Una de las opciones a emplear por el género dramático es la plasmación en pantalla de temas polémicos. Al afrontar este desafío, es fundamental la forma en que se aborda la temática, ya que hay un alto riesgo de patinar en el intento. Lo usual es encontrarnos con cintas inundadas de lugares comunes y riesgo mínimo. “La Cacería” tiene un rumbo claro y suficientes atributos para desmarcarse de sus semejantes.
Lucas (Mads Mikkelsen) trabaja en un modesto jardín infantil situado en un pueblo danés donde todos se conocen. Este profesor está rearmando su vida luego de un duro divorcio, pero caerá en un precipicio luego de que una niña del jardín haga una acusación de pederastia contra él; para empeorar todo, la pequeña es hija de uno de sus mejores amigos. A pesar de que el testimonio de la niña no es del todo consistente, Lucas es despedido y apuntado como culpable por toda la comunidad.
El drama de un hombre acusado de un crimen que asegura no haber cometido, suele ser punto de partida de dramas de dudosa calidad que tienden a poner el foco en resolver si el protagonista es culpable o inocente de lo que se le imputa; una jugada usada hasta el cansancio, que es tomada en cuotas mínimas por esta cinta. Esto porque el filme no tarda en ofrecer una respuesta, para más tarde jugar con matices que complejizan todo, pero claramente el interés de la película no está ahí. Esta obra apuesta por una vía mucho más audaz y espesa. El director está más interesado en retratar cómo se comporta la sociedad ante una acusación como esta –la camaradería se convierte en repulsión- y en el calvario personal del protagonista.
A partir de la decisión de ubicar la historia en un pequeño pueblo donde prácticamente no hay desconocidos entre sí, aprovecha de dotar de intensidad la realización. Por otro lado, usualmente esta clase de dramas tienden a ocupar espacio en tensiones superfluas, esta realización danesa, en cambio, propone no enredarse en dedicar espacio a investigaciones policiales ni en defensa del caso.
La dirección de Thomas Vinterberg es prudente y toma cierta distancia para narrar la historia, lo que enriquece a la cinta de posibles interpretaciones. Y si bien la película se cocina a fuego lento, está dotada de potencia por sus emociones, por las vertientes que escoge y por la actuación de su protagonista, Mads Mikkelsen, quien está soberbio. El danés ha labrado una extensa carrera en Hollywood –imposible olvidarlo como el villano de “Casino Royale” (2006)-, pero jamás estuvo mejor que aquí.
En pos de ilustrar de manera más clara la propuesta, se opta por llegar al límite dibujando al protagonista como un tipo extremadamente correcto que es adorado por toda la comunidad, en un cambio brutal que roza la caricatura. Ese es uno de los pocos lugares bajos de una realización que aprovecha un punto de partida repetido, al proponer un camino pedregoso y sembrado de preguntas oportunas. Una película que incómoda, inquieta y no deja tranquilo hasta mucho después de los créditos.
A mediados de diciembre llegará finalmente “Avatar: The Way Of Water“, nueva obra de James Cameron y secuela de la película de 2009 y que cuenta con un casting compuesto por Sam Worthington, Zoe Saldaña, Sigourney Weaver, Stephen Lang y Kate Winslet. Hoy tenemos el trailer oficial de la cinta, cuya historia se sitúa una década después de los eventos de la primera cinta, contando la historia de la familia Sully, Jake, Neytiri, y sus hijos, abordando su dinámica familiar y los constantes problemas en las batallas que deben mantener para seguir con vida.
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