participación de Anson Boon, quien interpretará al vocalista John Lydon, Louis Partridge como el bajista Sid Vicious, Jacob Slater hará el papel del baterista Paul Cook y Fabien Frankel, quien actuará como Glen Matlock, que tiempo después sería reemplazado por Vicious.
jugo
10-Jul-2013 en 11:19 am
como que me recordó a neon genesis
algarridm
10-Jul-2013 en 12:28 pm
Por qué todos hablan de esa basura de Evangelion, esta película tiene más aires a los super robots de los 70, (de los cuales Eva sacó la lógica de monstruos/ángeles de la semana)… sobre todo de Getter Robo.
Bocaseca
10-Jul-2013 en 9:50 pm
Evangelion es basura si lo comparas siempre con “super robots de los 70′ “. Evangelion son peras y Pacific Rim son manzanas.
Odioawanabes
25-Jul-2013 en 8:44 pm
Evangelion no es ninguna basura, quisiera verlos a ustedes escribiendo una historia así. Además es lógico que se hablé de Evangelion porque finalmente esta película es un tributo a los animes mechas y Evangelion es una de sus más grandes representantes.