De vez en cuando, llegan a la pantalla grande cintas independientes de animación digital decididas a entrar en el mercado regido casi en su totalidad por Pixar, Dreamworks y Disney. Gran parte de estas adolecen de argumento, su nivel de animación es pésimo o el diseño de personajes no logra conquistar a la audiencia. Y, peor aún, algunas son descaradas imitaciones de cintas más que conocidas. Otras veces, entran en competencia cintas que, sin grandes precedentes, llaman la atención por su detallada calidad. Sin duda, es difícil destacar en el mercado de las películas animadas cuando la audiencia tiene la percepción de que si no es Pixar no es bueno, aun así “Dinosaurios” parece tener sus propios argumentos para tratar de demostrar lo contrario.
Ernie es un niño inquieto, que no duda un instante en desobedecer a su madre para meterse en problemas junto a su mejor amigo Max, un sabelotodo hijo de un inventor despreocupado. Tras los pasos de Ernie está su hermana menor Julia, una niña igual de inquieta, que busca todo el tiempo poner en evidencia a su hermano atrapándolo in fraganti en sus travesuras. Cuando Ernie se entera de que el padre de Max, el doctor Santiago, construye su propia versión de la máquina del tiempo, ve una nueva oportunidad de hacer de las suyas llevándose consigo a Max y Julia en un viaje hacia la época de los dinosaurios. Los tres deberán encontrar la forma de regresar a su tiempo, mientras el doctor Santiago y Sue, la mamá de Ernie y Julia, buscan la forma de ir a rescatarlos.
Durante la primera mitad de la historia, se aprecian diversos elementos que definen el rol de cada personaje, especialmente la relación madre e hijo, esto gatillado presumiblemente por la ausencia de una imagen paterna en la familia. A raíz de esto, el papel de Ernie cambia completamente cuando, enfrentado a un entorno hostil, debe asumir la responsabilidad de cuidar a su hermana y a su mejor amigo de las amenazas que los rodean. Conforme pasan los minutos, van apareciendo diversos personajes que poco a poco van armando la trama, en una especie de homenaje a Curly, Larry y Moe de los “Los Tres Chiflados”. Llegado cierto punto, la cinta cruza a intervalos las aventuras de los tres niños y a sus padres intentando ir en su rescate; este paralelo se sostiene a través de ciertos elementos de comedia que, eventualmente, revelan a un inesperado cuarto viajero del tiempo y la trascendencia de personajes que en un principio parecían estar sólo de relleno.
A pesar de ser “Hotel Transylvania” (2012) o “Metegol” (2013) antecedentes más que suficientes para no juzgar a priori una película animada no-Pixar, es inevitable mirar con cierta desconfianza a “Dinosaurios”, sobre todo cuando su tráiler se asimila más a un spot de cereales, pero por extraño que parezca, esta producción estadounidense-surcoreana entrega a la audiencia elementos que merecen ser observados con atención, incluso los créditos finales son acompañados de ilustraciones que muestran paradójicos eventos futuros. Su premisa, si bien implica elementos trillados como los viajes en el tiempo y los dinosaurios, logra conjugar de buena manera estos dos lenguajes de la ciencia ficción para contar una historia que habla de la reconciliación familiar más que de otro tema.
No por tener este argumento predecible la cinta adolece de aspectos técnicos, el diseño de personajes y ambientes es manufactura propia del estudio coreano Toiion, lo cual es un gran punto a favor y que, a la larga, resulta en una grata sorpresa para quienes están acostumbrados a la línea gráfica de gigantes de la animación digital como los mencionados e icónicos Dreamworks y Pixar.
Es posible que “Dinosaurios” sea uno de esos escasos ejemplos en que todo apunta a ser una estrepitosa caída, pero que con un poco de paciencia haga posible apreciar el enorme trabajo de producción, ejemplificado en una animación al nivel de lo que la audiencia está acostumbrada. Tardó dos años en llegar a los cines nacionales luego de su lanzamiento en 2012 y tal vez, por casualidad, se suma a la notoria oleada de películas animadas extranjeras que, con cintas excepcionales como también con grandes fiascos, se hace notar cada vez con más fuerza.
Luego de determinar la responsabilidad del realizador chileno Nicolás López en dos delitos de abuso sexual, hoy se realizó la lectura de sentencia, donde el Tribunal Oral En Lo Penal de Viña del Mar decretó la condena de 5 años y un día de presidio efectivo a López por dos delitos de abuso sexual cometidos en 2015 y 2016.
Recordemos que se dio a conocer la resolución contra el responsable de algunas películas como la trilogía “Qué Pena…”, entre otras, donde el Ministerio Público determinó que López es culpable de dos delitos de abuso sexual, mientras que fue absuelto del delito de violación, además del delito de ultraje público, a raíz de un hecho denunciado tras un episodio en el bar Liguria en 2012.
En aquella ocasión, el TOP de Viña del Mar señaló que la decisión se tomó de forma unánime, pero que no se logró acreditar la violación contra una mujer, que habría ocurrido en 2004. “La prueba de cargo fue insuficiente para acreditar más allá de toda duda razonable la existencia del tipo penal de violación propuesto por los acusadores”, señaló el juez Fernan Rioseco durante la audiencia.
Aquí el anuncio oficial del Poder Judicial:
🔴 EN VIVO: Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar condena a 5 años y un día de presidio efectivo a Nicolás López Fernández por dos delitos de abuso sexual cometidos en 2015 y 2016 en la región Metropolitana.