No cabe duda de que Rocky Balboa y Jake La Motta son dos personajes icónicos dentro de la historia del cine, que pertenecen a dos de las mejores y más importantes películas del cine, en general, y de aquellas que giran en torno al deporte, en particular. También le dieron fama y prestigio a los actores que los interpretaron, y que también les valió el reconocimiento de sus pares, siendo la única nominación al Premio de la Academia de Sylvester Stallone como actor principal, y la única vez que Robert De Niro se llevó la estatuilla en la misma categoría, habiéndosela llevado antes como actor de reparto.
Después de eso, las carreras de ambos actores se mantuvieron en buen pie hasta bien entrada la década de los noventa. Stallone fue perdiendo fuerza en el medio, en la medida que la figura del héroe del cine de acción evolucionó hasta arquetipos estilo Jason Bourne, interpretados por actores con mayores capacidades. De Niro, en tanto, ha pasado los últimos 15 años aparentemente más preocupado de la cantidad que de la calidad de los proyectos en los cuales se involucra, frecuentemente cuestionada por la crítica, llegando a casi tres producciones como mínimo al año. También parece que ya no estuviera interesado en demostrar sus capacidades, aplicando muchas veces el piloto automático o derechamente actuando como un remedo de sí mismo.
Pero el público no olvida aquellos personajes que los volvieron inmortales. La idea de reunir en una película sobre boxeo a estos dos actores que alguna vez interpretaran a esas figuras emblemáticas es altamente atrayente, aún cuando hayan pasado varias décadas desde aquel momento. Esto es lo que busca explotar “Ajuste de Cuentas”, en donde Henry “Razor” Sharp (Stallone) y Billy “The Kid” McDonnen (De Niro) son dos boxeadores que tuvieron una épica rivalidad en el mejor momento de sus carreras, tanto dentro como fuera del ring, enfrentándose dos veces durante ese tiempo, con una victoria para cada uno y dejando pendiente el duelo de desempate por el sorpresivo retiro de Sharp del boxeo profesional. 30 años después, el hijo del promotor que los reunió (Kevin Hart) los convence para llevar a cabo la pelea pendiente, lo que los obliga a volver a ponerse en forma, aprender a soportarse mutuamente y resolver más de un asunto pendiente que dejaron en el camino, si es que consiguen llegar vivos o enteros hasta dicho evento.
El regreso de Stallone a las ligas medianas de la industria ha sido cargado a la nostalgia. Una vez terminado el oro en aquellas minas que significaron “Rocky” y “Rambo”, Sly se ha dedicado a explorar y explotar nuevas franquicias, esta vez más acordes con su actual situación y condición. Tanto en “Los Indestructibles” como en otras producciones recientes, el actor se ha preocupado de recordarnos incansablemente de que está viejo, que se mueve más lento, pero no por eso dejará de golpear primero para preguntar después, tal y como lo hacía en aquellos tiempos mejores donde él y varios de los actores de la misma escuela triunfaron. Aquí nuevamente apela a un elemento nostálgico, trayendo de vuelta diversas características del “Semental Italiano”. Sharp es un hombre taciturno y de buen corazón, tan sutil con las palabras como con sus puños, y con un lado sensible, el cual no teme demostrar bien entrados en sus 60 años. De Niro también apela al sentimentalismo para encarnar a un Billy McDonnen arrogante, alcohólico y mujeriego, aunque bastante suavizado dado el tono de comedia familiar que rodea a la película.
Y ese es el gran problema. Para que una comedia funcione como tal, debe provocar alguna risa en el espectador, cosa que con dificultad logra conseguir “Ajuste de Cuentas”. La escasa experiencia de los guionistas Tim Kelleher y Rodney Rothmanen en películas de este género –ambos vienen del mundo de la televisión- se traduce en graves falencias en el guión, que carece del ritmo de comedia necesario y contiene muy pocos momentos realmente cómicos. Poco puede hacer el director Peter Segal con este escaso material, como tampoco se le puede reprochar mucho a los actores, quienes tratan de hacer lo mejor que pueden con lo poco que tienen a disposición. Todos salvo Kevin Hart, un sucedáneo de comediante y quien en teoría debería llevar la batuta en lo que a comedia se trata, quien con sus expresiones exageradas recuerda al peor Chris Tucker. Por suerte cuentan con Alan Arkin, quien interpreta al antiguo entrenador de Sharp y es el responsable de los momentos realmente hilarantes de la cinta.
Sin embargo, es posible apreciar que en realidad ninguno de los participantes se toma particularmente en serio esta película, dedicándose más bien a disfrutar y pasarlo en grande la mayor parte del tiempo. Una comedia muy liviana y sin más sustento que un interesante y atractivo reparto, por lo que el espectador deberá medir sus expectativas, y tampoco tomarse tan en serio este relato sin rumbo y cargado de clichés, en tanto que los más fanáticos podrán entretenerse con una buena cantidad de guiños a “Toro Salvaje” y la saga de Rocky.
Discrepo, hay muchos momentos que provocan risa y no de esa que provoca un chiste corto. Es una película liviana para ir a ver sin ponerse a pensar en segundos finales o cosas por el estilo, pero cumple con su objetivo, el de entretener. Favorablemente, no tiene nada del humor gringo que apesta (ese de situaciones y personajes sobreactuados como Jim Carrey, o Ben Stiller), sino de momentos y comedia media cruel, tratándose de dos veteranos.
La disfrute bastante mas de lo que esperaba.
Novedades sobre The Notorious B.I.G. Se dio a conocer el primer trailer del documental “Biggie: I Got A Story To Tell” acerca del músico asesinado en 1997 y quien fuera incluido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 2020. La producción abarca entre los años 70 y 90 del rapero en Brooklyn, y su fecha de estreno es el 1 de marzo a través de Netflix.
La realización del filme demoró cuatro años, cuenta Emmett Malloy, director de la nueva entrega que abarca la carrera del artista. Y eso no esto todo, ya que, como productores, se encuentra la madre del protagonista, Voletta Wallace, y un colaborador cercano: Sean “Puff Daddy” Combs. Por último, está Wayne Barrow, manager de The Notorious B.I.G., quien tiene el rol de productor ejecutivo.
A continuación, te dejamos el trailer del documental:
Silvana Quinteros
15-Ene-2014 en 12:57 pm
Discrepo, hay muchos momentos que provocan risa y no de esa que provoca un chiste corto. Es una película liviana para ir a ver sin ponerse a pensar en segundos finales o cosas por el estilo, pero cumple con su objetivo, el de entretener. Favorablemente, no tiene nada del humor gringo que apesta (ese de situaciones y personajes sobreactuados como Jim Carrey, o Ben Stiller), sino de momentos y comedia media cruel, tratándose de dos veteranos.
La disfrute bastante mas de lo que esperaba.
Carlos
19-Ene-2014 en 9:36 pm
Decir que Kevin Hart es malo le quitó toda la validez a una crítica que iba bien. Lamentable, si al final es el que más hace reír en la película.
Alejandro
22-Ene-2014 en 9:55 pm
Cumple con lo que se le pide. En el cine, las risas eran varias. Me entretuvo mucho.Para gustos, los colores.