Los remakes están hechos para reinventar una historia y agregarle elementos frescos que ayuden a potenciarla y, a veces, adaptarla a diferentes contextos generacionales o culturales. A partir de esta idea, se puede entender la producción de “Línea Mortal: Al Límite” como una nueva versión de “Flatliners” (1990), película dirigida por Joel Schumacher centrada en un grupo de estudiantes de medicina que experimentan con la idea de la vida después de la muerte, mezclando elementos de ciencia ficción y terror. Esta nueva versión, dirigida por Niels Arden Oplev, trata de recuperar el espíritu original de su primera versión y así modernizarla.
Un grupo de estudiantes de medicina se involucra en un peligroso experimento que pretende explorar los misterios que podría esconder la vida después de la muerte. Cada uno vivirá diferentes experiencias cercanas a la muerte, pero aquellas les traerán terribles consecuencias cuando deban verse enfrentados a sus errores pasados.
La nueva versión de “Flatliners” sigue fielmente a su original, partiendo por su propuesta narrativa y la forma en que los hechos se van desencadenando. Uno de los elementos que ambas comparten y que funciona en ambas versiones es su premisa, puesto que a partir del concepto planteado se puede forjar una historia lo suficientemente interesante como para ser llevada a la pantalla. En ese sentido, el primer acto de esta nueva versión funciona adecuadamente al establecer el contexto del relato y, a pesar de que ocurre forzadamente, la representación del experimento al que los estudiantes se someterán es capaz de mantener la expectación y el interés del espectador.
Sin embargo, luego del experimento la cinta inicia un viaje cargado de tropiezos, donde cada vez parece difícil que se pueda mantener en pie, abundando los plotholes que sólo crean confusión al momento de seguir la trama, enredándola y provocando que a ratos pierda su dirección y objetivo. Y en un intento por diferenciarse de su versión original, se incluyen consecuencias cognitivas a sus personajes después del experimento, convirtiéndolos en casi adictos a la experiencia. Esta decisión podría agregar algo fresco a la propuesta narrativa, sin embargo, es trabajada débilmente y sin mayor profundización, lo que hace perder el foco de la trama, una que se aleja de las visiones que tienen sus personajes cada vez que mueren clínicamente.
Estas decisiones de incluir elementos nuevos a la historia terminan perjudicando su desarrollo y resultado final, al punto de volverse inverosímil en algunas situaciones, avanzando sin rumbo y sin claridad en su propuesta, pues va saltando de una subtrama a la otra sin mayor conexión entre ellas. En consecuencia, los conflictos son solucionados de una forma artificial, llevando a la cinta a un final anticlimático gracias a la forma en que se fueron construyendo las situaciones y a diálogos expositivos y fuera de ritmo.
Los personajes en esta cinta son los que salen más afectados al existir un pretexto forzado para juntar a este grupo de estudiantes, los que carecen de profundidad y donde la falta de motivaciones los hace parecer artificiales y puestos a la fuerza. Lo anterior apartando y destacando a Courtney, interpretada por Ellen Page, la única que logra sostener gran parte del relato sobre sus hombros, entendiendo su motivación por partir con el experimento y cómo a través de ella van desencadenando los hechos posteriores.
En la búsqueda de encausar el relato, el filme transita por distintos géneros, pero no busca acomodarse en uno en particular, sin embargo, ya adentrándose en su último tercio comienza a dar un giro hacia el terror, con los estudiantes acosados por sus culpas pasadas. Y esta incesante persecución está adornada de artilugios propios de aquel género, pero recurriendo principalmente a jump scares que exacerban la tensión de los momentos más angustiantes, manipulando el suspenso a su favor y creando una atmósfera adecuada para desarrollar un relato que se transforma conforme busca su camino.
“Línea Mortal: Al Límite” no es más que el intento de revivir una idea trabajada hace casi tres décadas, tratando de agregar elementos nuevos, pero cayendo en la repetición de errores y entrampándose en su desarrollo. Su propuesta puede parecer prometedora y por varios minutos parece cumplir, pero resulta frustrante cuando las decisiones narrativas entorpecen su avance, terminando en una cinta que pierde el rumbo y que, a pesar de varios intentos por encauzar el relato, no logra encontrar un trayecto natural para exhibir adecuadamente su premisa.
Título Original: Flatliners
Director: Niels Arden Oplev
Duración: 110 minutos
Año: 2017
Reparto: Ellen Page, Diego Luna, Nina Dobrev, Kiersey Clemons, James Norton, Kiefer Sutherland, Daniela Barbosa, Charlotte McKinney, Beau Mirchoff, Tyler Hynes
Plasmar cinematográficamente acontecimientos relacionados con el deporte implica trazar una línea, aludiendo al proceso detrás de la preparación antes de enfrentarse a un gran evento, con los conflictos situados entre medio configurando la trayectoria de quienes protagonizan grandes hazañas deportivas. Una de las carreras de automovilismo más prestigiosas sirve como el escenario perfecto para situar fuerzas opuestas en medio de un conflicto de intereses donde las destrezas, el compañerismo y la determinación serán fundamentales para alcanzar el éxito. Dos años después de su exitosa “Logan”, James Mangold dirige una historia inspirada en hechos reales y que tiene al centro a dos de las grandes compañías de automóviles del mundo: Ford y Ferrari.
“Contra Lo Imposible” se centra en el visionario diseñador de autos Carroll Shelby (Matt Damon) y el corredor Ken Miles (Christian Bale). Ambos estarán encargados de diseñar y construir un auto de carreras para la compañía Ford, el que debe ser capaz de vencer a su oponente más poderoso en manos de Enzo Ferrari (Remo Girone). Juntos deberán luchar contra los intereses corporativos para, al mismo tiempo, alcanzar sus victorias personales.
La cinta aprovecha desde su inicio el concepto en el que se encuentra inmersa, pues las carreras de autos son su principal motor, y estas son representadas con una mirada intuitiva, capaz de exhibir con agilidad cada momento y componente de una carrera automovilística. Y considerando su extensión, alcanzando las dos horas y treinta minutos, el ritmo agitado se vuelve esencial para conducir un relato que realmente profundiza en su principal temática.
Las decisiones de encuadres y montaje ayudan a edificar una historia que arranca tal como lo hace un auto de carrera y debe avanzar poniendo especial atención a las curvas con las que se encuentra. Y es ahí donde las pausas son necesarias para así poder evidenciar el entramado que se teje al interior de la compañía Ford y, a la vez, aprovechando de adentrarse en la vida personal del corredor que estará a cargo de conducir el moderno automóvil.
Para poder construir una historia que intenta alcanzar un nivel épico dentro de su contexto, esta es divida en dos trayectos que avanzan a la vez y que juntan su camino en la carrera de Las 24 Horas de Le Mans. Por una parte, la compañía Ford y su lucha por competir con las grandes entidades del mundo automotriz, es el centro y detonador que empujará a sus protagonistas a enfrentarse a grandes obstáculos para alcanzar el principal objetivo. La compañía es a la vez representada como quienes instalan los inconvenientes corporativos, donde los intereses monetarios preponderan frente a la pasión que significa para los protagonistas el poder diseñar el revolucionario nuevo modelo.
Por otra parte, el encargado de conducir el nuevo automóvil es el obstinado Ken Miles, el que simboliza un espíritu agitador y con el objetivo de alterar la firmeza de la compañía. Junto a su carácter testarudo y poco apacible, Ken es el personaje que más cambios sufre a través del relato, siendo capaz de transformar su razonamiento, pero gracias a quienes lo rodean, su esposa e hijo. Sin embargo, su camino no podría completarse sin el apoyo de su amigo y socio en este negocio, Caroll Shelby. La relación de ambos es la manifestación del compañerismo y el cariño fraternal; en ellos está puesta la cuota necesaria de idealismo, la que los ayudará a continuar adelante, pese a las adversidades.
James Mangold logra crear un drama deportivo complejo y con las características de un cine algo más clásico, rememorando a producciones hollywoodenses de antaño, pero con la apariencia física de una obra moderna que cuida su tratamiento. “Contra Lo Imposible” alcanza un nivel satisfactorio, donde el mundo que retrata queda plasmado con total firmeza y es coherente con sí misma hasta el final.
Título Original: Ford v Ferrari
Director: James Mangold
Duración: 152 minutos
Año: 2019
Reparto: Matt Damon, Christian Bale, Jon Bernthal, Caitriona Balfe, Noah Jupe, Josh Lucas, Tracy Letts, JJ Feild, Ray McKinnon, Rudolf Martin, Ward Horton, Bridie Latona, Lachlan Buchanan