Disgregados en dos facciones los miembros de “El Club de la Comedia” tras el triunfo comercial que fue su debut en la pantalla grande, “Barrio Universitario” (2013), Sergio Freire y Rodrigo Salinas estrenaron en octubre pasado “Fuerzas Especiales”, título amparado en la productora de Nicolás López. Lo propio ahora hace con “Héroes” Fabrizio Copano –en sociedad con Esteban Vidal, director de la primera película del grupo de cómicos de CHV-, un largo con una notable particularidad: estando dirigida a un target joven, ostenta un reparto compuesto en sus tres cuartas partes por comediantes que superan el medio siglo. Algo así como si “El Regalo” (2008) y “Barrio Universitario” colisionaran y de ello germinara una nueva obra.
El joven Manuel Arroyo (Fabrizio Copano) llega a dirigir la ONEMI y lo que encuentra es desolador: una institución con una estructura y un funcionamiento que parecen extraídos de la edad de piedra. Se embarca en modernizar el organismo, pero el empuje y las ganas le duran un soplo, puesto que es despedido luego de que la ONEMI no consigue anticiparse a un terremoto que deja en el suelo al país. A esa tragedia nacional y personal, se añade que es incapaz de declararle su amor a su mejor amiga (Juanita Ringeling). Justamente, con la ayuda de ella y los destituidos trabajadores de la ONEMI, Manuel irá descubriendo las aristas de un plan malévolo.
Para hablar de una película como “Héroes”, circunscrita en el territorio de la comedia nacional, urge primero desplegar al menos un antecedente: lo que hace rato es una constante en el cine estadounidense, concentrar los esfuerzos en dirigir la industria hacia el público infantil y juvenil (de partida porque son los que arrastran a la familia completa al cine), ha sido acogido por la cinematografía nacional sólo en años muy recientes y casi únicamente por la comedia, a través de cineastas como López y los hermanos Badilla, y figuras del espectáculo como Stefan Kramer y los integrantes de “El Club de la Comedia”. A estos “pioneros” la incursión les ha traído inmediatas gratificaciones, pues han impuesto su dominio en la taquilla local sin contrapeso, teniendo a su haber los únicos productos del cine nacional que logran la proeza de aguantar más de un mes en cartelera. Atrás han quedado, así, filmes como “El Chacotero Sentimental” (1999), “Taxi Para Tres” (2001) o “Sexo Con Amor” (2003), abocadas a un público más adulto y realizadas por cineastas con personalidad y discurso.
Finalizada la cinta de Esteban Vidal, bien vale preguntarse si esos tiempos no eran mejores y si no será ya momento que la comedia nacional deje de parir películas que se olvidan apenas se abandona la sala, con nada más que un par de destellos dentro de un engranaje tan frágil como una torre de cubos construida por un niño pequeño. Luego de al menos una decena de títulos enlistados en este casillero, ya molesta que ninguno despegue por sobre la mediocridad. No se espera que surja un Billy Wilder, un Edgar Wright o un Judd Apatow en esta franja de tierra, pero al menos que emerja alguien que se proponga dar vida a obras que provoquen algo más que unas cuantas carcajadas (eso en el mejor de lo casos). Guiones llenos de forados, personajes con un grosor insignificante, humor blanco que se apoya en apenas un par de bromas, un retrato inexistente de la sociedad chilena. Las equivocaciones se repiten y se repiten, y las huellas que estos filmes van dejando corresponden únicamente a los nuevos caminos que naturalmente se abren cuando un país comienza a explotar un subgénero. “Héroes” también cumple con este mínimo, primero, al poner en pantalla a un grupo de veteranos comediantes y, segundo, al urdir una trama de implicancias globales. Lo tercero podría haber sido que se involucre con una institución como la ONEMI, pero esa tierra ya fue conquistada meses antes por Freire y Salinas en su inofensiva sátira hacia Carabineros.
“Héroes”, no obstante, arranca con ímpetu y más que un acierto. Mientras instala sus pilares se registra chispa, un despliegue interesante de diálogos y situaciones, que tienen en la presentación de la oficina de la ONEMI su punto más álgido. La cinta juega con la idea de personas con grandes responsabilidades cumpliendo sus labores de la peor manera posible, y así se apega a icónicas películas como “Airplane!” (1980). Sin embargo, como ya es común en todo ejercicio nacional que se aboca a la comedia, la torpeza y los yerros brotan con celeridad. Luego de presentar a sus personajes y dar con ese acierto que es usar el terremoto del 27-F como punto de quiebre de la historia, el filme parece quedarse sin nada que contar; se estanca y no hace más que hilar con mínima congruencia una sucesión de hechos tan esperables como mal ejecutados, hasta llegar a una resolución tan dilatada como ordinaria.
La historia de amistad/amor se desarrolla tan plana como desesperante, al tiempo que el personaje de Copano se apropia casi por completo de la pantalla y deja ver su esquemático y calcado armado: es idéntico al Miguel que encarnó en “Barrio Universitario”, así como la Isadora que interpretó Ringeling en esa cinta no dista mucho de su personaje de acá. El reciclado es tan evidente, que lleva a que no luzca disparatado leer “Héroes” como un spin-off no declarado de la película de 2013 en torno a los personajes de Copano y Ringeling.
Puede que lo más irritante de este largo sea el escaso provecho que saca de un puñado de comediantes de mil batallas, liderados por Fernando Alarcón, inclusión que prometía liberar de la pequeñez al filme. La presentación de cada uno bordea incluso lo fascinante, pero el guión se preocupa de esculpirlos con el molde más tradicional y cuadrado posible. Da igual que los ocupe como secundarios, lo inconcebible es que Copano y Vidal saquen tan poca utilidad de gente con dilatados años de oficio y probado talento. Al final, resulta complejo resolver qué tan beneficioso y honorable sea que fueran incluidos en esta cinta, más allá de la exposición mediática asociada al estreno de la misma.
La fuerza antagonista está siempre entre lo peor de este tipo de películas nacionales, y esta no escapa de eso. Felipe Avello tiene más minutos que Ramón Llao en “Fuerzas Especiales”, pero es perfilado con aún menos congruencia y prolijidad (ni hablar de cariño). El personaje está en vaivén todo el tiempo –parte como un tipo de temer, luego se le caricaturiza, después se le endurece y así hasta el final-, lo que deja casi sin efecto la divertida broma que guarda el disparatado plan.
Cuando el nivel se mantiene tan bajo durante un extenso período de tiempo, a ojos de algunos lucen como un avance cintas como esta (correctamente filmada, con un inicio que puede parecer sólido, con comediantes de renombre). “Es chilena, me hizo reír, por lo tanto salgo satisfecho y la recomiendo, e incluso deseo repetírmela”, pueden exclamar, pero no hay que despistarse en el análisis: “Héroes” es otro paso en falso de una industria que avanza a los tumbos en su afán por conseguir la carcajada y que está lejos de asomarse a las pulsiones sociales y políticas de su entorno.
En países como Chile las cosas se les ha dado muy fácil a la gente que se ha abocado a hacer cine comercial (comedia, casi siempre): exigiéndose al mínimo, no tienen traspiés en taquilla. Eso lleva a pensar que quienes hacen estas cintas no aman al cine y que podrían haberse dedicado a cualquier cosa que les generara dinero. Afirman que hacen películas, pero lo suyo está más cercano al aprovechamiento de la televisión más decadente, y eso dista mucho de ser cine, incluso del más liviano.
A mediados de diciembre llegará finalmente “Avatar: The Way Of Water“, nueva obra de James Cameron y secuela de la película de 2009 y que cuenta con un casting compuesto por Sam Worthington, Zoe Saldaña, Sigourney Weaver, Stephen Lang y Kate Winslet. Hoy tenemos el trailer oficial de la cinta, cuya historia se sitúa una década después de los eventos de la primera cinta, contando la historia de la familia Sully, Jake, Neytiri, y sus hijos, abordando su dinámica familiar y los constantes problemas en las batallas que deben mantener para seguir con vida.
6 Comments