¿Hasta qué punto debemos exigirle a una película? Muchos se conforman con que una cinta cuente una historia absorbente y cumpla su finalidad como pieza de entretenimiento, pero hay quienes buscan en el material una mayor profundidad o reflexión. Claramente esto depende del tipo de película a la que nos sometamos, y es fácil distinguir las intenciones de ellas, pero también puede ocurrir –como en el caso de “Primicia Mortal”- que se noten los intentos por llenar ambas casillas, cumpliendo a cabalidad una y quedándose corta en la otra.
Jake Gyllenhaal es Louis Bloom, un ambicioso perdedor en búsqueda de cualquier oportunidad que le pueda generar algo de dinero. Una noche se topa con un accidente de tránsito, que rápidamente es grabado por camarógrafos freelance que ocupan el material para venderlo a los noticieros. Louis ve una forma de conseguir éxito y dinero haciendo lo mismo, y rápidamente empieza a frecuentar escenas de crímenes, filmarlas y vender los registros a Nina (René Russo), una desesperada directora de noticias en una decadente estación de TV. Su mezcla de suerte y falta de escrúpulos, lo hace seguir ascendiendo en este nuevo medio en el que finalmente encontró algo para lo que es bueno, y la interrogante entonces es hasta dónde estaría dispuesto a llegar para mantener el éxito cuando las cosas empiezan a complicársele.
Jake Gyllenhaal ha interpretado personajes desadaptados antes, pero ninguno como Louis Bloom. Es más, es difícil recordar personajes parecidos al protagonista de esta cinta, un hombre que se mantiene apartado de la sociedad porque la detesta, más que porque no la comprenda. El carismático actor aquí ahonda en algo más oscuro, oscilando entre el autismo y la psicopatía, caracterizando a un hombre que, sin embargo, es carismático y al cual es grato seguir durante toda la cinta, con una mezcla de interés y miedo por descubrir los lugares a los que puede llegar cuando sus planes empiezan a resultar. Es fácilmente su actuación más lograda hasta la fecha y la cinta caería si se tratara de un esfuerzo menor.
Esto es porque “Primicia Mortal” se vale de la fórmula de ocupar una estructura dramática en extremo clásica, pero insertando en ella a un personaje bastante particular, siendo interesante por el resultado del choque de dicho ser con este mundo conocido. El Los Angeles que se muestra en la cinta es nocturno, peligroso y decadente, un espacio en el que es difícil surgir y todos se la deben valer por sí mismos. La curiosa fuente de ingresos con la que Louis se topa podría haber sido cualquier otra, pero esta nos permite adentrarnos en el vertiginoso mundo de los medios, con las complicaciones morales y éticas que conlleva el tratar con información delicada.
Aquí la cinta pierde la oportunidad de decir algo novedoso. La falta de ética que muestra Nina –a pesar de que sus conversaciones con Louis son algunos de los momentos más altos de la película-, el chantaje involucrado en la consecución de información, y la necesidad a toda costa de presentar material espectacular por más ofensivo que pueda parecer, están bien caracterizados, pero no es nada que no se haya explorado antes y se siente como un mundo que, si bien no está mal investigado, está mal aprovechado.
Y esa sensación de falta de profundidad se puede aplicar a la película en general. Quizás sea la falta de especificidad en lo que se presenta o lo poco trascendente que todo resulta, pero a lo largo del metraje es difícil empatizar o enganchar realmente con lo que se nos está mostrando, a pesar de que el viaje pueda ser entretenido y hayan un par de sorpresas en la conocida estructura. El personaje de Gyllenhaal es atractivo y complejo, pero difícilmente se muestra como alguien que tomaría las decisiones que nosotros también tomaríamos y que actúe de forma verosímil. Por cómo está diseñado, el personaje es inaccesible, y esta falta de humanidad es tanto su mayor valor como su mayor problema, ya que el espectador siempre lo mantiene a cierta distancia.
Esta sensación se puede dejar de lado si nos enfocamos meramente en la historia que tenemos en frente. Aún se trata de un personaje interesante al que le sucede algo interesante, y las actuaciones de Gyllenhaal y Russo son suficientes como para olvidar que están insertas en algo que puede no sentirse tan relevante. Dan Gilroy debuta con fuerza como director, construyendo lentamente la tensión y acumulando la energía que culmina en un final que bien puede constituir una de las mejores secuencias de acción del año, tanto por la sucesión de los hechos como las repercusiones que estos tienen en los personajes.
Es así como “Primicia Mortal” puede resultar carente e intrascendente en su totalidad, pero es innegable que todos los elementos que la componen están operando a un nivel efectivo. Si bien para este comentarista no se trata de una película que recordará en años venideros, es innegable que es una historia entretenida, perfectamente actuada, grandes secuencias de acción, y con diálogos rápidos y ocurrentes. Aunque a veces eso es todo lo que deberíamos exigir del cine.
Plasmar cinematográficamente acontecimientos relacionados con el deporte implica trazar una línea, aludiendo al proceso detrás de la preparación antes de enfrentarse a un gran evento, con los conflictos situados entre medio configurando la trayectoria de quienes protagonizan grandes hazañas deportivas. Una de las carreras de automovilismo más prestigiosas sirve como el escenario perfecto para situar fuerzas opuestas en medio de un conflicto de intereses donde las destrezas, el compañerismo y la determinación serán fundamentales para alcanzar el éxito. Dos años después de su exitosa “Logan”, James Mangold dirige una historia inspirada en hechos reales y que tiene al centro a dos de las grandes compañías de automóviles del mundo: Ford y Ferrari.
“Contra Lo Imposible” se centra en el visionario diseñador de autos Carroll Shelby (Matt Damon) y el corredor Ken Miles (Christian Bale). Ambos estarán encargados de diseñar y construir un auto de carreras para la compañía Ford, el que debe ser capaz de vencer a su oponente más poderoso en manos de Enzo Ferrari (Remo Girone). Juntos deberán luchar contra los intereses corporativos para, al mismo tiempo, alcanzar sus victorias personales.
La cinta aprovecha desde su inicio el concepto en el que se encuentra inmersa, pues las carreras de autos son su principal motor, y estas son representadas con una mirada intuitiva, capaz de exhibir con agilidad cada momento y componente de una carrera automovilística. Y considerando su extensión, alcanzando las dos horas y treinta minutos, el ritmo agitado se vuelve esencial para conducir un relato que realmente profundiza en su principal temática.
Las decisiones de encuadres y montaje ayudan a edificar una historia que arranca tal como lo hace un auto de carrera y debe avanzar poniendo especial atención a las curvas con las que se encuentra. Y es ahí donde las pausas son necesarias para así poder evidenciar el entramado que se teje al interior de la compañía Ford y, a la vez, aprovechando de adentrarse en la vida personal del corredor que estará a cargo de conducir el moderno automóvil.
Para poder construir una historia que intenta alcanzar un nivel épico dentro de su contexto, esta es divida en dos trayectos que avanzan a la vez y que juntan su camino en la carrera de Las 24 Horas de Le Mans. Por una parte, la compañía Ford y su lucha por competir con las grandes entidades del mundo automotriz, es el centro y detonador que empujará a sus protagonistas a enfrentarse a grandes obstáculos para alcanzar el principal objetivo. La compañía es a la vez representada como quienes instalan los inconvenientes corporativos, donde los intereses monetarios preponderan frente a la pasión que significa para los protagonistas el poder diseñar el revolucionario nuevo modelo.
Por otra parte, el encargado de conducir el nuevo automóvil es el obstinado Ken Miles, el que simboliza un espíritu agitador y con el objetivo de alterar la firmeza de la compañía. Junto a su carácter testarudo y poco apacible, Ken es el personaje que más cambios sufre a través del relato, siendo capaz de transformar su razonamiento, pero gracias a quienes lo rodean, su esposa e hijo. Sin embargo, su camino no podría completarse sin el apoyo de su amigo y socio en este negocio, Caroll Shelby. La relación de ambos es la manifestación del compañerismo y el cariño fraternal; en ellos está puesta la cuota necesaria de idealismo, la que los ayudará a continuar adelante, pese a las adversidades.
James Mangold logra crear un drama deportivo complejo y con las características de un cine algo más clásico, rememorando a producciones hollywoodenses de antaño, pero con la apariencia física de una obra moderna que cuida su tratamiento. “Contra Lo Imposible” alcanza un nivel satisfactorio, donde el mundo que retrata queda plasmado con total firmeza y es coherente con sí misma hasta el final.
Título Original: Ford v Ferrari
Director: James Mangold
Duración: 152 minutos
Año: 2019
Reparto: Matt Damon, Christian Bale, Jon Bernthal, Caitriona Balfe, Noah Jupe, Josh Lucas, Tracy Letts, JJ Feild, Ray McKinnon, Rudolf Martin, Ward Horton, Bridie Latona, Lachlan Buchanan