Ya han pasado casi cuatro meses desde el balotaje que dio como ganadora a Michelle Bachelet, pero los coletazos de la campaña continúan, ahora a propósito del estreno de un documental. Una campaña política en cualquier parte del mundo –y Chile no es la excepción- apela por sobre todo a la emoción de los votantes, de ahí que la mayoría de las fichas sean puestas en el espacio que le dan los canales de televisión, y pese a que creemos que cada vez es mayor la porción de la población que parece no dejarse influenciar por esta maquinaria, los hechos demuestran que la efectividad del mensaje liviano y la carencia de debate siguen siendo determinantes en los resultados.
El documental “Propaganda” se sumerge en este periodo que vivió Chile, pero más que inmiscuirse en los entretelones de las campañas de los nueves candidatos, como podría tender a indicar el título, lo que hace en esencia es poner en contraste la realidad de la calle con la parafernalia y el cinismo de la campaña. Así es cómo por sus imágenes pasan desde voces callejeras que cuestionan el modelo o discuten sobre los 40 años del Golpe, hasta los presidenciables en su desesperada tarea por sumar votos.
Buena parte de la gracia del ejercicio es que se compone únicamente de planos fijos y no recurre a los recursos facilistas del narrador o la música añadida en posproducción, pues existe plena confianza en que cada momento capturado en esos estáticos encuadres lo dicen todo. Saber dónde poner la cámara y cómo ponerla es un arte, una cualidad que es explotada estupendamente acá y que da como resultado un trabajo asombroso, incluso en tiempos en que parece que lo sabemos todo y no hay nada nuevo que poner al descubierto.
Su propósito central nace del hecho de que la campaña invade avasalladoramente los espacios públicos y acaba con parte del mundo íntimo de las personas. Al jugar con esta estructura de contraste, lo que hace es graficar la disociación entre la desenfrenada tarea por captar votos de electores, que más se asemeja a la enajenación de un mercado con empresas ansiosas por sumar compradores que a la supuesta nobleza de la política, frente a las necesidades y reclamos de la “calle”. El documental mira el panorama desde una óptima fría, desalentadora y desconfiada. Y así muestra a candidatos quejándose de que no hay discusiones de fondo, culpando a los medios de tal superficialidad, cuando no es ningún misterio que el juego que más le acomoda a la mayoría es el de la banalización de las disputas ideológicas. Y en seguida no teme poner un stand-up en un bar de mala muerte o la elección anual de la doble de Bachelet.
La oposición entre política y la calle no es ilustrada al azar; de hecho, la plasmación en imágenes del enfrentamiento entre ambas caras por momentos es tan acertada, que da como para desconfiar de la naturalidad del material registrado. Por cierto, no abundan los momentos de intimidad de los candidatos, aunque desde luego hay acertados momentos, como cuando Parisi le informa a uno de sus asesores que están a poco de alcanzar a Matthei o la repetición eterna de ME-O de una frase al grabar un clip de campaña, o Matthei haciendo puerta a puerta y “pidiendo el voto para el domingo”.
El documental es aterrizado en sus pretensiones y no deja la sensación de que quiera abarcar más de lo que aprieta, junto con no ser concluyente en torno a nada lo que se pregunta. El estilo visual está bien marcado –hubo 16 realizadores involucrados- y el montaje es impecable. Si bien la hora de duración deja ávido de más material, es un ejercicio certero y que entusiasma, porque además cumple con mostrar un camino al audiovisual chileno: la contingencia y la política también pueden ser útiles para hacer obras cinematográficas.
Novedades sobre The Notorious B.I.G. Se dio a conocer el primer trailer del documental “Biggie: I Got A Story To Tell” acerca del músico asesinado en 1997 y quien fuera incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2020. La producción abarca entre los años 70 y 90 del rapero en Brooklyn, y su fecha de estreno es el 1 de marzo a través de Netflix.
La realización del filme demoró cuatro años, cuenta Emmett Malloy, director de la nueva entrega que abarca la carrera del artista. Y eso no esto todo, ya que, como productores, se encuentra la madre del protagonista, Voletta Wallace, y un colaborador cercano: Sean “Puff Daddy” Combs. Por último, está Wayne Barrow, manager de The Notorious B.I.G., quien tiene el rol de productor ejecutivo.
A continuación, te dejamos el trailer del documental: