Es clara la influencia que Estados Unidos tiene en la industria cinematográfica y cómo parte del cine que se produce en otras partes del mundo intenta replicar modelos narrativos que, si bien pueden ser universales, deben ser adaptados para retratar con verosimilitud la idiosincrasia de cada lugar. En ese sentido, el director argentino Ariel Winograd ha desarrollado su trabajo cinematográfico influenciado principalmente por este modelo hollywoodense, pero apropiándose con seguridad al momento de desarrollar una nueva historia, principalmente en la comedia.
Víctor (Diego Peretti) y Vera (Carla Peterson) llevan una vida familiar desde hace veinte años junto a cuatro hijos. Ella, ya consumida por la rutina, se ve agobiada y decide realizar un viaje sola para poder descansar. Víctor, por consecuencia, y quien desconoce el trabajo que su esposa realiza a diario con su familia, deberá cumplir un rol del que hasta ese momento se había apartado.
La cinta se toma de una premisa simple y conocida, preguntándose: ¿qué ocurriría si sacamos una de las piezas fundamentales de este ensamblaje narrativo y vemos el comportamiento del resto de los personajes? Este argumento ha sido parte de innumerables sitcoms, pero lo que podría parecer como un capítulo extenso de una comedia de situaciones, es manejando con astucia y no cae en ningún punto. Se ha establecido el trabajo de Winograd casi como una adaptación de una comedia estadounidense a la realidad argentina, alimentándose principalmente de cómo ésta reflexiona sobre los avances de una sociedad que va cambiando vertiginosamente, teniendo como gran exponente a Judd Apatow, quien logra exponer claramente el ajuste que vive una generación al enfrentarse a nuevos puntos de vista, donde las relaciones de pareja y sobre todo el rol del hombre se ve cuestionado. Y no es casualidad que en este filme estos cuestionamientos se hagan presentes y se tomen gran parte de su argumento, al plantear personajes que ya no se pueden seguir ajustando a un modelo tradicional de familia, retratando cómo viven estos cambios.
Uno de los aspectos más destacables de esta cinta tiene relación con la construcción de su protagonista, quien consigue contener toda la propuesta argumental de principio a fin, manifestando en su actuar los planteamientos de base de la historia. Víctor Garbo es la innegable representación del padre de familia que, acostumbrado a una dinámica familiar tradicional, camina ciego y sin darse cuenta de lo que ocurre alrededor, justificando su actuar en el rol de proveedor que debe cumplir. Una vez que su posición es puesta en jaque, todas las miradas se dirigen a él cuando se le exige que tome el control y decida el camino correcto. Pero siendo recién despertado en su propia realidad, su torpeza al actuar será la que desate la mayor parte de situaciones que escalan rápidamente en el nivel de desesperación. Además, es el único personaje que logra dar una vuelta completa desde su estado inicial hasta el desenlace, realizando un viaje completo de entendimiento y redención.
Por otro lado, la narración está construida en base a una estructura familiar ya conocida y con roles hechos para evocar una familia que puede ser entrañable, pero donde el desorden reina en sus vidas. Este caos interno permite mostrar las situaciones más graciosas de la cinta, y que logra funcionar cuando todos los personajes interactúan entre sí, gracias a que los momentos más gratos de los diálogos están puestos en las manos de los hijos del clan. Sin embargo, estos sirven sólo como pretexto para que el relato se pueda mover con mayor agilidad, poniendo el foco principalmente en el padre y dejando de lado el desarrollo que estos podrían tener. Así también, la madre de la familia queda relegada a segundo plano, solamente ayudando a detonar la trama, pero sin tener gran participación en el desarrollo de esta.
Si bien, “Mamá Se Fue De Viaje” esconde reflexiones sobre los roles familiares, es en esencia una comedia de situaciones donde abundan los gags físicos, las situaciones de enredo y malentendidos, logrando su objetivo gracias al desarrollo de una comedia apacible y liviana, caminando con cuidado y apoyándose en un humor ingenuo, pero no por ello simple. Y es gracias a estas situaciones que el relato puede avanzar ágil y sin grandes tropiezos.
La suma de todas sus partes hacen de “Mamá Se Fue De Viaje” una comedia liviana e inocente, humilde en su intención, pero tibia en el desarrollo de su discurso, pues pierde la oportunidad al momento de plantear reflexiones más profundas, quedándose en una mirada superficial que cae en algunos vicios de un humor poco innovador. Sin embargo, se logra parar y sostener, resultando en una comedia que cumple su objetivo de manera apropiada.