Con mega producciones inundando las salas cada mes, y la prevalencia de atractivos pero malos actores montando descaradamente estos tsunamis, el apelativo “Alternativo” surge a cada momento como la única zona de resguardo para los que esperan un poco más del cine que explosiones y efectos especiales. Aun así, este sub-mundo no está carente de problemas, donde el exceso, la auto-indulgencia y el irritante sobre intelectualismo de las películas son los más frecuentes. “Spring Breakers”, de Harmony Korine, (director que se sienta cómodo en su sitial de paladín del cine alternativo), toma un poco de lo peor de los dos mundos.
Cuatro amigas (Selena Gomez, Vanessa Hudgens, Ashley Benson y Rachel Korine) se van de “spring break”, que sería una suerte de vacación a mitad de año norteamericano, y entre el desenfreno y la farra californiana, terminan involucradas con Alien (James Franco), un mafioso que ve en las chicas la oportunidad para utilizarlas en sus negocios al margen de la ley.
La propuesta no resulta en absoluto novedosa, en lo que se podría resumir como “chicas malas conocen lo realmente malo”, pero lo que llama la atención es que, a pesar de que la película se conduce de principio a fin como un cliché constantemente predecible, nunca entrega una real reflexión sobre nada de lo que ocurre, que es lo esperable, sino que se dedica a mostrar secuencias de las fiestas, para después hacer avanzar la historia a la fuerza, a veces incluso sin sugerir siquiera por qué es que ocurrió esto o aquello.
Tema aparte es el trabajo de cámara, de una chabacanería infinita, comenzando o terminando el ochenta por ciento de las tomas en un primer plano de alguna de las partes más voluptuosas del cuerpo de las protagonistas (puntos de perversión extra en el hecho que una de ellas es la esposa del director), y el otro 20 restante son tomas subjetivas que nunca se justifican.
El trabajo humano dentro de la película también es de lo peor: Selena Gomez se dedica a ser un burdo estereotipo de niña religiosa, mientras aporta buena parte de los peores diálogos durante sus breves minutos en pantalla. Hudgens no hace más que girar la cabeza hacia un lado y sonreír, y Rachel Korine trata constantemente de demostrar que está en la película no sólo porque su progenitor así lo quiso, objetivo que por lo demás nunca logra. Incluso James Franco, a quien se le suele tener bien estimado, da lo peor de sí mismo, en un personaje ridículo que nunca deja en claro si es realmente así o una parodia con fines humorísticos. La única a la que se le puede rescatar algo es a Ashley Benson, pero porque es la que menos diálogos tiene, paradójicamente.
Después de mucho tiempo tratando de explicarse una película así, la única opción que surge es si fue todo una parodia, pero aún que así fuera, de todos modos sería demasiado obscura, asemejándose más a una celebración, ya que es difícil que el público capte que se trata de una crítica social cuando está enterrada bajo capas y capas de sobre intelectualismo y pedantería. Al final, “Spring Breakers” da la sensación de ser el trabajo de fin de semestre con el que un alumno de primer año de cine reprobó el ramo de taller.
Yo creo que la idea de la película era simplemte molestar, como lo ha hecho anteriormente Harmony Korine con películas como Trash Humpers, y veo que lo está logrando.
Concuerdo plenamente con el comentario, existe sobreestima abundante en ítems como “la banda sonora” y “los colores”, más superficiales que la película misma.
Un detalle: Rachel Korine no es la hija del director, es la esposa.
Novedades sobre The Notorious B.I.G. Se dio a conocer el primer trailer del documental “Biggie: I Got A Story To Tell” acerca del músico asesinado en 1997 y quien fuera incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2020. La producción abarca entre los años 70 y 90 del rapero en Brooklyn, y su fecha de estreno es el 1 de marzo a través de Netflix.
La realización del filme demoró cuatro años, cuenta Emmett Malloy, director de la nueva entrega que abarca la carrera del artista. Y eso no esto todo, ya que, como productores, se encuentra la madre del protagonista, Voletta Wallace, y un colaborador cercano: Sean “Puff Daddy” Combs. Por último, está Wayne Barrow, manager de The Notorious B.I.G., quien tiene el rol de productor ejecutivo.
A continuación, te dejamos el trailer del documental:
Hugo Barine
28-Ago-2013 en 10:55 am
Yo creo que la idea de la película era simplemte molestar, como lo ha hecho anteriormente Harmony Korine con películas como Trash Humpers, y veo que lo está logrando.
Conny
28-Ago-2013 en 10:59 am
Concuerdo plenamente con el comentario, existe sobreestima abundante en ítems como “la banda sonora” y “los colores”, más superficiales que la película misma.
Un detalle: Rachel Korine no es la hija del director, es la esposa.