Brazos, cabezas y sesos volando a través de la pantalla. Humor negro, descarnado, absurdo y completamente hilarante. Una cuarta pared hecha añicos y un interlocutor tierno y demente por partes iguales. “Deadpool” (2016) nos introdujo a uno de los más exóticos antihéroes de nuestro tiempo y, junto con él, todo un nuevo y desconocido límite para el género de las películas de superhéroes, en el que la acción y las bromas políticamente incorrectas son el motif al servicio de la historia, y no viceversa.
Terreno fértil para una sátira jocosa y llena de referencias pop, “Deadpool 2” rompe sus propias barreras para contar una historia que continúa tras la anterior, que, si bien no propone nada nuevo en cuanto a relato dramático se refiere, sí ambiciona con dos horas cargadas de la más pura esencia del sarcasmo balístico del mercenario “bocazas”.
Tras la aparición de un neófito mutante, Russell (Julian Dennison), Wade Wilson (Ryan Reynolds) es convencido de unirse a los X-Men para intentar ayudarlo. Pero la llegada de Cable (Josh Brolin), un mutante del futuro dispuesto a matar al adolescente, hará que Deadpool arme su propio team de héroes para detener la amenaza: la X-Force.
Muy, muy pocos temas actuales se salvan del sarcasmo mordaz que esta secuela nos entrega, como un espectáculo que toma elementos de su propia ficción y de nuestra realidad para usarlas a su favor: las últimas cintas de Marvel y Fox, además de personajes de su universo; temas de la agenda contingente; chistes sobre los actores principales y referencias por doquier para nutrirse de un atiborrado mundo de la cultura pop referenciable, lenguaje que la audiencia objetiva maneja y comprende a cabalidad. Como es de esperar, no hay límites en cuanto a las bromas, aunque nuevamente la proeza está en que funcionan como tal sin transformarse en ofensas que puedan pasar a un mayor nivel.
Ahora bajo la dirección de David Leitch, experimentado stuntmant, también director de escenas de acción y quien recientemente encabezó la producción “Atomic Blonde” (2017), el relato se desarrolla sin pausas y a toda máquina, dejando ciertos momentos para desviarse hacia escenas algo más dramáticas, que permiten que la aventura siga su camino. Sabiendo que su fórmula funciona, predica y practica su ‘religión’ de comedia saturada e ingeniosa donde más sabe utilizarla, sin salir de esa zona de confort tan característica como efectiva, de la cual lo único esperable es lo inesperado.
Compararla con su predecesora no es justo, ya que la primera funciona mejor como un experimento introductorio desde el cual fue posible tantear el terreno para presentar al personaje y probar el estilo de comedia. Hoy, con altísimos excesos e insaciable de referencias, esta entrega ofrece mucho más que un rato divertidísimo –sin exagerar, estamos frente a la cinta poseedora de la mejor escena post créditos del cine del género–, pero menos que una historia narrativamente ejecutada (aunque con gran futuro) o personajes realmente memorables.
Porque la excusa del team X-Force si bien genera expectación, su finalidad es menos honrosa en un principio, teoría que probaremos si es que una tercera película es confirmada. De la misma forma, hay varios dispositivos bastante cuestionables en la trama, los cuales, aunque no molestarán sustancialmente al espectador, sí dejan entrever un cierto descuido a nivel de guion en beneficio del efectismo. Pero claro, en una cinta que hasta se ríe de sus propios escritores, cabe preguntarse: ¿realmente importa?
Con grandes áreas para la mejora en cuanto a efectos y CGI de personajes respecta –pues sigue presentando problemas al igual que su antecesora, algo que es posible notar especialmente en Coloso– y algunos arcos narrativos planos, no hay nada que su humor salvaje multi-objetivo, referencias y estilo marcado por el metarrelato marketero en redes sociales, gobernado por Ryan Reynolds, puedan sopesar. Con cameos a otro nivel, esta nueva e inapropiada entrega es un mini universo inimitable e inagotable, que a su vez trabaja con todos sus vecinos de forma hilarante, creando una fiesta de sangre y humor negro a la que todos estamos invitados, y cuyo plato principal es el mercenario regalón que, pese a todo, adoramos ver en pantalla.
Título Original: Deadpool 2
Director: David Leitch
Duración: 119 minutos
Año: 2018
Reparto: Ryan Reynolds, Zazie Beetz, Josh Brolin, Morena Baccarin, T.J. Miller, Karan Soni, Brianna Hildebrand, Leslie Uggams, Jack Kesy, Julian Dennison, Eddie Marsan, Lewis Tan, Bill Skarsgård, Rob Delaney, Terry Crews
Si bien todos los ojos están puestos en la próxima entrega de la saga Mad Max, la película “Furiosa” aún sin fecha de estreno, el director George Miller se prepara a estrenar su próxima realización luego de “Mad Max: Fury Road” (2015) con “Three Thousand Years Of Longing” (2022), película que llegará a los cines en agosto de este año y que hoy presenta su trailer oficial para que lo veas al final de esta nota.
La cinta es una adaptación de la historia corta “The Djinn In The Nightingale’s Eye” de A.S. Byatt, tratándose sobre la Dra. Alithea Binnie (Tilda Swinton) y su encuentro con un Genio (Idris Elba), que le ofrece tres deseos a cambio de su libertad. Esto presenta dos problemas: en primer lugar, duda de que él sea real y, en segundo lugar, como es una estudiosa de la historia y la mitología, conoce todos los cuentos de advertencia de los deseos que salen mal. Eventualmente, ella se deja engañar y pide un deseo que los sorprende a ambos.