Hay una creencia en que las historias mínimas, aquellos pasajes de la vida cotidiana aparentemente irrelevantes o que no nos detenemos a observar, son las que tienen la mayor capacidad de hablar de forma universal de la experiencia humana. Es la creencia de que cualquier momento puede constituir una historia digna de contarse si se cuenta con inteligencia y honestidad. Y es desde esta creencia que parece nacer “La Once”, a partir de la curiosidad de una joven que creció viendo a su abuela tomar el té con sus amigas periódicamente.
El documental retrata a un grupo de amigas que tienen como costumbre juntarse a tomar once una vez al mes, rito que llevan cumpliendo desde que salieron del colegio, hace sesenta años. Lo que vemos son una serie de encuentros y conversaciones entre las ancianas, en las que discuten con cotidianeidad y desenfado temas personales y sociales; se provocan, se hacen reír y se acompañan a medida que pasa el tiempo; envejecen y algunas empeoran de salud y dejan de asistir.
Fueron cerca de cinco años de grabación y recopilación del material, en que la directora Maite Alberdi intervino en las onces de las mujeres, entre las que se encuentra su propia abuela. Como las amigas contaban siempre las mismas historias en cada comida, no se corría el riesgo de perderse momentos irrepetibles, por lo que se grababa a veces sólo a una de las participantes, y en la siguiente jornada se podía registrar a otra de las integrantes del grupo siendo partícipe de la misma conversación. Toda la película está compuesta por una serie de primerísimos primeros planos de cada una de las mujeres, dándole la sensación al espectador de estar ocupando un puesto más en la mesa en la que conversan. Pero filmar de esta manera también fue útil al momento del montaje.
Teniendo tantas horas de material, lo que Alberdi hizo a la hora de editar fue armar secuencias, manipular conversaciones y añadir reacciones a partir de materiales obtenidos en diferentes jornadas, para generar conversaciones más redondas, extremar las personalidades de las amigas y causar comedia o complicidad cuando fuese necesario. En vez de poner en duda la veracidad de lo observado, en esta práctica radica uno de los mayores logros de “La Once”: el montaje es un ejercicio finamente regulado que genera que, lo que ha sido registrado a través de varios años, parezca en pantalla no ser más que unas cuantas conversaciones en tiempo acotado.
Y el resultado son encantadoras situaciones cotidianas, capturadas con un naturalismo que permite que las amigas puedan ahondar en toda clase de historias. Entendemos, por ejemplo, sus formas de ver el amor y conocemos sus pasados afectivos, y es entre estos comentarios que aparecen los momentos más agudos. Al espectador se le revelan confidencias, se mencionan infidelidades y se le anuncian enfermedades con la confianza que se le tendría a una persona más del grupo, y la información está tan bien dosificada, que uno se va involucrando en estas vidas a medida que se entretiene, generando identificación y entendiendo más allá de la superficie o el prejuicio quiénes son estas mujeres y por lo que han pasado.
Momentos en que este grupo de amigas da a conocer sus puntos de vista respecto a temas sociales se prestan fácilmente para la comedia. Habiendo nacido casi a principios del siglo pasado, es normal que tengan visiones retrógradas respecto a la sexualidad, que no entiendan las tribus urbanas y que les cueste ajustarse a la modernidad. Pero Alberdi no cae en el retrato reductivo que se le puede hacer a un grupo de ancianas conservadoras y las trata con dignidad. El cariño que tiene la realizadora por las involucradas es más grande y evita generalizaciones simplistas, humanizándolas sin ocultar sus riñas o negar la ignorancia que puedan tener respecto a ciertos temas.
“La Once” es una oportunidad que permite adentrarnos de forma íntima y casual en un mundo que puede que nunca nos haya llamado la atención, pero con el que compartimos más de lo que podríamos creer inicialmente. Es un plausible logro audiovisual con la capacidad de hacer llorar de risa y de tristeza, que a partir de situaciones comunes, de estas pequeñas historias, forma un retrato honesto, divertido y conmovedor de un grupo de personas que se han mantenido juntas por más tiempo del que duran muchas vidas.
Como cada semana, Centro Arte Alameda presenta su cartelera de estrenos con una serie de películas entre las que destaca “Memoria” (Apichatpong Weeraserhakul, 2021) y “Lightyear” (Angus McLane, 2022). Cabe señalar, que este spin off de “Toy Story”, que cuenta la historia del origen de Buzz Lightyear, el héroe que inspiró el juguete, nos da a conocer al legendario Guardián Espacial que acabaría contando con generaciones de fans. La cinta contará con funciones dobladas al español, detalles de días y horarios más abajo.
“Memoria” trata sobre Jessica (Tilda Swinton), botánica británica establecida en Colombia, que despierta una noche por un sonido que parece ser de otro mundo. La protagonista emprende un viaje hasta el corazón de la selva en busca del origen de este ruido que solo ella parece oír. A estas dos películas se suman “Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo” (2022) de Daniels, aún en cartelera, junto con otros títulos como “Retrato de una Mujer en Llamas” (2018) de Céline Sciamma, y mucho más que dejamos en detalle más abajo.
Como siempre, la venta de tickets está disponible mediante sistema PasslineACÁ, mientras que el detalle de películas y funciones te lo dejamos a continuación: