Cada año se estrenan dos o tres películas que giran en torno a destruir algún lugar icónico de Estados Unidos, sea Nueva York (el más común), el Pentágono, o en este caso, y común a la filmografía de Roland Emmerich, la Casa Blanca. Con mucho efecto especial, una trama contorneada y heroísmo al por mayor, llega a las salas nacionales la versión 2013 de esta idea, la que ya ha ocasionado pérdidas de millones de dólares al estudio responsable.
Cuando la casa blanca es atacada por un grupo terrorista, el policía John Cale (Channing Tatum), quien se encontraba en un tour por la residencia presidencial, entrará en acción para salvar tanto a su hija Emily (Joey King) como al presidente Sawyer (Jamie Foxx), enfrentándose a los atacantes y al complot del que son parte.
Está más que claro que esta película no apunta a pasar a la historia, ni menos aún a incitar algún tipo de reflexión o discusión en su audiencia, sino que quiere entretener, funcionando como una suerte de símil masculino de Crepúsculo y sus cintas hermanas, rellenando dos horas con explosiones, balazos, peleas y hombres de acción. A pesar de esto, la película insinúa un par de críticas a los productores de armas y a las jaurías de políticos babosos de poder, pero tan tímidamente que nunca cobran verdadera relevancia.
Alguien dijo una vez que estas películas las manda a filmar secretamente el ejército para animar las inscripciones voluntarias, pero aún que fuera así, el héroe de acción de Tatum es más probable que ofenda a los verdaderos reclutas, porque su gélido intento de actuación termina haciéndolo parecer un hombre de las cavernas; incluso logra que las escenas más cruentas de la película no sean las matanzas de personas, sino que sus intentos por acercarse a su hija Emily, donde la joven Joey King lo supera ampliamente en habilidades. Por otro lado, lo más rescatable de la película es Foxx, quien relaja al típico personaje de presidente en peligro, dándole un cariz más cotidiano y siendo el autor de los pocos chistes con gracia a lo largo de la cinta.
Dejando todo esto a un lado, el gran problema de “El Ataque” es su trama, que alarga a dos horas una idea ni muy compleja ni muy original, demorándose demasiado en algunas secuencias y llegando a una irracionalidad ridícula en otras, aburriendo a intervalos cada vez más frecuentes a medida que avanza la trama. Emmerich esto pretende envolverlo agradablemente con CGI de última generación, pero cuando ya se ha visto a, por ejemplo, Iron Man destruyendo cruceros espaciales, un misil lanzado a un helicóptero no presenta ninguna novedad.
A fin de cuentas, “El Ataque” no destaca como película de acción (que es lo que parece que es), tampoco como crítica al belicismo del alto mando estadounidense (lo que parece que le hubiera gustado ser), y menos aún como vehículo para consolidar a Channing Tatum (lo que se asume que en parte es), sino que se hunde como cine enlatado de la peor clase.
Luego de estar en coma tras sufrir un complejo accidente en auto, hoy finalmente ha sido declarada como fallecida la actriz Anne Heche, luego de que su familia informara hace algunas horas que se había tomado la decisión de desconectarla del respirador artificial ante la imposibilidad de que sobreviviera tras las diversas lesiones que sufrió. Si bien al entregar la noticia todavía se encontraba conectada a la espera de los receptores de órganos, fue declarada legalmente muerta debido a las leyes del estado de California.
Heche sufrió una compleja lesión cerebral anóxica luego de chocar en su auto el pasado 5 de agosto, quedando en coma y en estado crítico, al punto que desde el primer minuto se informó que no sobreviviría. “Durante mucho tiempo ha sido su elección donar sus órganos y se la mantiene con soporte vital para determinar si alguno es viable”, señaló la familia en el comunicado que informaron sobre esta decisión.
La actriz es recordada por varios papeles en el cine y la televisión, su año más importante sin duda fue 1997, donde participó de varias películas como “Donnie Brasco“, “Volcano“, “I Know What You Did Last Summer” y “Wag The Dog“. Otras de sus cintas importantes fueron “Six Days Seven Nights” (1998, con Harrison Ford), “Psycho” (1998, remake de Gus Van Sant) y “Birth” (2004).