Si se nos preguntara con qué ciudad relacionaríamos a Woody Allen, es seguro que todos tendríamos la misma respuesta: Nueva York. El realizador nunca ha mantenido en secreto su amor por la Gran Manzana, dándole un rol fundamental en sus películas y haciéndola el hogar de sus personajes a lo largo de décadas.
Esto se puede ver de forma más explícita en las adecuadamente tituladas “Manhattan” (1979) y “Bullets Over Broadway” (1994), en las que Allen filma con afecto y tierna melancolía distintos escenarios y ubicaciones de la ciudad, pero la metrópolis también se muestra de forma sutil –aunque igualmente presente- en otras de sus películas emblemáticas, hospedando a los protagonistas de “Hannah And Her Sisters” (1986) y sirviendo como el escenario de citas perfecto para Diane Keaton y Woody Allen en “Annie Hall” (1977).
Allen convirtió a la ciudad en un centro atractivo para extranjeros y le dio nueva luz bajo la cual sus habitantes puedan apreciarla. El sentimiento del hombre por la ciudad es tan fuerte que ha tomado por sorpresa a muchos su nueva tendencia, su reciente predilección geográfica: la de rodar en Europa.
La razón principal por la que Allen ha decidido cambiar el pavimento neoyorkino por los adoquines europeos, es más sencilla y decepcionante de lo que se puede pensar. No se trata de una búsqueda de inspiración artística o la necesidad de un cambio de aire para un mayor desempeño creativo, sino de un elemento tedioso, pero clave en el proceso cinematrográfico: el financiamiento.
Entrada la década de los ’90, y especialmente a principios de los 2000, Allen se vio incapaz de replicar el éxito obtenido en décadas pasadas, produciendo una serie de películas (“Celebrity” en 1998, “The Curse Of The Jade Scorpion” en 2001, “Hollywood Ending” en 2002, “Anything Else” en 2003) que le valieron sus peores críticas hasta el momento y que además tuvieron los desempeños en la taquilla más pobres que el director hubiese visto en su carrera.
Producto de esto, Allen empezó a experimentar una restricción presupuestaria cada vez mayor para sus filmes, lo que, sumado a una disputa con Jean Doumanian, quien produjo muchas de sus películas (y fue su amiga durante más de cuatro décadas), terminó en la separación de Allen con la compañía productora con la que habituaba trabajar y lo dejó sumido en problemas más serios que nunca para conseguir apoyo económico.
Llegó entonces la británica BBC Films y se ofreció a financiar su siguiente proyecto, y así fue como “Match Point” (2005), que originalmente iba a ser filmada en Nueva York, se convierte en la primera obra de Allen rodada por completo en el extranjero. La cinta, sobre un profesor de tenis que se casa con una joven de familia adinerada en su búsqueda por ascender en la escala social, se convierte en su película más exitosa en décadas.
El Reino Unido lo acoge lo suficientemente bien como para que Allen decida grabar sus siguientes dos películas allí: “Scoop” (2006) y “Cassandra’s Dream” (2007). La primera, una comedia menor que contuvo lo que Woody afirmó sería su última actuación; la segunda, la sombría historia de dos hermanos lidiando con la culpa de un asesinato.
A diferencia de esta última, el director observa su siguiente destino, una soleada España, de forma externa, no a través de personajes nativos, sino de turistas. Es así como los impresionados ojos de Vicky y Cristina (Rebecca Hall y Scarlett Johansson, su musa en la aventura europea del director) presentan al espectador un retrato embelesado y detallado de una de las ciudades más pintorescas del país, deteniéndose y ahondando en su cultura, arquitectura, paisajes e idioma en “Vicky Cristina Barcelona” (2008).
“Vicky Cristina Barcelona” termina el trabajo iniciado por “Match Point” de dejar en claro que Woody sigue en pie y que la experiencia europea lo ha dotado de un nuevo vigor, además de abrir una nueva faceta artística en el realizador, disipando las dudas de aquellos que aseguraban que estaba acabado.
Sin embargo, Allen no se ha olvidado de su ciudad natal completamente, y desde que empezó su travesía europea, ha rodado dos películas en Nueva York. Que estas sean las mediocres “Whatever Works” (2009) y “You Will Meet A Tall Dark Stranger” (2010), dos pobres esfuerzos que visitan temáticas que Allen ya habría explorado de sobra, resulta revelador, y Allen decide volver a grabar en el viejo continente.
Tras el éxito de su trabajo en Inglaterra y España, otros gobiernos europeos le ofrecieron al neoyorkino la oportunidad de rodar en algunas de sus ciudades más ilustres. Esto pone a Allen en un avión rumbo a Francia para filmar “Midnight In Paris” (2011), la historia de un guionista estadounidense falto de inspiración que se encuentra de vacaciones en París y que cada medianoche es transportado a una época clave en el mundo de la cultura en la Ciudad Luz, conociendo a artistas y escritores emblemáticos. La película se convirtió en la más exitosa de Allen en la historia, logrando una excelente acogida por la crítica especializada tanto en Europa como en el resto del mundo, y valiéndole un Oscar al Mejor Guión Original en la última entrega de los Premios de la Academia.
Su más reciente esfuerzo, “To Rome With Love” (2012), continúa el paso del director por Europa, llevándolo esta vez a Italia para filmar una película con toques mágicos, que muestra cuatro viñetas en las que se mueve un reparto que incluye a Alec Baldwin, Jesse Eisenberg, Penélope Cruz y Roberto Begnini. La cinta está pronta a estrenarse en salas nacionales.
A pesar de que en esta nueva etapa en la carrera del director las locaciones sean distintas, Woody Allen continúa con hábitos propios: su prolífica costumbre de estrenar una película por año, el trabajar con grandes repartos corales y el tratar temas recurrentes en su filmografía, como la neurosis y la inseguridad, tanto desde perspectivas cómicas como dramáticas. Las películas de Allen se caracterizan por ser muy conscientes del entorno en el que se sitúan. La ciudad siempre estuvo presente en sus películas, casi como un personaje más, un ente que contextualizaba sus historias, pero que también le permitía crear retratos de una época y una cultura. La carrera del director aún guarda sorpresas y está lejos de acabarse. Y la fascinación con la que filma calles, monumentos y atmósferas, no ha desaparecido en su transición a Europa. Es más, se ha intensificado.
Como cada semana, Centro Arte Alameda presenta su cartelera de estrenos con una serie de películas entre las que destaca “Memoria” (Apichatpong Weeraserhakul, 2021) y “Lightyear” (Angus McLane, 2022). Cabe señalar, que este spin off de “Toy Story”, que cuenta la historia del origen de Buzz Lightyear, el héroe que inspiró el juguete, nos da a conocer al legendario Guardián Espacial que acabaría contando con generaciones de fans. La cinta contará con funciones dobladas al español, detalles de días y horarios más abajo.
“Memoria” trata sobre Jessica (Tilda Swinton), botánica británica establecida en Colombia, que despierta una noche por un sonido que parece ser de otro mundo. La protagonista emprende un viaje hasta el corazón de la selva en busca del origen de este ruido que solo ella parece oír. A estas dos películas se suman “Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo” (2022) de Daniels, aún en cartelera, junto con otros títulos como “Retrato de una Mujer en Llamas” (2018) de Céline Sciamma, y mucho más que dejamos en detalle más abajo.
Como siempre, la venta de tickets está disponible mediante sistema PasslineACÁ, mientras que el detalle de películas y funciones te lo dejamos a continuación:
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