Al cine occidental le gusta la épica de salvar el mundo. Mientras que en los noventa éramos rescatados de las amenazas apocalípticas ligadas a extraterrestres y la madre naturaleza, inspiradas por la incertidumbre del cambio de milenio, desde la caída de las Torres Gemelas en 2001 el enemigo se volvió humano: el terrorista. Entonces, hasta el día de hoy continúan estrenándose producciones que, con más o menos variaciones, cuentan la misma historia. La pregunta es: ¿cuál o qué será el villano de moda en unas décadas más?
En el centro de París, en vísperas de su día nacional, se detona una bomba a causa de un malentendido protagonizado por un carterista (Richard Madden) y una joven anarquista (Charlotte Le Bon). Ante lo que inmediatamente es calificado como acto de terrorismo, el obstinado agente de la CIA Sean Briar (Idris Elba) será el encargado de atrapar a los culpables.
Como propuesta, chiste repetido: el rebelde justiciero –estadounidense, desde luego–, dotado de inverosímiles aptitudes para obviar obstáculos peligrosos, por sí solo se las encarga para salvar el mundo. Sin mencionar la relación de amor-odio que conforma con su compañero de cruzada, elemento que ya corresponde a un género propio. Puesto a que está construida en base a clichés del género y por ende carece de factor diferenciador, descartarla de un veloz borrón es la opción comprensible, no obstante, “Atentado En París” de todos modos tiene ese no sé qué que la torna gustable. Debe ser Idris Elba.
Y Elba es, por cierto. Eminentemente. Partiendo por su todo-menos-fea apariencia. Y es que es ingenuo pensar que este no es algún tipo de ejercicio ensayístico, cual piloto, de lo que podría ser algo más grande para el británico. Más icónico, como James Bond, aunque aquel rumor haya sido descartado en medio de sospechas de racismo –justificables, porque si hay alguien que tiene todo lo que el agente 007 debiese tener, es él–. Independiente de aquello, el actor aquí es encumbrado como alguien capaz de sostener una película de ese calibre; simpático a pesar de su frialdad. Los caballeros heterosexuales quieren ser él, las damas heterosexuales quieren estar con él.
Pero “Atentado en París” es entretenida, también. No el entretenimiento en términos de frenesí desalmado, tipo secuelas de “The Transporter” (2002) o la saga “The Fast And The Furious”, sino del que vale la pena. Ese de montaje ágil sin volverse videoclipesco, ese de humor tan ligero que alcanza a no caer en la parodia de la parodia. Se atreve a lanzar dardos al gobierno francés, pintando a un ministro directamente de ladrón y terrorista, en lugar de crucificar al inmigrante de color acorde a la tendencia. Ahora, si bien estas virtudes se agradecen, tampoco son tan decidoras como para permanecer autovalentes en caso de que el actor principal fuese menos carismático.
Ese es el asunto: si bien la película no es deficiente, igualmente se apoya demasiado en Elba. No es que Richard Madden –que interpreta al carterista de buen corazón– entregue una mala performance como co-protagonista, no obstante, a su presencia escénica le falta un poco de magnetismo y su personaje, que no ahonda más allá de lo superfluo, no le ayuda a revertir aquello. Como él, la chica Le Bon, y en realidad todo el resto del reparto, cohabita en una película creada como dispositivo para sacarle punta a las cualidades del cada vez más taquillero moreno. Quizás suena manipulador y egoísta, quién sabe, pero de que funciona, lo hace, y si el espectador queda contento, pues el trabajo está hecho.
Novedades sobre The Notorious B.I.G. Se dio a conocer el primer trailer del documental “Biggie: I Got A Story To Tell” acerca del músico asesinado en 1997 y quien fuera incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2020. La producción abarca entre los años 70 y 90 del rapero en Brooklyn, y su fecha de estreno es el 1 de marzo a través de Netflix.
La realización del filme demoró cuatro años, cuenta Emmett Malloy, director de la nueva entrega que abarca la carrera del artista. Y eso no esto todo, ya que, como productores, se encuentra la madre del protagonista, Voletta Wallace, y un colaborador cercano: Sean “Puff Daddy” Combs. Por último, está Wayne Barrow, manager de The Notorious B.I.G., quien tiene el rol de productor ejecutivo.
A continuación, te dejamos el trailer del documental: